Con eso de que no somos del mundo, olvidamos que vivimos en sociedad, con derechos, obligaciones, y regidos por leyes comunes. Hay temas sociales, políticos, económicos, culturales, que nos afectan, a veces mucho.
Hoy hablamos con Héctor José Rivas (Barcelona, 1961), un apasionado de la fotografía, que además es Director del programa de radio “Fem un Cafè”, de Ràdio Bona Nova. Héctor forma parte del grupo de teatro “Reencuentro”, es colaborador en Protestante Digital y miembro de la Església Unida de Barcelona.
Trabaja como conductor de autobuses y vive en Barcelona, con su esposa, la escritora Febe Jordà, y sus cuatro hijos, Sara, Anna, Josep y David.
P.- Una de sus pasiones es la fotografía... Por ello pregunto: ¿una imagen vale más que mil palabras? ¿O es la Palabra la que genera la necesaria imagen…?
Respuesta.- La fotografía es un arte y, como tal, una forma de expresión que busca una reacción en quien la contempla. Sugiere una realidad bajo el prisma del fotógrafo. Una imagen habla por sí sola y, en principio, no necesita palabras. Jesús, la Palabra, es la imagen de una realidad inalcanzable, y nos la hace cercana. Fíjate: en la epístola a los Hebreos pone que “siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia”; esa misma imagen, en el evangelio de Juan, aparece como el Verbo, la Palabra. La imagen nos revela cómo es, pero la Palabra nos lo define, nos describe su carácter y propósito.
La Palabra de Dios nos ofrece la posibilidad de retener en nuestra mente un montón de imágenes. Hablamos de personas, proezas, paisajes, milagros, vivencias. Pero también nos describe cómo es Dios, detallando sus atributos; nos relata la naturaleza del hombre, su origen y su final; pero sobre todo nos describe, desde el Génesis al Apocalipsis, cómo puede llegar a ser la relación entre ambos.
P.- ¿Debe mostrar una imagen la crudeza o la belleza de la realidad, o debemos decantarnos por lo religiosamente correcto?
R.- Este es un tema de debate y, por tanto, abierto a muchas opiniones, dependerá del fotógrafo y de lo que se quiera conseguir. A mí, personalmente, no me gustan las fotos ‘fuertes’, y seguro que hay muchas personas que piensan igual. Creo que últimamente, utilizando sobre todo las redes sociales, se están recreando en poner según qué fotos y tocar la fibra sensible de las personas para propósitos, en algunos casos, un tanto sospechosos. La realidad se puede mostrar con una imagen menos cruda y dura.Pero, en todo caso, lo que no debemos hacer es ignorar la realidad. Somos propensos a cambiar la realidad por nuestra propia idea, a vivir en nuestra burbuja espiritual, o mejor dicho, religiosa. Si no somos capaces de ver cualquier imagen que nos incomode y nos saque de nuestra zona de confort, que no esté de acuerdo a lo que como cristianos pensamos, estamos huyendo de la realidad.
P.- ¿Sirve la fotografía para la denuncia de los casos de violencia de género, la explotación de los niños, la pobreza extrema, la corrupción…?
R.- Pienso que la fotografía es un medio de comunicación, y como tal, también se puede utilizar para denunciar todo tipo de injusticias. Aparte de que es uno de los mejores soportes para transmitir y difundir el mensaje, se puede colocar en paredes, muros, paneles, repartir en mano, poner en los buzones, mandar emails, poner en redes sociales…Lo difícil en estos casos es el tipo de foto que elegimos. Está demostrado que haciendo campañas agresivas la gente se sensibiliza más y se consiguen mejor los objetivos marcados. La fotografía no es más que un retrato, una instantánea captada en un momento, es una imagen fija que no cambia (bueno, ahora sí por el photoshop). Pero eso no sé si nos está llevando a una especie de bucle, en que cada vez necesitamos imágenes más fuertes para llegar a sensibilizar y dar a conocer a la gente las injusticias.
P.- ¿Se puede transmitir el mensaje cristiano a través del arte, en su caso de la fotografía?
R.- El mensaje de Dios es lo suficientemente importante y trascendental como para utilizar todos los medios necesarios a nuestro alcance para poderlo transmitir. Si volvemos a Hebreos 1:1, vemos a “Dios hablando muchas veces y de muchas maneras”. También vemos en los evangelios cómo Jesús utiliza varios recursos para transmitir el mensaje. En estos tiempos lo estamos haciendo desde la música, la literatura, el cine, la pintura, ¿por qué no desde la fotografía? En plan personal se pueden realizar postales con las fotos sobre la amplia y maravillosa creación de Dios, sobre las personas y sus relaciones, las obras misioneras… se pone un breve texto y se puede difundir, como antes he mencionado. Es una manera de divulgar el mensaje. No suena muy innovador, pero no deja de ser una forma. Lo bueno es seguir buscando alternativas y ser creativo. En el campo evangélico hay un montón de profesionales de la fotografía, y muchos más aficionados, y quizás, por ejemplo, se podrían llevar a cabo una o varias exposiciones con los distintos trabajos. Cada una de ellas podría ser temática; quizá podrían ir acompañadas de una conferencia o talleres, teniendo como base el tema escogido y dándole un enfoque cristiano.
P.- Ahora me gustaría que nos contara sobre su interesante y valiosa labor al frente del programa Fem un cafè de Radio “Bona Nova”... ¿Quiénes forman parte del equipo? Y si le parece, también nos da unas pinceladas sobre Radio “Bona Nova”.
R.- Pues en primer lugar hablaré de Radio “Bona Nova”. Es una emisora cristiana que está en las ondas desde hace 30 años. Se encuentra en la ciudad de Barcelona. Mantiene una programación muy variada, desde programas sobre las sardanas (baile típico de Catalunya) hasta meditaciones de los Salmos, pasando por radio-teatro, programas divulgativos, de niños, rutas para excursiones... Tiene un alcance limitado al ser una emisora local, pero con internet y en streaming (www.radiobonanova.com) su alcance es ya global. Junto a su director, Roberto Velert, hay un grupo importante de voluntarios.
En cuanto a mí, pues… ¡que nunca pensé en hacer un programa de radio! Me lo propusieron, lo medité mucho, oré, busqué un equipo y acepté el reto. De eso ya hace más de tres años. Fem un Cafè es una expresión catalana que utilizamos cuando queremos quedar con alguien para hablar en plan informal, de ahí que escogiéramos este título. Es un programa de tertulia, desenfadado, natural, ambientado alrededor de una mesa de comedor, donde se toma café y se habla sobre un tema desde una vertiente cristiana. Nuestro objetivo es doble: por un lado dar a conocer a Dios con tertulias sobre temas de una forma natural y dinámica; y por otro, potenciar y dar a conocer a organizaciones y cristianos cuyo trabajo es relevante. Pensamos que tenemos mucho potencial en el pueblo de Dios preparado profesionalmente y que tiene muchas cosas que compartir y aportar. Actualmente somos seis personas en el equipo: David Gumá, Jonatán Gumá, Raquel Villalobos, Javier Álvarez, Nacho Pla y un servidor, Héctor Rivas. Hemos finalizado ya nuestra tercera temporada. En estos momentos llevamos realizados 120 programas, con 70 invitados diferentes, y algunos de ellos se han atrevido a venir más de una vez, ¡qué valientes! Lo hacemos en directo todos los martes de 19 a 20 horas. Se puede escuchar visitando www.radiobonanova.com ¿Qué más? Estamos en facebook[i], y también tenemos una web[ii]. En los dos sitios informamos de los temas y de los invitados que nos acompañarán en el siguiente programa, se ven fotografías del invitado y el equipo, y se pueden escuchar o bajar los audios de todos los programas.
P.- ¿Qué temas abordáis desde Fem un cafè? ¿Es fácil estar todas las semanas al pie del cañón?
R.- Pues como decía llevamos 120 programas, y eso quiere decir casi 120 temas. Hay que decir que hemos repetido alguno, por ejemplo sobre películas, libros y música, pero con un enfoque e invitado diferentes. Pero luego hemos tenido temas muy variados como hablar del dolor, la pasión, los silencios, humor y religión, turismo, liderazgo, comunicación, identidad, publicidad… Y me callo, porque estoy tentado a decirlos todos. Cualquier tema es válido para tratarlo y hablar de Dios. Para nosotros, cada uno de estos temas ha sido especial, como cada uno de nuestros invitados, con su complicidad a la hora de sumarse a nuestra manera de hacer. Nosotros tocamos muchos temas pero no lo sabemos todo (somos tertulianos honestos), por eso convocamos a los invitados, ‘vecinos’ les llamamos nosotros, y vienen para aportar profesionalidad al tema. Acabamos un programa y al día siguiente ya estamos pensando en cómo será el próximo, no nos es ningún esfuerzo, es un desafío, mirar de superar el programa anterior. Lo cierto es que nadie se quiere perder ningún programa. El secreto, si lo hay, es que nos lo pasamos bien. De hecho, ha habido periodos difíciles para algún integrante del equipo y, en vez de quedarse en casa, viene al programa porque le resulta beneficioso.
P.- ¿Sigue siendo la radio uno de los medios valiosos para transmitir el mensaje cristiano? ¿Se deben cambiar los métodos y lenguajes tradicionales, dado que nos encontramos con una sociedad inmersa en continuos cambios y abandono de valores tradicionales?
R.- La radio tiene un atractivo que no tienen otros medios de comunicación. No tan solo es capaz de meterse en los hogares de los oyentes, sino que incluso puede formar parte de sus vidas, de su cotidianidad. Las personas son capaces de escuchar sus programas y locutores favoritos no solo en casa sino allí donde vayan, en el coche, por el móvil. Es fácil pensar que si tenemos un micro y un altavoz nos van a escuchar más, pero la gente es libre y puede decidir no hacerlo. La primera regla de la comunicación es que el mensaje llegue al receptor, y para esto deberemos tener en cuenta a quién nos dirigimos. He escuchado emisoras de radio cristianas españolas donde las formas, la entonación, el lenguaje, la música, todo, es demasiado religioso. Nos cuesta cambiar. Fem un café es un programa cristiano, pero no religioso. Intentamos no utilizar nuestro lenguaje cúltico para que nuestros oyentes entiendan lo que les queremos decir. Es necesario cambiar el lenguaje y las formas. No estamos transmitiendo ni religión ni liturgia, ¡estamos comunicando vida! ¡Vida! Y eso es lo que tenemos que reflejar.
P.- ¿Valoramos y utilizamos los evangélicos los medios de comunicación?
R.- Si hablamos de evangélicos de un modo global, diré que sí. En toda América son muchos los canales de radio y televisión y periódicos cristianos. Hay una clara visión. Qué mejor que los medios de comunicación para poder llegar a miles y miles de personas continuamente. Pero España es diferente, como siempre. A veces nos conformamos con una hora a la semana en una radio local, o los veinte minutos que tenemos en las diferentes televisiones estatal o autonómicas. Hay muy pocas excepciones que se atrevan a dar un paso más. Hubo una iniciativa en Barcelona, en 2008 si no me equivoco, donde las emisoras cristianas catalanas realizaron toda una jornada sobre la radio. La asistencia llenó el local de la convocatoria. Los conferenciantes, profesionales cristianos de medios de comunicación, expusieron varios temas sobre el mundo de la radio y su alcance, llamando a tener una visión clara de este ministerio. El crear este tipo de eventos puede despertar la curiosidad y vocación a otras personas que se pudieran comprometer, aunque sea para cuestiones puntuales o un tiempo limitado. De todas formas, habría que hacer una reflexión profunda y un autoexamen, con sinceridad, para saber por qué no somos capaces de aportar los recursos humanos y económicos necesarios, cuáles son las barreras reales para que esto no lo estemos llevando a cabo.
P.- ¿Debemos los evangélicos tener mayor presencia en la esfera de lo público? ¿Debemos opinar sobre los distintos temas que se debaten en la sociedad que nos circunda?
R.- No sé si es una percepción mía, pero creo que algunos temas de actualidad no se suelen tocar en nuestras iglesias locales aunque sí que, cada vez más, se está empezando hacer con iniciativas desde entidades y organizaciones cristianas.Por otro lado, no sé si tenemos la suficiente cultura del debate. Con eso de que no somos del mundo, nos olvidamos un poco de que estamos viviendo en sociedad, con derechos, obligaciones, y regidos por leyes comunes. Hay temas sociales, políticos, económicos, culturales, que nos afectan, y en algunos casos mucho.
En ocasiones no tenemos opinión sobre temas públicos, pero sí que opinamos en público sobre temas propios de la iglesia. Como escuché en una predicación, estamos más preocupados por atacar y defender nuestra doctrina, la verdadera (por supuesto) entre los cristianos, que en evangelizar y dar el mensaje de salvación a los otros.Tenemos la generación mejor preparada de la historia de la iglesia y no podemos desaprovecharla. Su preparación académica y un buen fundamento bíblico les hacen más que óptimos para debatir públicamente esos temas. Hablamos de ser relevantes en la sociedad, y eso pasa por relacionarse e involucrarse.
P.- ¿Piensa que la proclamación debe ir de la mano de la compasión? ¿Colabora con algún ministerio dedicado a beneficiar a los más desfavorecidos?
R.- El principal mensaje es la venida de Cristo, movido por su amor, para la salvación de los pecadores. No vino en plan superhéroe sino que se identificó tanto con el ser humano que sufrió penalidades, traiciones, mentiras… Fue contado como uno más entre nosotros con el único fin de salvarnos. Cristo ocupó nuestro lugar en la cruz. La compasión es amor en acción, que se identifica y quiere aliviar el sufrimiento de las personas.
Hemos procurado colaborar en lo que ha estado en nuestra mano, apadrinando niños, por ejemplo, o personalmente, implicándome en proyectos puntuales. En 2009 tuve ocasión de viajar con la ong Gracia En acción[iii], de Vilafranca del Penedés, en la ejecución del Proyecto Quisqueya, enfocado a paliar la desnutrición de niños entre los 0 a 15 años en República Dominicana; y en 2013, dentro del Proyecto Josué de la Coordinadora de les Assemblees de Germans de Catalunya, estuve en Guatemala, con una doble orientación, la formación bíblica de pastores y un programa de prevención dental para los niños.
P.- ¿Cuál es su mayor fuente de inspiración?
R.- Decir Jesucristo parecerá retórico o espiritualoide, pero puedo asegurar que es justo eso. Si no fuera por Él no haría ni la mitad de las cosas que hago, y la otra mitad seguro que tendrían otro objetivo.
Por eso pienso que es Cristo quien está detrás. Él es el que dirige mi vida, es mi fuente de inspiración y mi motivación, el que me da las fuerzas, las herramientas y las oportunidades.
P.- Se acaban de publicar imágenes suyas en el libro "Los frutos del árbol", editado por ADECE. ¿Qué sensación le ha producido ver sus fotografías como parte de esta obra? ¿Se siente estimulado a continuar desarrollando y perfeccionando su labor artística?
R.- La agitación que tenía por ver el libro acabado se convirtió en satisfacción al tenerlo entre mis manos. Rápidamente me puse a buscar mis fotos y el grabado con el que Miguel Elías abría cada uno de los frutos.
Para mí ha sido todo un privilegio ser parte de este proyecto, incluso podría decir que ha sido toda una sorpresa. El ver mis fotos en medio de todos esos frutos me ha hecho sentir pequeño. Las personas que han participado en este árbol son unos monstruos, en el buen sentido de la palabra, y el material excelente, creativo, inspirador. Siempre que reconocen, y en este caso editan, el trabajo de uno, es una satisfacción y a la vez un estímulo. Espero poder ir perfeccionando esta afición y seguir poniéndolo al servicio del Señor y para su obra. Finaliza la entrevista. Gracias, Héctor, por acercarnos un poquito a su labor en pro de la extensión del evangelio. Enhorabuena por ese tercer aniversario de Fem un cafè, que, caliente o recalentado, no falta.
[i] https://www.facebook.com/FemUnCafe
[ii] http://femuncafe.net
[iii] http://www.graciaenaccion.org
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