Colonna y Orsini, dos familias y un papado

Mientras que en Italia surgían las llamadas comunas, que daban el poder de las ciudades a los burgueses, en Roma, dos familias se disputarían el control del papado, la familia de los Orsini y la familia de los Colonna.

La familia de los Colonna desciende del antiguo linaje de los condes de Túsculo y en la actualidad continúan prestando servicios a la Santa Sede, como príncipes asistentes.

En la Edad Media y más tarde durante el Renacimiento, la familia Colonna consiguió que varios de sus miembros fuera cardenales e incluso papas. Uno de los cardenales más famosos fue Giovanni Colonna. El papa Martin V fue uno de los papas de esta familia italiana.

Los problemas entre los Orsini y los Colonna comenzaron con el intento de control de los emperadores del Sacro Imperio Romano Germánico al crear el partido de los gibelinos y los güelfos.

En el siglo XIII un problema familiar de los Colonna, que terminará con la destitución del cardenal Jacopo y su excomunión, produjo que toda una facción del Colegio Cardenalicio se pusiera en contra del papa Bonifacio VIII.

Una parte de la familia Colonna denunció al papa Bonifacio VIII y le acusó de haber sido ilegalmente, lo que provocó una guerra que terminó con la huida de gran parte de la familia Colonna de Italia.

Los Orsinitambién ocuparon importantes cargos en la Curia, la familia consiguió que se nombrara a uno de sus miembros como papa bajo el nombre de Nicolas III.

Bajo el pontificado de Nicolas III se desarrolló la orden franciscana, que se convertiría en un una impulsora de la Iglesia Católica del momento. Francisco de Asís, con su visión de una iglesia pobre y cercana a los humildes contribuyó a que muchos regresaran al seno de la Iglesia, pero esto no impidió que el nepotismo de Nicolas III desprestigió la labor del papado.

El Papa colocó a varios miembros de su familia en cargos importante de la Iglesia. Este mal de la simonía o nepotismo perduró durante varios siglos, en el los que unas pocas familias se disputaban los mejores cargos eclesiásticos para aprovecharse de los ingresos de las tierras que representaban.