La necesidad de desconectarnos una vez a la semana.
Según algunos estudios recientes en el mundo anglosajón, un alto porcentaje de los pastores evangélicos se encuentran agotados y en un estado constante de Burn Out (literalmente ‘quemados’ o ‘consumidos’).
Una gran parte del problema tiene que ver con el mito que el pastor tiene que estar disponible las 24 horas del día, incluso a las tres y media de la madrugada.
Desde la creación en adelante, Dios estableció el sábado como un precioso día de descanso. En los días de Moisés, el Señor dijo “Acuérdate del día de reposo para santificarlo” (Éxodo 20:8). No fue una sugerencia ni un consejo sino un mandato.
Los pastores necesitan descansar. O, mejor dicho, los pastores son mandados a descansar. Si no descansan, desobedecen a su Jefe.
Gracias a la resurrección de Cristo, el sábado judío pasó al domingo (el primer día de la semana). Pero como todos sabemos, el domingo suele ser el día más ocupado en la agenda del pastor.
Es legítimo que el pastor curre en el día del Señor ya que el Señor Jesús dice, “¿No habéis leído en la ley como en el día de reposo los sacerdotes en el templo profanan el día de reposo y son sin culpa?” (Mateo 12:5).
Los pastores se levantan los domingos con la carga de la Palabra pesando en sus almas. Como heraldos, han de dar un mensaje en el nombre del Rey del cielo. Y cuando se acaba la reunión, frecuentemente se ven obligados a aconsejar y a interceder por las almas necesitados.
Ya que los pastores no son robots, sufren con los que sufren porque aman a sus ovejas con el tierno amor de Cristo.
Puesto que el domingo es un día de labor intensa para los profetas de Dios, resulta necesario buscar algún otro día entre semana para descansar en el Señor.
En mi propia vida, el día de descanso (casi siempre) es el lunes. Los lunes, me despido de mi teléfono móvil y cierro el portátil. Me desconecto por completo. Es el día de reposo. Suena bastante revolucionario, ¿cierto?
Déjame preguntarte algo, siervo de Dios:
¿Cuándo fue la última vez que pasaste 24 horas sin usar tu móvil o tu laptop?
El concepto de desconectarnos parece impensable. A lo mejor te has reído al leer la pregunta. No obstante, Dios manda que descansemos y que nos entreguemos cien por cien a Él en nuestro ‘sábado’.
Tenemos que edificar y cultivar nuestro corazón en el Señor. No es correcto ni bíblico que estemos disponibles siete días de la semana (salvo por emergencias). Dios no nos creó para que fuéramos máquinas impersonales.
“¡Pero, me dirás, mi iglesia me necesita!”
Sí, tu congregación local te necesita. Es verdad. Pero tu iglesia no necesita a un ministro medio-muerto que va de actividad en actividad con una pésima vida devocional.
Tu iglesia necesita que su pastor esté en comunión con Dios, creciendo (y disfrutando de crecer) en el conocimiento de la gracia de nuestro glorioso Salvador, Jesucristo.
Sí, has leído bien, he dicho “disfrutando”. Cuando el brillo se ha apartado de nuestra vida espiritual, algo anda mal.
Las iglesias necesitan que sus pastores estén dedicados a la Palabra de Dios y a la oración, incluso si tienen una congregación con miles de miembros. No están puestos para “servir mesas”.
Si no me creéis, leed Hechos 6:4. Tu iglesia necesita que su pastor more en la presencia del Altísimo.
Eres un soldado de Cristo. Pero ¿cómo podrás pelear en el nombre del Señor si no has descansado bien o si apenas puedes respirar bien por causa de tanto activismo?
“¡Pero, me dirás, mi conciencia no me deja tranquilo si me desconecto!”
Tu conciencia es voluble y poco fiable. Tu conciencia tiene que someterse al soberano mandato del Señor. Si Dios te dice que descanses, ¡tienes que descansar sí o sí! ¡No importa la opinión de tu conciencia ni la de los miembros de tu congregación ni la de los otros predicadores en tu ciudad! ¡Dios te ha dicho que descanses!
No eres un títere ni una marioneta de los hombres. Tu iglesia necesita ver y entender que su pastor toma en serio los mandamientos de Dios. ¿Cómo puede un pastor desobediente producir un pueblo obediente?
Hoy, te exhorto en el nombre del Señor a desconectarte una vez a la semana. Apaga el móvil. Desenchufa tu conexión a Internet.
Olvídate de las noticias. No necesitas enterarte de lo que está pasando en Irak e Irán. No hace falta responder a todos tus e-mails. Pueden esperar. Tendrás tiempo entre el martes y el sábado para contestarlos.
No permitas que tu conciencia sea guidada por cualquier otra voz que no sea la Palabra del Todopoderoso. El es tu Amo y Él te ha dicho, “Acuérdate del día de reposo para santificarlo”.
Menos WhatsApp; más obediencia.
Menos Facebook; más descanso.
Menos noticias; más Biblia.
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