Otro evangelio, otra ley

Y los leones empoderados de la tribu del hombre, han abierto los sellos y han logrado que el siervo sufriente pueda ser rey y sacerdote, reinando con y por ellos para siempre.

Cambiaron la gloria de Dios por lo que no aprovecha, y unos se dedicaron a fabricar un nuevo pacto, que el del Redentor no les cuadraba, y quitaron la Ley como medio de salvación, y pusieron en su lugar no el Nuevo Pacto, sino su nuevo pacto, basado en su razón y una nueva ley como medio de salvación. Esa nueva ley es la obediencia evangélica, la fe, y el arrepentimiento, obras ambas en manos del pecador, que le han sido ofrecidas por la gracia como único medio de salvación. Uno de los más cercanos a esa nueva ley fue el puritano tan citado: Richard Baxter (-1691). Son de los que predican la moderación del medio entre la Ley y la Gracia, como si eso existiera. La Ley sola no, que eso huele a obras meritorias; la Gracia sola no, que eso huele a antinomismo. No se lo recomiendo a nadie. 

Este tema nos ha dado para tres ratitos de conversación. En este les pongo lo que me parece que fueron errores de esos que procuraron parar la avalancha de predicación arminiana en su tiempo. (Entendiendo los términos “arminiano” o “calvinista” en el contexto del debate de Dordt.) No olvidemos la dificultad del lenguaje; por ejemplo, con el término ofrecer. Para algunos, muchos, en el espacio no conformista puritano de esos momentos, la predicación requería el ofrecimiento al pecador de Cristo y la gracia, sin lo cual no existía ni la predicación como tal. Para otros, pocos, si eso implicaba, como lo implicaba, una salvación condicional, entonces a eso no se debería llamar ni predicación. Cualquiercondición implica que el Cristo anunciado no está ni ha realizado una obra completa, y eso no es anunciar a Cristo. (Una libro de referencia de esos momentos lleva por título precisamente “Las operaciones de la gracia de Dios, pero no el ofrecimiento de la gracia”; y H. Hoeksema, en tiempo más cercano, tiene “El poder de Dios para salvación: o la gracia no ofrecida”)

En todo este asunto me parece que se asumió, igual por los sectores enfrentados, que la santidad o conducta moral del cristiano, sí era condicional. Creo que la cosa sigue igual. Si alguien (Hussey en una de sus obras fundamentales) expresamente quiere derribar la, para él, herejía de la predicación arminiana, pero luego puedes leer que al dejar su iglesia en Cambridge en 1720, esta consistía de una congregación de 1100 personas, y de una iglesia de 150 miembros, aquí está la muestra de un gran error. Predicó contra la herejía arminiana tocante a la justificación, pero lo referido a la santificación lo dejó igual. Si de 1100 solo 150 dan la talla, algo no se está midiendo bien. (En las iglesias congregacionalistas es común, allí lo había, la firma de un pacto o acuerdo para ser miembros, si no eres miembro eres solo “congregante”; en esos pactos se dibuja una medida de santidad totalmente arminiana, para entendernos.)

Otro error, en mi opinión, de esos que procuraron defender la gracia de Dios, es que la producción protestante calvinista de lo que podemos llamar filosofía política, fue totalmente negada, ignorada, despreciada, o no sé qué, pero allí no estaba. Y eso tiene sus consecuencias.

Estamos, y veremos ampliamente en el futuro, en una predicación de un Cristo completo, con su obra completa, con su Iglesia completa, perfecta, sin arruga, ni mancha, ni cosa de qué avergonzarse, y en el tiempo que resta a cada uno en esta tierra, una vida comprometida con el bien común.

[analysis]

[title]Por un año más[/title]

[photo][/photo]

[text]¡Protestante Digital te necesita! Tenemos por delante un gran reto económico. Por eso, hoy te invitamos a ser parte comprometida de esta misión y desafío para asegurar y potenciar la continuidad de Protestante Digital y Evangelical Focus en 2024.

Puedes encontrar más información en apoya.protestantedigital.com.

[/text][/analysis]