El lector evangélico podría pensar que este crecimiento se debe a una actividad evangelizadora inusitada de los católicos estadounidenses, pero no es así. El teólogo y cardenal jesuita Avery Dulles señalaba hace un tiempo que el catolicismo estadounidense no es dado a la evangelización y es renuente a hacer propaganda de su fe o proselitismo. Este crecimiento explosivo se debe a la inmigración, y especialmente a la inmigración procedente de América Latina.
El estudio de los obispos sostiene que “el auge de inmigrantes latinos dará como resultado que se triplique su número en sólo 35 años. En 1990 había 22 millones. En 2025 su número podría alcanzar los 66 millones. La Oficina del Censo pronostica que el número total de norteamericanos aumentará en 100 millones entre 1990 y 2025 - y 44 millones de dicho aumento provendrán de la inmigración”. Se dice que con una estimación conservadora es posible suponer que el 60% de los inmigrantes latinos estarán en la Iglesia Católica, y sin embargo los obispos expresan preocupación por el desafío pastoral que les representa este crecimiento. Si el redil ha crecido la tarea de cuidar el redil aumenta en proporción equivalente al crecimiento. Por ello el estudio de los obispos tiene un título significativo: “Un plan para el futuro de la Iglesia Católica de California: estudio demográfico” (
Planning for the Future of California Catholic
Church: A Demographic Study).
Si se toma en cuenta el tamaño del estado de California y su población estamos frente al equivalente de un país europeo sólo un poco más pequeño que España. El año pasado, la población de California era de 36,6 millones de habitantes de los cuales 11,1 millones eran católicos. El estudio señala que “En 2025, se espera que 16,7 millones de los 45,9 residentes que tendrá el estado sean católicos. De estos 5,6 millones de católicos más, 3,5 millones vendrán de los nacimientos, y 2,1 millones serán resultado de la emigración de otros estados y países”. Los obispos le ponen cifras a la tarea pastoral que esto representa “Para 2025, se habrán bautizado 4,3 millones de nuevos católicos, más de 3,1 millones de niños habrán celebrado su primera comunión, y la parroquia media se habrá ampliado hasta las 1.800 familias”.
Un problema serio que enfrenta la Iglesia Católica estadounidense es que el número de sacerdotes ha venido disminuyendo en vez de aumentar. Entre 1995 y 2004, el número de sacerdotes diocesanos activos en California descendió en 202. Si este ritmo declinante siguiera, su número descendería en 158 más entre 2004 y 2010. Para una iglesia cuyo culto y actividad están centrados en la persona del sacerdote y que tiene dificultades en movilizar a sus laicos, este es un grave peligro.
Los obispos también hacen referencia al hecho de que muchos inmigrantes que son católicos al llegar a los Estados Unidos se convierten a las iglesias evangélicas. La nota de
Zenit señala que el periódico
Contra Costa Times del 8 de junio realizó una encuesta según la cual “el 76% de la primera generación de inmigrantes latinos se identifican a sí mismos como católicos mientras que esta cifra desciende hasta el 59% en la segunda generación”. Cita también un artículo del
Washington Post (30 de abril) en el que se afirma que “un gran número de inmigrantes latinos está abandonando la Iglesia católica por el Pentecostalismo”. Según el
Post “la tendencia es más marcada en la segunda y tercera generación de inmigrantes. Hace 30 años, cerca del 90% de los latinos de Estados Unidos eran católicos. Hoy la cifra está cerca del 70%.”
Para comprender mejor esta nueva situación que enfrenta la Iglesia Católica en Estados Unidos hay que recordar los orígenes y especiales características del Catolicismo estadounidense, y del panorama religioso de ese país. A ello dedicaremos los próximos artículos de esta serie.
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