Ahora, el dominicano que puso a bailar —y a pensar— al mundo con
Ojalá que llueva café (1990) y
Bachata rosa (1991) regresa con un disco parecido 'a los de antes', pero, según él, "más romántico":
La llave de mi corazón. Y parece que la gente despertó: el ya está en el número uno en el país y el álbum salió apenas el 20 de marzo. Guerra habló de eso y más con la revista
Rumbo desde su natal República Dominicana.
Pregunta.- Luego de Para ti (2004), La llave de mi corazón es promocionado como tu regreso a la música secular.
Respuesta.- En realidad, es un disco romántico, no secular. No hay diferencia entre lo que yo hago. Dios nos da la inspiración para todo, pero este disco tiene una carga romántica muy fuerte. [El sencillo], 'La llave de mi corazón', es una mezcla de mambo, merengue, hip-hop y hasta blues. Narra la historia de un norteamericano que se enamora de una muchacha en República Dominicana.
P.- La fusión ha sido una constante en tu música.
R.- Es algo que aprendí mientras escuchaba buena música. Los grandes innovadores siempre tratan de hacer cosas nuevas, tanto en la música como en las letras. Siempre tengo que encontrar el modo de decir cosas hermosas, pero de modo diferente. Ésa ha sido siempre mi visión: hacer cosas nuevas.
P.- Cuando supe que te habías entregado al cristianismo, temí un cambio radical en tu música. Pero no fue así.
R.- [Para ti] fue más bíblico que otra cosa. Pero hay otros compositores que han hecho discos cristianos con una carga poética muy grande. Bob Dylan tiene dos o tres CD con letras superinteligentes, y eran letras cristianas. Pero lo que hicimos nosotros fue lo que llamamos "adoración". Es más mirándolo a Él, lo que Dios ha hecho por nosotros.
P.- ¿Te criticaron mucho?
R.- Claro que sí. Lo escuché todo. Pero tú sabes que la vida es cuestión de agradecimiento. Cuando uno entiende el amor de Dios y lo que Él hizo por nosotros, todo lo que se pueda hacer por Él es poco. Yo hice el disco como un regalo a Él. Yo sabía que iba a haber persecuciones antes de lanzar el disco. Estoy consciente y no me avergüenzo.
P.- Pero en la época más fuerte de los años 90, ¿ya tenías eso en la cabeza o algo pasó luego?
R.- Claro. Yo conocía del Señor, pero no había hecho mi decisión. Pero 'El Niágara en bicicleta' la hice siendo cristiano. Cuando recibas el disco nuevo te vas a dar cuenta que es el más romántico de mi carrera.
P.- En nombre del romanticismo se han hecho cosas horribles. Tú eres de los que dignifican el género.
R.- Me decían si 'romántico' era 'lento', y yo les decía que no. Es romántico en la carga lírica.
P.- 'Woman del Callao', por ejemplo, es romántica y va a mil por hora.
R.- ¡Claro! Y 'La bilirrubina' también. Son canciones con arreglos bien estructurados y pesados, "con mucha comida", como decimos nosotros. Y es bien bailable. El nuevo disco tiene cuatro merengues, dos salsas, un mambo-merengue, dos bachatas y tres canciones a guitarra. Uno de mis fuertes es tocar solamente con la guitarra.
P.- ¿Cómo fue la transición al cristianismo con relación a 4.40?
R.- Ellos han estado a mi lado siempre... Más de la mitad de la banda está conmigo en la iglesia (se ríe).
P.- ¿Quién convirtió a quién?
R.- ¡Los convertí yo! (se ríe) No, yo no convertí a nadie... El Señor los convirtió. Yo sólo hablaba mi testimonio. Un día, la patrona de mi iglesia nos invitó a tocar a la iglesia y se fueron quedando uno a uno.
P.- Después de Areíto (1992), más o menos, nunca más hiciste esas giras inmensas por todo el mundo.
R.- La gente tiene que entender que ese tipo de giras es muy difícil. Nosotros salíamos seis meses y no volvíamos más. En esa época podíamos hacerlo. Yo ahora le digo a mis managers y a la disquera que sí, lo vamos a hacer, pero bien estructurado. [...] Este año queremos hacer tres giras: Latinoamérica y Europa, con muchas presentaciones, y EU que será [donde] inicie la gira.
P.- Háblame de 'Medicine for my soul'.
R.- Me encanta el blues y comencé a trabajar en un blues. Es una de las canciones en las que más he trabajado la estructuración, iba y venía de la silla, hasta que empecé a mezclar blues con mambo, mambo con merengue, merengue con hip-hop y ahí salió. Yo quería una canción en inglés o, al menos, Spanglish, para que las personas de habla inglesa pudiesen entender algo. Después [...] comenzamos a trabajar la letra y después, hicimos la versión en español. Muchos de los ritmos que hay ahí han sido bien famosos en ciertas décadas. [...] Eso es lo que yo quería: hacerles recordar en cierto sentido una música familiar.
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