El catolicismo romano es un sistema que lo abarca todo y se necesita abordarlo como tal, intentando dar sentido a sus enseñanzas.
Desde la época de The Conflict with Rome [El conflicto con Roma] de Gerrit Berkouwer (1948) y de Roman Catholicism [El Catolicismo Romano] de Loraine Boettner (1962), a la teología evangélica le ha faltado la evaluación exhaustiva del catolicismo romano que penetra en los verdaderos problemas teológicos que están en juego. Ha habido pocas obras sobre el concilio Vaticano II (1962-1965) y la mayoría de evangélicos no tienen los instrumentos suficientes para captar teológicamente lo que sucedió entonces y como ha continuado impactando a la Iglesia Romana.
Un número creciente de personas están impresionadas por el “aggiornamento” (puesta al día del lenguaje y las expresiones sin un cambio sustancial) que tiene lugar en Roma y se preguntan si la Reforma ha terminado definitivamente. Muchos de estos análisis se han hecho escudriñando y escogiendo una aproximación al catolicismo romano. Los pedacitos de su teología, los fragmentos de sus prácticas, los segmentos de su historia y los sectores de su universo están considerados como si representaran la totalidad del catolicismo romano. Cuando la gran imagen de la catedral teológica católico romana se pierde, las interpretaciones se vuelven superficiales y dispersas.
El nuevo libro del Profesor Allison es una buena noticia para todos aquellos que han deseado durante mucho tiempo una guía teológica fiable cuando tratan con el catolicismo romano. Cimentado sobre un esmerado análisis del Catecismo de la Iglesia Católica de 1992, incluye la trayectoria global de la teología y la práctica católico romanas. En lugar de la yuxtaposición de impresiones efímeras y datos desconectados, Allison proporciona un marco teológico que representa la complejidad del sistema católico romano y su dinámica unidad.
En el primer capítulo establece el marco teológico que dará orientación a su análisis del Catecismo. En el catolicismo romano hay dos ejes principales que forman su historial. Por una parte, la “interdependencia naturaleza-gracia” y, por la otra, la “interconexión Cristo-Iglesia”. Históricamente, el magisterio romano ha dado el asentimiento tanto a la tradición Agustiniana (filosóficamente influenciada por el pensamiento neoplatónico) como a la tradición Tomista (emergente de una reinterpretación cristiana de Aristóteles a través de Aquino). Mientras que el agustinianismo ha hecho hincapié en la realidad corruptora del pecado y la absoluta primacía de la gracia, el tomismo ha dado una consideración más positiva a la intrínseca disposición de la naturaleza humana hacia las operaciones de la gracia. Ambas tradiciones consiguen coexistir, siempre y cuando el sistema católico romano proporcione una plataforma lo suficientemente poderosa para poder albergar a las dos, al mismo tiempo que no está completamente identificado ni es identificable con ninguna de ellas. Este es otro indicador significativo de la catolicidad del propio sistema.
Los ámbitos de la naturaleza y la gracia están, pues, en continuidad teológica irreversible, como la “naturaleza” en el catolicismo incorpora tanto la creación como el pecado, en contraste con la distinción Reformada entre la creación, el pecado y la redención. Esta comprensión diferente de la repercusión del pecado significa que la gracia encuentra en la naturaleza “Romana” una actitud receptiva (permitiendo un optimismo humanista del catolicismo) frente a una doctrina Reformada por la que el pecado arraigado nos deja inconscientes de nuestro reprobable estado. Esta rígida diferencia antropológica respalda incluso la veneración del catolicismo a María. La apertura epistemológica católico romana, su confianza en la capacidad del hombre, y su dependencia total sobre la posibilidad de la cooperación humana convergen en la articulada teología en lo que se refiere a la bíblicamente sobria figura de María. En este sentido, la mariología expresa, por tanto, las características por excelencia de los motivos naturaleza-gracia católico romanas.
Segundo, el catolicismo romano necesita un sujeto mediador para relacionar la gracia con la naturaleza y la naturaleza con la gracia -es decir, la Iglesia Romana- y así Allison habla de la “interconexión Cristo-Iglesia”. La Iglesia es considerada una prolongación de la Encarnación, reflejando a Cristo como una realidad Divina-humana, actuando como una altera persona Christi, o sea, un segundo “Cristo”. Por consiguiente, es imposible para el catolicismo romano clamar con los reformadores solus Christus, ya que esto se vería como un rompimiento del vínculo orgánico entre Cristo y la Iglesia. El triple ministerio de Cristo como Rey, Sacerdote y Profeta es así transpuesto a la Iglesia Romana, en su regla jerárquica, su interpretación magisterial de la Palabra y su administración de los sacramentos. Nunca hay solus Christus (sólo Cristo), únicamente Christus in ecclesia (Cristo en la Iglesia) y ecclesia in Christus (la Iglesia en Cristo).
Al llegar a este punto, Allison hace su detallado análisis, capítulo a capítulo, del Catecismo, resumiendo sus principales principios y ofreciendo una evaluación evangélica fascinante aunque crítica. La imagen que nos llega es diferente de la que Mark Noll y Carolyn Nystrom escribieron en su tratado de 2005 Is The Reformation Over? [¿Ha terminado la Reforma?] En este libro, Noll y Nystrom argumentaban que “los evangélicos pueden aceptar al menos dos tercios” del Catecismo de la Iglesia Católica. Más adelante, admiten que cuando el Catecismo habla de Cristo, se entrelaza con la Iglesia hasta el punto de hacer de los dos uno, lo cual es inaceptable para los evangélicos que consideran la exaltación de la realidad creada un caso de idolatría. Así, por una parte, hay una aparente “ortodoxia común”; por la otra, existe una profunda diferencia sobre el significado de las palabras básicas (p.e. Cristo, la iglesia, etc.).
Sobre la base de la “interdependencia naturaleza-gracia” y la “interconexión Cristo-Iglesia”, Allison ayuda al lector a encontrar sentido a ambas áreas de acuerdos y desacuerdos al tiempo que apunta siempre a la red hermenéutica que se estableció al principio. Por ejemplo, el Catecismo enseña una doctrina de “justificación por la fe”. Aunque, lo que el catecismo quiere decir, es un trabajo sinérgico que no es forense en su naturaleza pero sí transformador y que se administra a través del sistema sacramental de la Iglesia y teniendo en cuenta los méritos propios. La palabra es la misma pero el significado teológico, que es confirmado por las prácticas devocionales de Roma, está lejos del entendimiento bíblico de la doctrina de la justificación. Lo mismo es cierto en cuanto concierne a todos los términos clave del evangelio.
El catolicismo romano es un sistema que lo abarca todo y se necesita abordarlo como tal, intentando dar sentido a sus enseñanzas, no como si fueran temas aislados sino tratando de penetrar en el hecho de que pertenecen a un sistema dinámico aunque orgánico.
Al tratar con el catolicismo romano, especialmente en tiempos de creciente presión ecuménica, la teología evangélica debería ir más allá de la superficie de las afirmaciones teológicas e intentar captar el marco interno de referencia de la teología católica. Desde allí, se puede probar valorarlo desde una perspectiva evangélica.
Este es exactamente el punto abordado por el libro de Allison y también su mayor contribución. El libro magistral del Profesor Allison es encomiable por su profundidad bíblica, su agudeza teológica, su atención histórica y su conciencia sistémica. La teología evangélica ha empezado finalmente a hacer su tarea al analizar la visión del actual catolicismo romano. Mi esperanza es que este libro de referencia reorientará la teología evangélica desde su atracción a un ecumenismo superficial con Roma hacia un diálogo serio fundamentado en la Palabra de Dios. La Reforma según el Evangelio es tan viva y relevante como siempre.
Teología y Práctica Católico Romana: Una Evaluación Evangélica de Gregg R. Allison. Wheaton, IL: Crossway, 2014. 496 pps. 28 $. Esta reseña también está publicada en http://9marks.org/review/book-review-roman-catholic-theology-by-gregg-allison/
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