lunes, 20 de mayo de 2024   inicia sesión o regístrate
 
Protestante Digital

 
2
 

La otra tristeza frente a la muerte

Es en momentos así donde se juega la fe cristiana el todo por el todo. Y, entonces, hay que preguntarse ¿Vale la pena creer en Dios?

EN EL CAMINO AUTOR 943/Eduardo_Delas 15 DE AGOSTO DE 2020 10:00 h
Imagen de [link]Rod Long[/link] en Unsplash.

“… No os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza”



La muerte no da tregua. En las últimas semanas, su poder demoledor ha hecho acto de presencia en la vidas y experiencias de demasiadas personas cercanas. Cuando sucede algo así, tan doloroso, tan devastador, las emociones no nos dejan pensar. Sólo podemos sentir, llorar y afligirnos. Nos sentimos barridos por un poder que parece tener autoridad última sobre todo otro poder; un poder que desborda las posibilidades humanas y quiere doblegarnos para que doblemos nuestras rodillas ante él. Es en momentos así donde se juega la fe cristiana el todo por el todo. Y, entonces, hay que preguntarse ¿Vale la pena creer en Dios? ¿Se puede mantener la confianza en el Señor donde hacen frontera todas las contradicciones humanas ante un drama como la muerte que parece tener el dominio absoluto sobre la vida?



 Es ahora y aquí, cuando la muerte nos desafía, en medio del duelo y del sufrimiento, sumergidos en un dolor que parece insoportable, donde hay que hablar de si existen motivos o no para creer en Dios, para sentirnos consolados, para la esperanza, para estar seguros de la vida eterna que Dios promete. Dice el salmo 25:1-2 – “Dios mío, en ti confío, no sea yo avergonzado”. 



¿Podemos sentirnos defraudados por Dios? Antes de responder con precipitación hemos de enfrentarnos con la pregunta más trascendental de la Biblia que recorre tiempo y espacio y resuena entre nosotros de nuevo. Y esa pregunta es la que Jesús pronunció en la cruz del calvario, suspendido entre el cielo y la tierra: “Dios mío, Dios mío ¿por qué me has desamparado?” ¿Por qué tuvo que morir Jesús en la cruz? Más aún ¿por qué tuvo que hacerlo, como dice el texto del evangelio, gritando con esas palabras?  Comprender a Dios en el crucificado exige una revolución del concepto Dios. Reclama que nos dispongamos a romper falsas imágenes que de él hemos construido hasta aquí para comprenderlo de una manera nueva y diferente a partir del drama del Gólgota.



¿Desampara Dios a su propio Hijo en la cruz del calvario? ¿No puede o no quiere librarle de la muerte? Si no puede ¿Es posible confiar en un Dios que no tiene poder suficiente para resolver eso? Si no quiere, la lógica humana pregunta: ¿Se trata verdaderamente de un Dios de amor? La explicación última, claro está, no es que Dios abandone a Jesús en la cruz y se aparte de él. Todo lo contrario. En la cruz se encuentra el drama eterno más grande jamás contado. El Padre se encuentra junto al Hijo como un Dios que renuncia a actuar como Dios todopoderoso, porque ha entregado a su propio Hijo por la humanidad (Jn. 3:16). Y el Hijo, que es verdadero Dios y verdadero hombre, se ha entregado a sí mismo, no puede salvarse porque se ha sujetado hasta el final a la voluntad del Padre. 



En la cruz tenemos el desarme unilateral de Dios. Es la impotencia del amor de Dios, un amor desprendido, desinteresado e incomprensible hacia nosotros lo que hace posible que suceda la experiencia del calvario, porque la entrega de Jesús por nosotros y por nuestros pecados forma parte de un compromiso eterno al que Dios no quiso renunciar. Por eso las Escrituras nos explican que la entrega de Jesús en la cruz es la prueba definitiva de que Dios nos ama, nos sostiene y nunca nos dejará:



“El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, como no nos dará con él todas las cosas…. ¿quién es el que condenará? Cristo es el que murió, más aún el que también resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros…  ¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución o hambre, o desnudez, o peligro, o espada?... antes en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó”. Rom. 8:32-37.



Sobre estas afirmaciones ciertas, que traen esperanza, consuelo y seguridad, podemos entender mucho mejor las desgarradoras palabras de Jesús: “Dios mío, Dios mío por ¿qué me has desamparado?” La cruz de Cristo revela todo el poder de los ídolos y toda la gravedad del pecado del mundo capaz de arrancar violentamente al Hijo de las manos del Padre y alcanzándole en el dolor y el sufrimiento. En este acontecimiento central del cristianismo, la cruz, el Dios todopoderoso va apareciendo en la historia como un Dios que paulatinamente se debilita y se hace vulnerable por amor a la humanidad. Y este debilitamiento llega hasta unos límites tan insospechados y sorprendentes que cuando los hombres quieren arrebatar de sus manos aquello que más quiere y que más suyo es, su propio Hijo, Dios lo entrega. 



La palabra “desamparado” que usa aquí Jesús dirigida a su Padre en la cruz del calvario, no se refiere al abandono de alguien que no tiene interés en estar presente en lo que le pasa y mantiene una actitud de indiferencia. Es un término que significa “abandonar desde dentro sin intervenir”. El Padre sufre la muerte del Hijo abrazado a él solidario con su dolor, experimentándolo con él en el drama del Gólgota. El gran milagro de la cruz como centro del evangelio es que en ella nos encontramos con un Dios que permite que “lo echen” del mundo como un maldito, como un criminal, privado de derechos y dignidad para reconciliar al mundo con él. Por eso, a la pregunta: ¿Dónde estaba Dios en la cruz de Cristo? la respuesta es:



“Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados… al que no conoció pecado por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él” (2ª Co. 5:19, 21).  



¿Dónde está Dios ahora, en medio de la muerte de sus hijos?



Está con nosotros sufriendo a nuestro lado, solidario con nuestro dolor. En silencio, discretamente ¿por qué todas las obras de Dios tienen que ser mediáticas, espectaculares y maravillosistas? Es ahí donde lo encontramos, en nuestro llanto, en el sufrimiento indescriptible, en el valle de sombra de muerte, haciéndonos saber que es nuestro pastor y que nada nos faltará, porque conociendo que está con nosotros no temeremos jamás mal alguno.



Y cuando le preguntamos ¿Por qué Señor? ¿Por qué ahora? ¿Por qué tan rápido? Aunque no conteste audiblemente, teniendo la absoluta certeza de que se encuentra a nuestro lado, podemos escuchar su voz: Confía hijo, aunque no lo entiendas. Aceptar es, con frecuencia, más importante que comprender. Sobre todo, cuando la mente y la lógica humanas no dan más de sí. Aceptar no es soportar algo con fatalismo, ni atiesarse en la prueba, ni olvidar con el tiempo; es ofrecerlo a Dios para que él lo haga fructificar, pero esto no es algo que se razona, ni se fabrica, ni se comprender, es una experiencia espiritual (C.S. Lewis). 



Juan 16:22 – “…Ahora tenéis tristeza, pero os volveré a ver y se gozará vuestro corazón y nadie os quitará vuestro gozo”


 

 


2
COMENTARIOS

    Si quieres comentar o

 

Plutarco
16/08/2020
15:37 h
2
 
Porque hay tristeza que viene de Dios; porque Jesús mismo se entristeció en varias ocasiones; porque hay varios pasajes en las Escrituras que tratan el tema; porque nuestra fe no elimina nuestra humanidad. Y porque, paradójicamente, la gracia de Dios hace que,en medio de la tristeza, encontremos el consuelo del "Dios de toda consolación".
 

Plutarco
16/08/2020
15:27 h
1
 
En estos días, al confrontar la partida de nuestro hijo menor, Daniel, que concluyó su peregrinaje terrenal como discípulo de Jesús, este artículo resulta bendición. Es una lástima que algunas traducciones del 1 Ts 4.13 hayan cometido lo que considero que es un error, al poner una coma después de "entristezcáis", que implica que el cristiano no debe entristecerse. Lo que el texto dice, como se expresa en la cita del principio del artículo, es que no no debemos "entristecernos como"... (sigue)
 



 
 
ESTAS EN: - - - La otra tristeza frente a la muerte
 
 
AUDIOS Audios
 
La década en resumen: teología, con José Hutter La década en resumen: teología, con José Hutter

La conmemoración de la Reforma, las tensiones en torno a la interpretación bíblica de la sexualidad o el crecimiento de las iglesias en Asia o África son algunos de los temas de la década que analizamos.

 
Intervalos: Disfruten de la luz Intervalos: Disfruten de la luz

Estudiamos el fenómeno de la luz partiendo de varios detalles del milagro de la vista en Marcos 8:24, en el que Jesús nos ayuda a comprender nuestra necesidad de ver la realidad claramente.

 
2020, año del Brexit 2020, año del Brexit

Causas del triunfo de Boris Johnson y del Brexit; y sus consecuencias para la Unión Europea y la agenda globalista. Una entrevista a César Vidal.

 
7 Días 1x08: Irak, aborto el LatAm y el evangelio en el trabajo 7 Días 1x08: Irak, aborto el LatAm y el evangelio en el trabajo

Analizamos las noticias más relevantes de la semana.

 
FOTOS Fotos
 
Min19: Infancia, familia e iglesias Min19: Infancia, familia e iglesias

Algunas imágenes del primer congreso protestante sobre ministerios con la infancia y la familia, celebrado en Madrid.

 
X Encuentro de Literatura Cristiana X Encuentro de Literatura Cristiana

Algunas fotos de la entrega del Premio Jorge Borrow 2019 y de este encuentro de referencia, celebrado el sábado en la Facultad de Filología y en el Ayuntamiento de Salamanca. Fotos de MGala.

 
Idea2019, en fotos Idea2019, en fotos

Instantáneas del fin de semana de la Alianza Evangélica Española en Murcia, donde se desarrolló el programa con el lema ‘El poder transformador de lo pequeño’.

 
VÍDEOS Vídeos
 
Héroes: un padre extraordinario Héroes: un padre extraordinario

José era alguien de una gran lealtad, la cual demostró con su actitud y acciones.

 
Programa especial de Navidad en TVE Programa especial de Navidad en TVE

Celebración de Navidad evangélica, desde la Iglesia Evangélica Bautista Buen Pastor, en Madrid.

 
Primer Congreso sobre infancia y familia, primera ponencia Primer Congreso sobre infancia y familia, primera ponencia

Madrid acoge el min19, donde ministerios evangélicos de toda España conversan sobre los desafíos de la infancia en el mundo actual.

 
 
Síguenos en Ivoox
Síguenos en YouTube y en Vimeo
 
 
RECOMENDACIONES
 
PATROCINADORES
 

 
AEE
PROTESTANTE DIGITAL FORMA PARTE DE LA: Alianza Evangélica Española
MIEMBRO DE: Evangelical European Alliance (EEA) y World Evangelical Alliance (WEA)
 

Las opiniones vertidas por nuestros colaboradores se realizan a nivel personal, pudiendo coincidir o no con la postura de la dirección de Protestante Digital.