Si eres como yo, enero es una oportunidad para pensar de nuevo en nuestro contexto misionero. Me resulta útil reflexionar con mi equipo de liderazgo sobre nuestro momento actual y leer artículos como 7 Church Trends That Will Disrupt 2024 de Carey Nieuwhof, aunque estén escritos desde una perspectiva norteamericana.

¿Cuáles son los retos y las oportunidades para el ministerio cristiano en Europa en 2024? Aquí presento algunas de las tendencias que he observado en Roma, donde vivo, y que podrían aplicarse a otras partes de nuestro continente.

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1. Nos encontramos en la "pequeña Edad de Hielo" de la pandemia

Podríamos caer en la tentación de pensar que la pandemia de Covid-19 ha desaparecido. Noticia vieja. Sayonara. Pero sus efectos en la sociedad persisten, aunque ya no usemos mascarillas ni nos enfrentemos a restricciones sociales.

Un perspicaz artículo de Andy Crouch, Kurt Keilhacker y Dave Blanchard divide los efectos de la pandemia en tres fases. La primera fue una aterradora nevada, que yo señalaría como el primer confinamiento en 2020. Después vino el invierno: los dos años en los que el virus exigió el uso generalizado de mascarillas, restricciones y vacunas. Los autores previeron también una "pequeña edad de hielo", que definieron como "un cambio único en la vida que probablemente afectará a nuestras vidas y organizaciones durante años".

Puede que la pandemia epidemiológica haya terminado, pero sus efectos emocionales y culturales persisten. Para muchas personas, resulta más pesado salir de casa, arriesgarse a la vulnerabilidad emocional, conocer gente nueva, asistir a grandes eventos y comprometerse con cosas.

Colectivamente, seguimos queriendo defendernos de un enemigo invisible. Por lo tanto, anhelamos seguridad y protección, valorando la seguridad del hogar y de lo que ya nos es familiar quizá más que nunca.

2. La gente es menos estable y comprometida

Hay otras tendencias que contribuyen a una sensación generalizada de inestabilidad: las guerras continuas, el crecimiento de la tecnología, el teletrabajo, la movilidad geográfica, el relativismo ético y la naturaleza absorbente de la sociedad de consumo. Tal vez sea sólo mi impresión, pero en 2024 el poder formativo del mundo - "los deseos de la carne, los deseos de los ojos y la vanagloria de la vida" (1 Juan 2:16) - parece más fuerte.

Para los líderes de iglesia, resulta más difícil confiar en las personas y planificar a largo plazo. La gente se compromete menos, mantiene abiertas todas sus opciones y se retracta de su palabra con más facilidad. Los miembros de la iglesia que venían siempre, ahora vienen a menudo. Los que venían a menudo ahora vienen poco. Y los que venían poco, ya no vienen.

Hay más opciones, más fluidez y más distracción.

3. La salud mental se ha convertido en una preocupación general

En el pasado, la salud mental era un tema de nicho que interesaba sobre todo a las personas que luchaban contra enfermedades mentales específicas. Pero una sociedad solitaria y tecnológica ha dado lugar a niveles alarmantes de ansiedad, depresión, pensamientos suicidas, tensión familiar y violencia. La salud mental de todo el mundo parece más frágil hoy en día.

Esto es a la vez un reto y una oportunidad para la Iglesia en Europa. En nuestra iglesia (Hopera), hemos ofrecido recientemente un seminario sobre la gestión de nuestras emociones y un curso de discipulado sobre la curación de nuestras heridas y pasados. Un sermón que desafiaba a la gente a no quejarse de nada durante 24 horas resonó en mucha gente.

En primavera, nuestro retiro anual de la iglesia incluirá la posibilidad de llegar el día anterior para un pequeño pre-retiro  sin teléfonos, en el que nos centraremos en la lectio divina, el discernimiento espiritual, las comidas largas y las conversaciones del alma.

La iglesia puede ser una isla de cordura, mientras ayudamos a la gente a pasar del aislamiento a la conexión, de la ansiedad a la oración y del resentimiento a la gratitud.

4. Hay más hambre por lo que es real

El manual de plantación y crecimiento de iglesias de las dos últimas décadas se basaba en gran medida en cultos contemporáneos, bandas de música que sean cool, predicaciones motivadoras y medios de comunicación social atractivos. Tienen su papel, pero ¿no hemos dependido los evangélicos demasiado de todo esto?

Hoy en día, los europeos seculares tienen un radar muy agudo. Ansían sustancia, no exageración; lo que es real, no lo que es falso. Los jóvenes que están abiertos a las cosas espirituales, especialmente, quieren a Dios, no un cristianismo light.

¿Cómo podemos satisfacer esta encomiable necesidad? Elevando el nivel espiritual. Por ejemplo, nuestros servicios dominicales incluyen ahora un momento de oración congregacional en el que la gente alza la voz, en lugar de limitarse a orar en silencio o a escuchar oraciones desde el frente.

Nuestra congregación también ha respondido positivamente a las invitaciones a ayunar, leer toda la Biblia en un año y unirse a grupos de tres de oración que incluyen la confesión de los pecados y la responsabilidad mutua. Un líder de una iglesia de Berlín me dijo que los pequeños retiros sin teléfonos para 5-10 personas eran muy apreciados en su congregación.

No tengas miedo de desafiar a la gente a una mayor devoción con Dios. Somos hijos del Dios vivo.

5. Conseguir que la gente practique el cristianismo, no sólo que se persuada de él

Una de las citas que más me impactó en los últimos años fue: "El cristianismo ilustrado es impotente". Incluso si no suscribimos los supuestos seculares y creemos que el Espíritu Santo puede actuar sobrenaturalmente hoy en día, es difícil rebatir que en los últimos siglos el cristianismo europeo ha sido en gran medida una fe cognitiva, centrada más en la enseñanza de doctrinas que en la formación del carácter y la dependencia de Dios.

Gran parte de nuestros ministerios y apologética están orientados a persuadir a la gente sobre la verdad del Evangelio. Y eso es importante. Pero también tenemos que conseguir que practiquen el cristianismo. Después de todo, Jesús nos enseñó a amar a Dios con toda nuestra mente, alma, corazón y fuerzas.

Para mi sorpresa, he descubierto que incorporar a las personas a la vida de la iglesia incluso antes de que crean "oficialmente" les ayuda a conseguirlo. La gente necesita estructuras plausibles que encarnen la verdad del Evangelio. Conocer a personas que aman a Dios y se sirven mutuamente puede hablar más alto que cualquier argumento intelectual.

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6. Necesitamos líderes renovados para un impulso misionero renovado

Los líderes que han sobrevivido a la agitación de la pandemia, por no hablar ya de sus retos personales, pueden seguir luchando contra el desánimo, el cinismo y los reveses del ministerio. Sabemos que el modo de mantenimiento produce menos tracción y trae rendimientos decrecientes, pero para ser sinceros, muchos de nosotros somos reticentes a darlo todo de nuevo.

Pero hay mucho potencial en 2024. La cosecha es abundante. Jesús es el mismo ayer, hoy y siempre.

Así que, para un empuje misionero renovado, necesitamos líderes renovados. Si tu pasión no está donde tiene que estar, haz el trabajo interior necesario para llegar allí. Busca un consejero. Busca un guía espiritual. Haz retiros. Cultiva amistades del alma. Fortalece tu red de apoyo.

7. Combinar la encarnación y el alcance digital

Este renovado impulso misionero requiere creatividad, experimentación e innovación. No necesitamos contraponer la presencia encarnada a la presencia digital. De hecho, una ayuda a la otra. Las personas que conocemos se hacen amigas nuestras en las redes sociales, ven lo que publicamos, y esto da lugar a más conversaciones sobre la fe.

En nuestra iglesia, estamos considerando experimentar más comunidad los viernes por la noche (además de los estudios bíblicos de la iglesia, cursos de discipulado, y otros eventos centrados en la fe). Una lista de ideas, en caso de que sean pertinentes para tu contexto. Debates sobre películas, concursos de comida, tardes de juegos, exposiciones de arte, entrevistas a autores, fiestas de disfraces y actos en los que los solicitantes podrán presentarse hablando de sus libros, canciones o películas favoritos.

Y aumentaremos estos esfuerzos evangelizadores con contenidos digitales. Incluirán vídeos cortos y verticales (Instagram reels / YouTube shorts) que transmitan pepitas de sabiduría cotidiana y una plataforma de streaming en la que publicaremos entrevistas sobre temas como la Inteligencia Artificial y el desarrollo personal de las personas solteras, además de las predicaciones y canciones de alabanza de nuestra iglesia.

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¿Y tú?

Permíteme terminar con algunas preguntas. ¿Cuál de estas tendencias te parece más relevante en tu contexto? ¿Y qué reflexión o idea ministerial puedes compartir con los demás? No dudes en dejar un comentario a continuación. Ayudémonos mutuamente a servir a nuestra querida Europa.

René Breuel es el pastor principal de Hopera, una iglesia de Roma (Italia), y autor de The Paradox of Happiness (La paradoja de la felicidad).