Dios no se cansa de enseñarnos, de amarnos, de tener paciencia, etc., etc. con nosotros, los que vivimos debajo del sol. Siempre diciendo: Recordad, Escuchad… Pero observé, y he aquí me di cuenta que nosotros, los humanos, tampoco nos cansamos de oír, leer, ver. Supongo que desde la Prehistoria la mujer ha sido objeto de reuniones, discusiones… que si le damos un trozo de dinosaurio más pequeño, o el puñado más estropeado de las bayas porque trabajó menos para conseguirlo… O porque lo único que hace es ser máquina perfecta para dar unos hijos maravillosos, o porque su cerebro es más pequeño, tanto que no piensa como debería… Que si tiene hijos, que si no; que si trabaja, que si no; que si limpia y cocina, que si no; que si habla, que si no… Cansa.
Y no quiero discutir sobre la mujer ni que ella sea objeto de discusiones. Solo quiero pedir que sea tratada como dice Dios en su Palabra; alguien que ha sido creada a su imagen y semejanza, alguien que también recibió la orden de crecer y multiplicarse, y recibió, junto con el hombre, la potestad de la mayordomía sobre todo lo creado. ¡¡Sí!! No me lo recuerden, a pesar de todo, tengo memoria, sé que hubo una Caída y sus consecuencias. Y también recuerdo que Dios llamó a Abraham y le prometió grandes cosas. Y que a partir de ahí veo también que tenemos ejemplos de mujeres bien tratadas que opinaban e incluso cometían errores por esa libertad, como Sara, Rebeca… Hay mujeres decididas, con iniciativa, como Rut, a pesar de su extranjería y antecedentes paganos. ¿Alguien le daría una función dentro de un Plan estratégico a una mujer como Rahab? Piensa… ¿a una mujer como esas que son explotadas sexualmente, engañadas, torturadas física y moralmente? Si muchos ni siquiera sabemos que existen fuera de nuestra perfecta burbuja.
Reconocemos que innumerables veces miramos hacia otro lado, incluso las mujeres… ¿Nos preguntamos, acaso, por qué llegan a esa situación? No tenemos tiempo, apenas podemos expresar nuestra opinión. Pero Dios no se cansa de indagar y dar dignidad a estas mujeres que a nuestros ojos parecen todo lo contrario.
Y sigo rebuscando, para encontrarme en Proverbios a una mujer empresaria, virtuosa, administradora, viajera, madraza, amantísima, hacendosa. ¿Será que ese libro está ahí para adornar la Biblia? ¿Quizás sobraban páginas y había que rellenar? Pienso que Dios quiere resaltar que las mujeres pueden administrar una empresa, su casa, preocuparse por los hijos y otras cosillas más. Y ahí vemos a la mujer de Sunem con la brillante idea de construir un apartamento para el profeta Eliseo con el consentimiento de su esposo que confiaba en ella. ¡Confiaba! En esa época. ¡Le permite pensar!
¿Y Débora? ¿Por qué está ahí? ¿Y María la madre de Jesús? ¿Por qué elegir a una jovencita, sencilla si el Hijo de Dios podría haber llegado de otras maneras insólitas? No sé… No podemos citarlo todo, si escarbo hasta Internet se cansaría de que le robe espacio… Pero rebozo de contento cuando me acuerdo de la mujer samaritana, en situación de exclusión social la mires por donde la mires; y un Jesús misericordioso se digna a hablar con ella a plena luz del día, sin tapujos de ningún tipo porque sabía de sus necesidades. Sabía que tenía que devolverle la dignidad. Incluso la considera digna de dar testimonio de Él. En su agenda había tiempo para el pastoreo de los indignos y sufrientes del mundo. Sentó precedente de cómo hay que comportarse en una ocasión como ésta.
Y recuerdo a la mujer adúltera que iba a sufrir violencia por parte de unos hombres muy importantes. Pero Jesús puso a todos al mismo nivel. Como diciendo: “No hay justo, ni aun uno”. Quién sabe si se dio cuenta que faltaba uno de los culpables del asunto juzgado. Le devolvió la dignidad a la que todos tienen derecho. Derecho a la vida desde que era un embrión en el vientre de su madre, hasta ahora ya adulta. ¿Y qué de la mujer cananea que se atreve a mirarlo frente a frente y al final él la alaba delante de todos?
Me pregunto a estas alturas del Siglo XXI si nos importa la dignidad de esas mujeres que han sido apedreadas año tras año en nuestro país por parte de sus dignos esposos. A veces las mujeres ni siquiera opinamos. ¿Qué podemos esperar de los demás? No pido que se haga un complot ni se dé un golpe de estado, sino que las que escriben, escriban; las que tienen den; las que hablan bonito, hablen; las que tienen la balanza, pesen bien; las que aconsejen, dediquen tiempo; las que enseñen, lo enseñen todo y a todos.
Pienso en la mujer que derramó un costosísimo perfume de nardo sobre los pies de Jesús. Y él consintió, ya que las costumbres de la época no permitían ni siquiera que esa mujer estuviera presente en dicha reunión. Y él respetaba las leyes. Pero sentó precedente de que a veces conviene la flexibilidad. No soy una gran exégeta pero me permitiréis opinar. Había un motivo importante. Y no se le había ocurrido a los demás, que estaban súper preparados. Creo que ella sí sabía de números y quién era Jesús de verdad. Delante de todos le dio la razón, no pensaba que con esto sería menos hombre, en cómo quedaría su reputación, en que si no lo invitarían a la próxima cena, en perder el título de Maestro…
No se trata de cargos, de status, o de estar por encima o debajo de nadie. Se trata de dignidad. No quiero que nadie se pelee por nadie, solo reclamo un trato digno, dado con el mismo rasero para todos. ¿Sabéis que del total de personas traficadas en el mundo 80% son mujeres y el 50% son menores?
Cada vez aumentan más los días de celebraciones: días y días en contra de las injusticias perpetuadas sobre las mujeres y las niñas. Pero quedan en eso, en días, en flores en los cementerios, en el “Ay pobrecita, tan buena que era”. Mejor que sigan siendo buenas en el reino de Dios aquí y ahora. Que cumplan el propósito que Él tiene para sus vidas, su lugar en Su misión.
Que los hombres enseñen a otros hombres a ver a la mujer, independientemente de su edad, como un ser humano con un valor inmenso, con los mismos derechos a la luz de la Palabra, esa que es viva y eficaz y nos remueve si la dejamos y leemos.
Veo niñas que son obligadas a casarse con solo ocho años… ¿Te imaginas a la tuya sometida a tamaña tortura? Otras en burdeles, enganchadas a las drogas, golpeadas, como si fueran animales. Muchas son víctimas de las consecuencias de los conflictos que se viven en estos momentos en países como Siria.
Y Jesús mostrándome su ejemplo en cada página de los evangelios. Diciendo que el reino de Dios se ha acercado. Ya está aquí y ahora. Jesús sanando, enseñando, tocando lo intocable, derramando misericordia. Diciendo que Marta y María podían desarrollar sus dones en la justa medida en que le habían sido otorgados. Jesús dejando que muchas financiaran su ministerio como Juana, esposa de Cuza, administrador de Herodes, o Susana y muchas más. Y podían acompañarle quién sabe para ir aprendiendo, o tal vez dar su opinión… A veces es bueno escuchar a una mujer opinar sobre algo.
Pero sigue la violencia y se engrosan las estadísticas de muertes y actos violentos en contra de la mujer. Otro 8 de marzo, Día de la mujer, acaba de pasar. Yo misma puedo olvidarme de orar, hablar, escribir, difundir noticias sobre estas injusticias. Espero que esta llamada de atención que hoy tecleo impregne todo mi ser. Y sea más como Jesús. Ese que nombro todos los días. Espero no ver más mujeres con el rostro quemado, con cuerpos utilizados, mutiladas genitalmente, violadas, vendidas, abandonadas, víctimas de las guerras.
Gracias a tantas organizaciones que trabajan a favor de la mujer en España, dentro del ámbito evangélico, como Esclavitud XXI, Proyecto Perla, Fin De La Esclavitud, Fiet Gratia, Hogar Cenicienta, Eleas, Zona Roja, Proyecto Ana, entre otras.
Repito, no quiero disputas sobre quién es el mayor, sino que se dé lo que corresponde a la luz de la Biblia. Todos juntos alumbrando la ciudad.
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