“Moses es una persona muy creyente. Es muy íntegro y facilita mucho el trabajo a la gente del club”, comentaba el jefe de prensa del FIATC Mutua Joventut, Miguel Ángel Forniés, antes de que Moses Ehambe, escolta del Joventut, llegara para hablar con nosotros sobre su fe.
Las palabras de Forniés ya nos daban una idea de cómo ve la gente a Moses y de cómo es él.
“Dios es mi todo”, dice Ehambe.
“Sin Él no sería lo que soy ahora, no sería nada. Esta es la razón por la que este año llevo el número 00, quiero dedicarle la temporada a él. Llevar el 00 significa que no soy nada, Él es la razón por la que estoy donde estoy ahora mismo, haciendo lo que estoy haciendo”. Una gran afirmación de un profesional que, a pesar de estar en un mundo rodeado de lujo y dinero, tiene muy claras sus creencias.
PASTOR KID
Moses nació hace 26 años en la ciudad Arlington, situada en el estado norteamericano de Texas. Él es el segundo de los cinco hermanos en la familia Ehambe: Sarah, Moses, Daniel, Zipporah y Joshua. Actualmente, el jugador del Joventut está casado con
“mi preciosa mujer, Sarah” y tiene dos hijas gemelas, Avila e Indira, de un año de edad.
“Mi padre es pastor en Estados Unidos desde 1982, así que crecí en la iglesia”, explica Moses.
“He sido cristiano desde que era un niño pequeño”, afirma, aunque también reconoce que no fue hasta que se hizo más mayor que no empezó a tener una relación con Dios.
“
Crecí sabiendo que tenía que ser un buen chico, porque era hijo de un predicador, pero no fue hasta la universidad donde mi vida realmente cambió y realmente tuve una visión de cómo tiene que ser mi vida en Cristo”, cuenta Ehambe.
“No fue hasta entonces que no descubrí que el cristianismo no solo tiene que ser solamente una religión, tiene que ser una relación”.
El norteamericano destaca que su padre ha sido la persona que ha tenido más influencia en su vida cristiana,
“porque él ha invertido mucho tiempo, oración y sabiduría en mi vida. Él es una de las principales razones por lo que soy ahora y por estar donde estoy. Es como el líder espiritual de mi vida”.
Moses también habla del famoso jugador de fútbol americano, Tim Tebow.
“Él está al nivel de juego donde yo estoy, es un atleta profesional, pero él no tiene vergüenza, a él le da igual, él proclamará a Cristo y dejará brillar su luz sin importar qué pase”.
Uno de los pasajes favoritos de Ehambe es Jeremías 17:7.
Bendito el varón que confía en Dios, y cuya confianza es el Señor. “Si alguien me conoce, la razón por la que estoy donde estoy ahora mismo no es gracias a mí, es gracias a mi confianza en Dios”, cuenta Moses
. “Uno de mis sueños es jugar en la NBA, y sé que un ser humano puede hacer cualquier cosa en este mundo si confía en Él. Quiero que la gente sepa que confío en Dios, mi confianza en Él es lo que ha hecho que ahora yo esté donde estoy y donde me llevará”.
LA CONFIANZA EN DIOS
Moses estudió en el High School de Mansfield Summit, donde a pesar de ser un
“buen jugador de baloncesto” no recibióninguna carta con una beca de alguna gran universidad del país, con lo que escogió la Oral Roberts University, una universidad cristiana situada en Tulsa, Oklahoma.
“Cuando pisé el campus de Oral Roberts University sentí que el Señor me dijo: ‘Aquí es donde quiero que vayas’”, explica Moses.
“Le dije a mis padres que iría a esa universidad, y ellos me respondieron que mi tía, que es profeta, les había dicho dos semanas antes de que yo visitara Oral Roberts que el Señor le había dicho que yo iría allí, a pesar de que supiera nada de esa universidad”.
Ehambe cuenta que escuchó la voz de Dios al escoger a qué universidad tenía que ir, y reconoce que
“pensaba que allí sería la estrella, el mejor jugador, pero no fue así, estuve en el banquillo todo mi primer año”.
Si algo tiene claro Moses, es que Dios nos guía siempre, así que él no se desanimó y continuó trabajando para poder jugar.
“En mi segundo año empecé a jugar un poco. El Señor me ha guiado durante toda mi carrera. En mis años junios y sénior, gracias a la confianza en Dios, me levanté y jugué bastante”.
EL SUEÑO DE LA NBA
El actual jugador del FIATC Mutua Joventut esperaba poder cumplir uno de sus sueños: jugar en la NBA. No pudo ser, y se tuvo que ir a la NBA D-League, la liga de desarrollo americano, donde hay los “filiales” de las franquicias NBA.
“Jugué allí cuatro años, dos con Tulsa, medio año con Austin Toros y un año y medio con Iowa”, cuenta Ehambe.
“Fui a Ourense antes de ir a Iowa, y allí me despidieron, lo que fue el plan de Dios porque cuando volví a la D-League gané el campeonato”.
Moses reconoce que
“el Señor siempre sabe qué está haciendo, especialmente cuando las cosas no van como nosotros queremos que vayan”.Y esque cuando tuvo que dejar Ourense, seguramente no entendería por qué, aunque él dice que
“no tendríamos que intentar comprender por qué Dios hace eso, porque Él sabe lo que hace, y esto es lo más importante”.
Ehambe, refiriéndose a esta confianza en Dios, cita el versículo 6 del cuarto capítulo de Filipenses.
Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias.
COMPARTIR EL EVANGELIO DESDE LA PISTA
El 6 de septiembre, el FIATC Mutua Joventut anunció el fichaje de Moses. A pesar del traslado de país, Moses sigue asistiendo a la iglesia aquí en España. “
He ido alguna vez a alguna catedral aquí en España, pero ahora vamos con mi familia a la International Church of Barcelona”, cuenta Ehambe. “
Es una gran iglesia, asistiendo allí parece que estamos en América, porque todo el mundo habla en inglés, la predicación es en inglés, las canciones y todo… No vamos mucho porque normalmente jugamos en domingo, pero siempre que podemos, siempre estamos allí”.
Moses explica que está contento en el FIATC Mutua Joventut, y que puede compartir el evangelio con sus compañeros. “
Puedo hablar de Dios, compartir mi testimonio, con todos mis compañeros. La principal manera de compartir mi fe con ellos es mediante mis acciones, mediante mi andar, mi hablar”.
“Estoy orgulloso de estar rodeado de chicos ayudándoles a saber que hay algo diferente en Moses”, continúa explicando Ehambe.
“Ellos me preguntan y es cuando el Señor me abre las puertas para compartir su palabra. La cosa más importante es que yo solo dejo que mi luz brille, dejo que mi luz brille a cada persona. Esto me ayuda a poder hacer cosas diferentes, invitarlos a casa para cenar, y cuando están allí compartir lo que Dios hace en mí”.
“Si preguntas a algún compañero, o entrenador que haya estado conmigo, te harán saber que Moses no tiene vergüenza”, explica el escolta. Y es que Ehambe aprovecha todas las oportunidades para
“dejar que mi luz brille. Me da igual lo que la gente diga de mí, todo lo que me importa es qué piensa el Señor de mí”. Moses cita otro versículo, Romanos 1:16.
“Porque no me avergüenzo del evangelio, es como soy”.
El jugador americano también es consciente de que, siendo un profesional, hay más tentaciones.
“El enemigo quiere que caigas, porque se siente amenazado. Él intentará tentarte, pero gracias a que soy fuerte y tengo mis fundamentos en Cristo y sé que soy Hijo de Dios. Mis pasos van encaminados a no caer en las tentaciones”.
“Lo que hago en el campo es simplemente un vehículo, algo que uso para alcanzar al perdido”, explica Ehambe.
“Esto no es nada, lo que me importa es glorificar a Dios, es como mi instrumento. Cada vez que tengo un partido, es como orar a Dios y pedirle que acepte la alabanza que le doy cuando tiro, cuando juego. Es mi alabanza al Señor. Todo se hace para el Señor. Yo no quiero nada”.
“La pista de baloncesto es una gran plataforma, y la gente te observa”, dice Moses.
“Miran lo que haces, los niños pequeños quieren hacer lo que haces, y estando en esta plataforma puedo proclamar a Cristo. Creo que es por esto por lo que Dios me ha dado los dones y los talentos que tengo. Son unos pocos los escogidos. Tengo que honrarle y hacer saber a la gente que Jesús les ama”.
Ehambe continuará persiguiendo su sueño de jugar en la NBA, siempre depositando su confianza en Dios para que lo guie como ha hecho hasta ahora. Mientras tanto, Moses continuará usando la pista como vehículo para compartir el evangelio a la gente.
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