En esta serie de artículos pretendemos dilucidar las intenciones últimas de la política de Felipe II en los Países Bajos, las posibilidades que la enconada discordia fue proveyendo y el uso que se hizo de ellas. Para ello es fundamental plantearnos una serie de preguntas que nos ayuden a clarificar los hechos y su complejidad.
¿Por qué Carlos V legó las antiguas posesiones borgoñesas a su hijo? ¿Los estados borgoñeses no encajaban mejor en el entramado del Sacro Imperio Romano Germánico? ¿Felipe II tenía una estrategia con respecto a sus posesiones en Europa Occidental? ¿Predominaban los intereses comerciales de las provincias holandesas frente a los estratégicos? ¿Felipe II antepuso sus derechos patrimoniales a los supranacionales? ¿La religión tuvo un papel predominante en el desenlace y radicalización del conflicto? Y por último, ¿Cómo influyó la idea de
Guerra Justa en la estrategia de Felipe II en sus posesiones más occidentales?
Antes de intentar responder, en la medida que las fuentes y las opiniones de los distintos historiadores nos lo permitan, deberíamos definir el término estrategia y
Guerra Justa.
En primer término,
Estrategia es, según el diccionario Espasa,
el arte de dirigir las operaciones militares. Esta definición se queda corta en principio ya que relaciona estrategia exclusivamente con el arte de la guerra. Pero la definición continúa
arte, traza para seguir un asunto. Previa planificación y organización de un asunto, podríamos decir. Para terminar con
proceso regulable, el conjunto de las reglas que aseguran una decisión óptima en cada momento.
¿Tenía Felipe II una regla, unos cánones para desarrollar su política exterior(1) o se limitaba a reaccionar ante los problemas que iban surgiendo?
Miguel Ángel Echevarria comenta al respecto que
...Comúnmente se viene diciendo que Felipe II, y en general los Habsburgo, carecían de un programa de actuación en política exterior, que se limitaron a defender lo poseído, y que, por ello sólo nos es dado a conocer las grandes líneas de su pensamiento estratégico a través de la práctica...(2).
Esto no quiere decir que Felipe II no viera las ventajas estratégicas de Flandes. Echevarría cita a Geoffrey Parker y dice que este
... ha conseguido obtener una inteligente percepción de los principios estratégicos de Felipe II en lo militar, que resume en una idea: los dominios del rey forman un edificio integrado y dependiente; y en ellos, la posesión de Flandes es esencial por tres grandes razones: anula a Francia, sirve de campo de batalla en lugar de España, y distrae a los enemigos de atacar posesiones vitales de la monarquía...
Pero la definición de Parker tan sólo habla de la estrategia a nivel militar. Baltasar Poreño, en su biografía de Felipe II titulada
Dicho y hechos del rey don Felipe II (1628), habla del carácter unitario. El rey es como un tejedor que por medio de alianzas va formando su tela, cuando un hilo se rompe, inmediatamente se intenta soldarle.
La política de equilibrios que Felipe II persiguió, una política por otro lado característica de los Habsburgo, se vio truncada por otro elemento importante en la estrategia del rey la defensa de la religión católica.
La defensa de la religión católica nos entronca directamente con el otro concepto que queríamos definir antes de ahondar en el tema que nos ocupa. La Guerra Justa es ante todo, en la mente de Felipe II, la defensa de la fe y el derecho. Pero en todo esto profundizaremos a lo largo de la investigación.
Este argumento lo vemos constante repetido en las cartas del rey como la dirigida a Requeséns, gobernador de los Países Bajos, el 12 de agosto de 1566:
“La professión que su Magestad ha hecho y opinión que ha ganado a costa de tantos tesoros y vidas de no consentir un tilde torcido en cosa de religión”(3).
Las fuentes principales que hemos usado para poder aprehender la estrategia real y su concepto de guerra justa han sido las epístolas entre Carlos V y Felipe II, la correspondencia de Felipe II con algunos de sus gobernadores y prelados y cuatro de los libros que trataron en la época posterior la Guerra de Flandes antes de la Tregua de los doce años.
Los dos libros(4) base de esta investigación han sido:
- Coloma, Carlos, Las guerras de los Estados Baxos desde el año de MDLXXXVIII hasta el de MDXCIX,
en Amberes: en casa de Pedro y Iuan Bellero, 1625.
Cardenal Bentivollo Las guerras de Flandes: desde la muerte del emperador Carlos V hasta la conclusion de la Tregua de doze años, en Amberes: por Geronymo Verdussen, impressor y mercader de libros, 1687.La profusión de libros sobre el tema nos hace pensar que el tema produjo interés a los coetáneos, los libros que hemos consultado fueron escritos en Español y para españoles, por lo que la información es parcial y limitada, aun así son una fuente importante de datos, y sobre todo, nos ayudan a saber cual era la opinión de los historiadores de la época.
La estrategia filipina es una herencia y una continuación de la ejercida por su padre, por ello pondremos especial atención en las instrucciones que le dejó este antes de morir.
Flandes chocó de frente con las pretensiones y deseos del rey, convirtiéndose en una de las pesadillas de su hacienda y prestigio, pero siempre hubo una estrategia detrás de los actos del rey, aquí intentaremos desvelarla.
Continuará.
1) Entendiendo en este caso exterior como lo ajeno a las Coronas de Aragón y Castilla en sus límites peninsulares.
2) Echevarría, Miguel Ángel, Flandes y la Monarquía Hispánica, Sílex, Madrid, 1998. Pág. 73.
3) Carta del rey dirigida a Requeséns, gobernador de los Países Bajos, el 12 de agosto de 1566. BNM.
4) Biblioteca Nacional de Madrid, Sala Cervantes.
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