¿Quiénes aparecieron primero, las ballenas o las vacas?

Una lectura rápida del primer capítulo de Génesis parece sugerir que los mamíferos marinos, como las ballenas, fueron creados el quinto día, mientras que los terrestres no aparecieron hasta el día sexto. Primero se dice que Dios creó “los grandes monstruos marinos, y todo ser viviente que se mueve, que las aguas produjeron según su género” (Gn. 1:21) y después se afirma que el Creador “hizo animales de la tierra según su género, y ganado según su género” (Gn 1:25). Algunos creen que semejante orden de aparición es contradictorio con lo que ha descubierto hasta ahora la paleontología. La ciencia de los fósiles indica que los primeros mamíferos terrestres habrían surgido a finales del Cretácico, mientras que los cetáceos como las ballenas lo habrían hecho en el Eoceno, millones de años después, según los fósiles encontrados (1). No obstante, esta supuesta contradicción desaparece cuando se realiza una atenta lectura del texto bíblico en el hebreo original. 

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El quinto día de la creación se refiere de manera genérica a todos los mamíferos marinos, así como a otros posibles animales acuáticos de gran tamaño. En cambio, el sexto día sólo habla de tres tipos especiales de mamíferos terrestres que serían muy especiales para las necesidades del ser humano: animales domésticos (ganado), reptiles (que se arrastran sobre la tierra) y animales salvajes (bestias). De los demás grupos de mamíferos terrestres no se dice cuándo fueron creados. El texto no especifica si los demás mamíferos terrestres como roedores, erizos, musarañas, topos, etc., ya existían. Es evidente que el interés principal del relato bíblico de la creación no es científico sino sobre todo religioso, teológico y sociológico. No obstante, no creo que la verdad revelada en tales líneas contradiga la realidad de los acontecimientos o que sólo sirviera para la época en la que se escribió. 

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Algunos creen que este relato de los orígenes sólo pretende desmitificar las creencias paganas de las religiones antiguas como la sumeria y nada más. En mi opinión, aunque esto pueda ser cierto, hay algo más en el texto bíblico que trasciende el tiempo en que fue escrito, atraviesa toda la historia de la humanidad y llega hasta el presente. La verdad de su revelación sobrenatural es también para el ser humano de hoy y, cuando se escudriña correctamente, no entra en conflicto con lo que desvela el estudio de la naturaleza. 

(1) https://protestantedigital.com/conciencia/45381/y-los-osos-se-convirtieron-en-ballenas-charles-darwin