En el reciente retiro de mujeres de Aglow España, celebrado en Madrid del 1 al 3 de febrero, conocí a Dana Solé Molins. Me impactó su trabajo narrativo y editorial que allí expuso. Ella es diplomada en magisterio, escritora de literatura infantil, y responsable de publicaciones Kaleb.
Actualmente se desempeña como maestra de Enseñanza Religiosa Evangélica en la escuela pública “San Pascual Bailón”, de Pinos Puente (Granada), y a la vez concluye un posgrado en formación teológica.
Entiendo que debemos apoyar su esfuerzo editorial que propaga los valores cristianos en nuestra sociedad.
Pregunta.- ¿Cómo surgió ediciones Kaleb? ¿Eres una de las promotoras?
Respuesta.-Kaleb surge de un llamado de Dios a escribir literatura cristiana para educar. Dios usa circunstancias, cargas, incluso dificultades y enfermedades para llamarnos a la acción. Como Nehemías, quien cuando vio la necesidad ayunó, oró, actuó y Dios le respaldó. Yo era una maestra de educación infantil que quería servir a Dios con todo mi ser, y mientras desarrollaba las entrevistas con los padres de mis alumnos detecté la necesidad que tenían éstos de tener herramientas que les ayudaran a educar. Dios puso esa carga en mí por años, hasta que un día todas las circunstancias ayudaron a hacerla realidad. Mi esposo me apoyó, un terreno se vendió y Kaleb nació.
P.- ¿Piensas que los valores se están perdiendo? ¿Inculcarlos es sólo tarea de los padres, o podemos contar con ayuda adicional?
R.-Kaleb nace para proporcionar esta ayuda a los padres. Todos sabemos que muchos valores se están perdiendo en la sociedad. Así que es un deber de padres y educadores velar y trabajar para que esto no pase. Yo creo en el legado generacional, creo que cada generación debe luchar para que las generaciones que siguen sean mejores que la de nosotros.
P.- ¿Y la iglesia?
R.-La iglesia es la heredera del legado de Dios; su misión es ser luz, sal y discipular a las naciones. Hacer literatura educativa con principios bíblicos es ayudar a la iglesia a discipular a las naciones, en este caso a las generaciones emergentes.
P.- La colección se llama “Cuentos para la Paz”… ¿Por qué este título?
R.-La paz es uno de los grandes valores y de las grandes riquezas de Dios como dice Efesios 1:18. Podemos ser pobres y pasar necesidad, pero si tenemos la Paz de Dios estamos completos. La Paz de Dios es la seguridad de que él está con nosotros aunque el resto del mundo nos maltrate.
Debemos educar para la paz, paz de saber relacionarnos con los demás, paz de ser auténticos; no hablo de una paz conformista sino la paz proactiva, comunicativa, que dice la verdad sin contienda, sin resentimiento, con espíritu perdonador.
P.- ¿Por qué elegisteis los títulos “¿Dónde está mi valor?” y “Mi papá es campesino” para iniciar la colección?
R.-Empezamos el camino con estos libros simplemente porque pensamos que eran los mejores que teníamos en ese momento.
Mi papá es campesino habla del principio de honrar a los padres y de muchos valores de la familia.
¿Dónde está mi valor? es un cuento que habla del valor que tenemos para Dios.
Cuando uno inicia un proyecto de fe empieza a andar con lo que tiene; así de sencillo, Dios te va guiando y te va dando. Después vinieron otros libros que ahora están agotados, como
El Gigante amaestrado,
Relatos de verano en la medina de Fez,
Viviendo la Navidad y
Los reyes magos en la Villa de Palos. Vinieron más escritores y más ilustradores que se unieron al proyecto e hicieron grandes trabajos, Dios va proveyendo.
P.- Me llama la atención que en los dos primeros libros no aparece la figura de la madre…
R.-Una de las cargas que tengo como escritora es animar a los padres varones a tomar un papel activo en la educación; no es que no valoremos a la madre, es que pensamos que ella ya ha tomado esa responsabilidad más frecuentemente. A veces los varones están más fuera de casa y delegan la educación a la madre. Simplemente queremos animarlos y reforzar su papel educativo que es de gran importancia.
Me ha ocurrido, como escritora, de estar contando estos cuentos a niños que no tienen padres en casa, hijos de mujeres separadas, y en ese caso les digo tenemos dos padres: uno en el cielo y otro en la tierra, y que los padres de la tierra se equivocan pero el padre del cielo es perfecto; este es el padre que Dios es para ti y ese es el padre que Dios quería que tuvieras. Este padre muestra el corazón que Dios tiene para los niños, muestra el corazón de Dios Padre para nosotros.
P.- ¿Se puede enseñar a un niño a quererse, a valorarse?
R.-Sí; lo enseñamos cuando les decimos con nuestras palabras y nuestros hechos que ellos son de gran valor. Aun cuando se equivoquen, deben saber que aún son de gran valor. Como dice proverbios,
el misericordioso hace bien a su alma, pero el cruel se atormenta a sí mismo. Les debemos enseñar a no hundirse por sus errores, sino a perdonarse a sí mismos y levantarse. Les debemos enseñar que ellos son tan valiosos como para que Dios enviara a Su Amado Hijo a morir por cada uno de ellos. Este es el valor que tenemos para Dios, el valor de la Sangre de Jesús.
P.- Entonces… ¿cómo se educa en valores?
R.-Se educa desde el nacimiento, con tu forma de valorarlo, mirarlo, acariciarlo con las palabras que le dices y las actitudes que tienes con él o ella. Se educa con el ejemplo y la dedicación; esta última es muy importante, hay que dedicar tiempo a educar. Hoy no se dedica tiempo en familia a enseñar principios. A veces pensamos que los niños aprenden por ósmosis, pero no es suficiente, hay que poner esos principios sólidos en sus vidas para que ellos los adopten e integren. Este principio está en Deuteronomio 6:6-9, el hablar de la Palabra de Dios a tus hijos en cualquier momento, aprovechando cuando la situación es adecuada. Este es el significado de enseñar al niño en Su camino, para que cuando sea viejo no se aparte de él.
Cuando el niño anda en camino de mentira debemos enseñarle a andar en la verdad, cuando anda en contienda es que debemos enseñarle a andar en paz, cuando no se valora hay que enseñarle el valor que tiene para nosotros y para Dios…
P.- ¿Piensas que desde pequeños podemos enseñarles a los niños a pensar en los demás, a compartir sus juguetes, golosinas, sus juegos…?
R.-Esto es la lucha entre la carne y el espíritu que tenemos con nosotros mismos; ellos también la tienen. Pero es más fácil si les decimos lo que le gusta a Dios. A los niños les gusta saber lo que le gusta a Dios y que Dios es una autoridad para padres y maestros. Les gusta saber que nosotros también tenemos que obedecer y que a nosotros también nos cuestan algunas cosas; desde la humildad de nuestro andar con Dios es que les enseñamos a andar a ellos con los principios de Dios. Es así con los adultos, también nos caemos y nos levantamos por Su Gracia y misericordia. Si tú haces reflexionar a un niño sobre cómo se sentiría su compañero si nadie le habla o nadie le da nada, estamos enseñando a sentir lo que otros sienten, a tener empatía y compasión. Pero es imprescindible dedicar tiempo y esfuerzo a estas reflexiones, a pararse y pensar en lo que ha hecho, a ir a la silla de pensar y luego conversar. Nuestra obediencia a Dios nos da más autoridad, y si la reflexión viene desde la Palabra de Dios tiene más autoridad que si lo que decimos son nuestras propias palabras e ideas.
P.- El personaje de ¿Dónde está mi valor? tiene celos de su hermano. ¿Cómo le ayudan a superar esta actitud?
R.-Enseñándole que cada hijo es único, especial y de gran valor. Este es el principal mensaje, pero el padre también le enseña que cada uno tiene una mezcla de diferentes habilidades, capacidades y aptitudes usando las biografías de dos grandes hombres muy distintos, David Livingston y Albert Einstein.
P.- Vivimos en un país donde hay todo un abanico de nacionalidades. ¿Cómo enseñan tus libros a respetar al que es diferente por su procedencia, color, ideas, carácter? Así no habría xenofobia…
R.-Nuestra editorial tiene un libro que es muy valioso, escrito por Verónica Rossato, una escritora de Protestante Digital que se llama
Relatos de Verano en la Medina de Fez. Este libro trata de la interculturalidad; hay un gran trabajo ético en ese libro porque acepta, ama y valora la diversidad cultural sin tener que estar de acuerdo en todo lo que las gentes hacen.
Queremos reeditarlo; trata de un matrimonio entre un padre español y una mujer marroquí que adoptan un hijo marroquí y cómo este hijo, criado en España, va a Marruecos en verano y conoce sus raíces culturales. Tiene una visión amante de la gente y sensiblemente respetuosa a la vez que crítica, es como andar en la cuerda floja con misericordia y verdad. Yo creo que este libro es una obra de arte, pura poesía ética.
P.- ¿Cómo sensibilizarnos a los padres ante la importancia de esta educación desde los primeros años?
R.-Cada uno en su entorno, tanto en la iglesia y desde su trabajo. Tú puedes hacer mucho desde la escritura, algunos en la escuela y a través de la editorial, cada uno con lo que tiene a mano, pero es muy importante este tema. La iglesia puede hacer escuelas de padres para sus miembros y para el barrio. Ningún padre nace enseñado, debemos ser conscientes que es una tarea muy transcendente pues trasciende nuestras propias vidas, afectando las vidas de nuestros hijos y nietos. Si lo tomamos en serio tendremos generaciones mejores.
Nosotros fundamos Generación Kaleb con esta misión y visión. Ahora la editorial no es una empresa, es un ministerio Generación Kaleb, que tiene fórmula legal de asociación sin ánimo de lucro.
P.- Mi papá es campesino me encanta, porque el personaje principal ama todo lo que hace su padre. No hablamos de un empresario o futbolista de éxito sino de un agricultor que se levanta de madrugada y suda la gota gorda para buscar el sustento. En nuestra sociedad nos regimos por otros patrones.
R.-Una vez fui a un congreso de maestros de educación infantil que trabajaban en escuelas rurales y me dijeron que ya era hora que hubiera un cuento que valorara a los campesinos, porque los niños no sentían que sus padres eran valorados por su trabajo.
Este libro nace del amor que mis hijas tienen a mi marido, ya que él es agricultor; así que es autobiográfico. Uno puede escribir con el corazón de lo que ha aprendido. Hay lecciones dolorosas que sacan lo mejor de nosotros. Es una historia larga…
P.- Los padres de los dos protagonistas dialogan mucho con sus pequeños… ¿Es normal hacerlo hoy en día?
R.-Por eso lo hacemos, para animarles a dialogar, el diálogo es una gran herramienta educativa.
P.- ¿Se sustenta bíblicamente todo esto que propugnas en las páginas de estas bellas publicaciones?
R.-Sí. Como te dije anteriormente, los principios bíblicos están inmersos en los cuentos; uno habla de Honrar a los padres y de lo que piensa Dios de la familia; el otro, del hecho de que somos únicos y especiales para Dios.
El Gigante amaestradohabla en contra de la manipulación emocional y
Los relatos de verano del respeto a las culturas; el principio bíblico es amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos.
El cuento de los reyes magos está escrito por un pastor y levanta la historia bíblica versus Papá Noel y anima a esperar que este Rey que vino va a regresar. El de
Viviendo la Navidad también cuenta la historia del Nacimiento de Jesús, pero desde los pastores y el pesebre pensando en valorar una Navidad no consumista. Y así están los principios inmersos en los cuentos que estamos preparando para publicar.
P.- Como profesora durante veinticinco años, ¿qué opinión puedes dar acerca de las medidas educativas que está desarrollando este gobierno?
R.-Y sigo siendo maestra, ahora de ERE. La editorial no nos da de comer, es como tener octillizos o más. Estoy de acuerdo con Rajoy en todas las medidas de su discurso de investidura. En el que dijo que había que mejorar el rendimiento y bajar la tasa de fracaso escolar promocionando el valor del esfuerzo; este valor ha caído en el esquema de valores de los españoles y los niños no se esfuerzan. Hay un clima de falta de esfuerzo en la escuela y esto es muy perjudicial para la sociedad. En ese discurso también dijo que intensificaría el aprendizaje de las nuevas tecnologías y del inglés, y yo apoyo esto, pues creo que es muy necesario. También creo que hay que diversificar más la secundaria obligatoria para ser más inclusivos y ayudar a los adolescentes a tener un desarrollo integral de la personalidad.
Estoy de acuerdo en las medidas de reforzar el tiempo de trabajo de las asignaturas troncales pues ayudarán a evitar el fracaso escolar. Estoy de acuerdo que se devuelvan las becas si no se estudia, pues creo que ayuda a que los alumnos se tornen más responsables. Estoy de acuerdo en que se quite la educación para la ciudadanía porque esto ayudaba a que enseñanzas anti bíblicas prosperaran. Estoy de acuerdo en que se refuerce la enseñanza de la religión, aunque, claro, con matices, respetando la diversidad religiosa y promoviendo que todos los alumnos tienen el derecho de ser enseñados en su religión. Tengo una anécdota buena con respecto a esto y la quiero dejar como reflexión:
Un día, a la hora del recreo, encontré un niño castigado cerca del despacho de la directora y le pregunté con amor por qué estaba castigado, y él me dijo que se había peleado, a lo que yo contesté: Pero ¿por qué te peleas? A Dios no le gustan las peleas. El niño miró al cielo y dijo: ¿Por qué mi profesor de religión no me dice lo que le gusta a Dios? Este es el matiz, no hablemos de religión, ¡hablemos de Dios! ¡De lo que le gusta a Dios!
P.- Si alguien desea adquirir los libros mencionados, ¿dónde pueden recibir información?
R.-Tenemos una tienda online
www.kalebpublicaciones.com,se los enviamos sin problema. Si me escriben, lo podemos enviar por contrareembolso, aunque sale más barato pagar en la web.
Finaliza la entrevista. Gracias, Dana, por hacernos repensar en esa labor tan importante de instruir al ser humano en Sus caminos desde que nace, para que aun en la vejez y las canas no se aparte de él. Que nuestro Dios bendiga y prospere tu labor de editar esas herramientas que pueden ayudar a los padres y educadores. Sé que no es fácil.
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