La ciudad de Hazor fue la llave principal para el establecimiento de Israel en Canaán. La Biblia narra el enfrentamiento entre el rey de Hazor, Jabín y el líder israelita Josué. Señala que este reino era el centro de una coalición de pequeños estados y que la ciudad fue conquistada e incendiada (Josué 11:10).
Las excavaciones que lleva a cabo la Universidad Hebrea de Jerusalén en Hazor parecen confirmar estos hechos. Los estudios muestran una ciudad fundada en el tercer milenio aC, que llegó a tener una superficie de unas 80 hectáreas y una población alrededor de 20.000 personas.
Al final de la Edad del Bronce la ciudad estaba distribuida entre la zona alta o acrópolis y la ciudad baja a los pies del Tell. Se hallaba situada al norte de Galilea, en la ruta natural desde Egipto a Siria y Babilonia. Era el principal centro de la región, únicamente nombrado con la entidad de reino en Canaán, en las cartas de Tell El-Amarna (Egipto, EA#228).
Entre los edificios monumentales de la acrópolis de Hazor destaca el Palacio Ceremonial, llamado así por el arqueólogo Amnón Ben-Tor, que dirige las excavaciones desde 1990 (*). El palacio tenía a su entrada un patio de unos 1000 metros cuadrados con una plataforma o bamá para ceremonias cultuales. Desde el patio, a través de tres escalones, se accede al pórtico con dos grandes columnas de basalto y desde aquí al salón principal. El edificio estaba revestido de ortostatos (placas) de basalto y el suelo cubierto de madera. Entre otras cosas se hallaron en su interior las figuras de bronce de una deidad y de un rey. También tabletas de arcilla con inscripciones cuneiformes, una caja de marfil con imagen de la diosa Hathor, sellos cilíndricos, diferentes tipos de cerámicas, varias armas rituales.
Los trabajos realizados en Hazor por Yigael Yadin y Yohanan Aharoni en 1955-58 y 1968, así como los actuales por Amnón Ben-Tor y Sharon Zuckerman constatan la destrucción de la ciudad en la segunda mitad del siglo XIII aC. En ella se aprecia una capa de ceniza que en algunos edificios como el palacio ceremonial, delata un voraz incendio que llegó incluso a cristalizar vasijas de arcillas. En el caso del palacio el fuego se vio favorecido por la abundante madera de las vigas del techo y del piso del edificio, junto con el aceite almacenado en grandes pithoi (vasijas de almacenamiento). Aúnse hallaronalgunos pithoi con cereales carbonizados.
Para fijar la datación de esta destrucción ayudó un descubrimiento en la ladera norte de Hazor. Se trata de un lugar de culto egipcio donde se halló una inscripción jeroglífica con el nombre del sumo sacerdote Rahotep, que sirvió bajo el faraón Ramsés II, en la primera parte del siglo XIII aC, por lo que la destrucción e incendio de la ciudad aconteció en la segunda mitad de este siglo, coincidiendo con el periodo del establecimiento de Israel en Canaán.
En el estrato de la destrucción
se aprecia un gran número de estatuas de dioses y gobernantes que fueron intencionadamente mutilados cortándoles las manos y la cabeza. Por lo que se descarta un incendio accidental o una catástrofe natural.
Curiosamente se ha encontrado una tableta de arcilla con caracteres cuneiforme del periodo babilónico antiguo con el nombre “Ibni”, variante lingüística de Jabín, el rey cananeo de Hazor, mencionado en la Biblia (Josué 11:1). Y además coincide con el nombre Ibni-Addu, rey de Hazor, descubierto en los archivos reales de la ciudad de Mari.
Pero aunque estos dos nombres pudieran referirse a la misma persona son 600 años anteriores al Jabín de la Biblia.
Durante los doscientos años que siguieron a la destrucción de la ciudad, no se apreciaron edificaciones estables, salvo tiendas y cabañas típicas de pobladores seminómadas, junto a una cerámica pobre, características comunes de muchos otros asentamientos que se han identificados con los inicios de Israel en Canaán.
Es a partir del siglo X aC cuando Hazor es reconstruida con edificaciones sólidas y ordenada planificación urbanística. Destacando la muralla de casamatas y la puerta de 6 cámaras, similares a las de Gezer y Meguido, todo ello coincidiendo con las construcciones de Salomón según refiere el texto bíblico de 1Reyes 9:15.
La ciudad creció con la dinastía Omrita durante el siglo IX aC, con nuevas murallas, y edificios gubernamentales, como el llamado edificio tripartito de pilares, un sistema de suministro de agua mediante un túnel de 40 metros para acceder a una fuente sin salir de las murallas e incluso una ciudadela. Por último, esta gran ciudad fue destruida en el año 732 aC por el rey asirio Tiglat-Pileser III, y nunca recuperó su importancia, hasta desaparecer en el siglo II aC.
(*) Durante más de 10 años el proyecto contó con la colaboración de la arqueóloga española,Mª Teresa Rubiato, de la Universidad Complutense de Madrid.
(**) Más información en recientes publicaciones de ASOR (The American Schools of Oriental Research) y BAR (Biblical Archaeology Review), Web oficial de la excavación (
http://hazor.huji.ac.il/).
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