Daniel Pujol: “Nada me apasiona más que hablar de Dios”

Después de conversar con el pastor Andrés Bitar en Madrid la semana pasada, ahora estamos con otro joven predicador en Barcelona. Se trata de Daniel Pujol.

Pujol es un siervo de Dios que lleva una década proclamando el nombre de Cristo públicamente. “Aún recuerdo la primera vez que me puse delante de una Iglesia para dar un sermón –comenta nuestro hermano- fue en 2004, en una reunión de oración y hablé sobre Lucas 24”.

Me da gozo anunciaros a todos que tanto Dani como yo estaremos compartiendo la Palabra del Señor este año en Misión Posible 2015 (Madrid). Tengo muchas ganas de oír lo que nuestro Dios tiene qué decir a través de él.

Como siempre, empezamos presentando a nuestro predicador invitado:

Nombre: Daniel Pujol

Fecha de nacimiento: 13 de octubre 1981 (33 años)

Lugar de nacimiento: Barcelona

Estado civil: Casado desde hace siete años con una princesa del Reino llamada Eliana y padre de una niña de dos años.

Will Graham (WG): Buenos días, Dani. Bienvenido a Brisa fresca. ¿Quieres empezar hablándonos un poco sobre ti, hermano?

Dani Pujol (DP): Pues, mi mujer y yo somos de Barcelona. Ella es farmacéutica y yo periodista. He trabajado en diversos medios de comunicación aunque ahora mismo no ejerzo.  

Me crié en un hogar cristiano, mi papá era pastor y siempre fui a la iglesia con ellos. A pesar de escuchar sobre Dios toda mi vida no lo conocí hasta cinco años después de haberme apartado de la iglesia y el ámbito cristiano.

WG: Me alegro de que la gracia de Dios te haya alcanzado. Aleluya. Pues, aquí está la primera pregunta: ¿cómo supiste que Dios te llamaba a predicar?

DP: Siempre he tenido una sensación interna de que mi vida sería para Dios aunque me resistí por muchos años. Pero además, también supe que terminaría predicando algún día. Recuerdo bien que siendo aún adolescente estuve en un campamento de familias en Suiza. A mí me aburría mucho tener que ir a los estudios y hacía lo posible por saltármelos, como mínimo los devocionales matutinos. Uno de esos días en mitad de los pasillos mi padre me pilló por sorpresa haciendo novillos y me dijo: "¿Cómo es que no vas al devocional?" Y yo le respondí enfadado y rebelde: "Ya sé que yo un día terminaré predicando pero ahora no quiero ir a los estudios". Unos años después me aparté de la iglesia. 

Yo no recordaba esa escena, pero diez años más tarde, después de terminar de predicar en una visita a una iglesia, una mujer se acercó y me habló de esa escena en Suiza, yo me quedé asombrado porque no la recordaba, pero ella pasó por allí y escuchó la conversación.

WG: ¿Y desde entonces no paraste?

DP: Ni pararé hasta que me falte el aliento porque no hay nada que me apasione más en esta vida que hablar de Dios. Por eso predico. Y por eso vivo.

WG: Amén y amén. ¿Cómo pueden los jóvenes saber si Dios les está llamando a ser predicadores?

DP: Conociéndole. Sólo conociendo a Dios se pueden saber sus propósitos sean cuales sean. Uno puede tener sensaciones o percepciones pero la forma de confirmar un llamado es teniendo relación con el que te llama. Y la forma de conocer a Dios es a través de su palabra y la intimidad con Él.

WG: En términos práctico, Dani, ¿cómo preparas un sermón?

DP: Lo que hago primero preguntarle al Padre si hay algo específico sobre lo que quiera que hable ese día. Paso ratos en mi habitación con Dios hasta que poco a poco voy recibiendo confirmación por medio de la convicción.

 Al mismo tiempo no dejo de meditar en su palabra. Creo que la palabra de Dios se puede degustar y personalmente me gusta masticarla para sacar todo su jugo (si es que se puede) me gusta tomar un texto sea corto o largo y memorizarlo. Eso te permite ir exprimiéndolo durante todo el día e ir captando todos los matices. Poco a poco van surgiendo ideas, pensamientos y... ¡vida! Cuando te das cuenta ya es demasiado tarde para callar ¡necesitas compartirlo!WG: ¿Quiénes son algunos de tus héroes teológicos/ héroes en la fe? ¿Por qué?

DP: En realidad creo que fuera de Jesús todos son villanos. Sin embargo, es cierto que parte de ellos han sido transformados por su gracia. Por eso es el único que puede llevar ese título de Héroe.

WG: Sí, nuestro hermano Josué Enfedaque opina lo mismo. ¿Y además de Jesús?

 DP: En la Biblia sintonizo mucho con David, no tanto por sus proezas o conquistas sino por su debilidad y su deseo de estar un día con Dios. Me fascinan los salmos, para mí son el evangelio del Antiguo Testamento.

WG: ¿Y si hablamos de una época más moderna?

Robert Murray M'Cheynne, C.H. Spurgeon o George Whitefield, son algunos de los que más me han inspirado. 

WP: Sí, J.C. Ryle contó que Whitefield predicaba como si fuera un león. ¿En qué consiste, para ti, un buen predicador? ¿Qué cualidades necesita en el púlpito y fuera de él?

Para mí el buen predicador es el que encarna el mensaje. Fuera de ello podremos destacar más o menos sus habilidades, cualidades y aptitudes, pero encarnar la Palabra es lo fundamental. Sin eso el predicador de convierte en un mero charlatán.

La cualidad principal que debe tener es la coherencia. Entre lo que dice cuando está en la plataforma y lo que vive cuando está fuera de ella, siempre en consonancia con lo que la Biblia enseña.

WG: ¿Cuáles son algunos de los peligros que un predicador tiene que enfrentar?

DP: El orgullo y la idolatría de sí mismo. Jesús nos llamó a morir a nuestro Yo, pero el predicador necesariamente será el centro de atención en muchas ocasiones por lo que hay riesgo de caer en vanagloria y acabar atrapado en la mirada del otro.

En ese sentido es muy importante apartarse de la multitud, como hacia el Maestro, para estar a solas con el Padre y volver a entender cuál es nuestra verdadera naturaleza sin Dios, ya que no hay gloria sin Cristo ni victoria sin Cruz.

WG: Sí, señor. Y en tu opinión, hermano, ¿cuáles son los grandes desafíos y las grandes necesidades del cristianismo contemporáneo?

DP: Predicar un evangelio completo, ese será nuestro desafío y a la vez la gran necesidad de los que escuchan.

Creo que los países occidentales van a tender a predicar un evangelio parcial, en el que términos como arrepentimiento, pecado, maldad, infierno, juicio, van a quedar diluidos para evitar lo que a ningún ser humano le gusta: ser confrontado. Pero sin confrontación no hay convicción de maldad y por lo tanto probabilidad arrepentimiento, así se ahuyenta la salvación.

Dios es amor, sí, pero el ser humano no puede beneficiarse de ese amor sin pasar con Jesús por una Cruz. Y eso es confrontación.

WG: Finalmente, Dani, sabiendo que Protestante Digital está llegando a millones de lectores jóvenes cada mes, ¿qué consejo le darías a un creyente joven en nuestros días?

Que ponga su juventud en manos de Dios. Es el único que va a sacar de él un rendimiento eterno. En esta vida nunca nos van a dar la oportunidad de conocer alguien tan importante y a la vez tan cercano. Seguir a Jesús va a ser la aventura más grande que jamás podrán vivir aquí y en la eternidad. 

WG: Gracias, hermano, por tus palabras tan bien medidas. Nos vemos en Madrid si Dios quiere. Un abrazo en el amor del Señor.

* La semana que viene estaremos conversando con: Pedro Blois (Granada)