Hoy hablamos con Virginia Guimaraes, licenciada en Educación Social y a punto de concluir un máster en Terapia Familiar y Pareja en la Universidad de Salamanca. Viene de Portugal, nuestro vecino país, que nos envuelve con la melancolía de sus fados, su típico bacalao y su exquisita repostería.
Virginia nos transmite la característica cortesía portuguesa y la suavidad en el hablar al contarnos sobre un viaje en el que se embarcaron 17 estudiantes universitarios de Salamanca, conmovidos con la situación vivida hace muy poco en la provincia de Málaga, azotada por las lluvias torrenciales que arrasaron viviendas y se llevaron algunas vidas.
Resulta conmovedor que en esta época de individualismo e indiferencia un grupo de jóvenes se interese por la situación de otras personas. Decidieron ayudar a una familia extranjera de Álora, bajo la tutela de Benjamín Martín, David Manso y su esposa Noemi, de la iglesia evangélica de Torremolinos.
Pregunta.- Virginia: ¿Qué sucedió para que un grupo de jóvenes decidiera dejar sus actividades normales y viajara a Álora?
Respuesta.-A través de En Vivo, una asociación universitaria cristiana que trabaja entre los universitarios de Salamanca, se difundieron, entre los estudiantes, algunas imágenes que habían aparecido en las noticias, a principios de septiembre, sobre las inundaciones en Álora. Estas ilustraban la magnitud de la destrucción causada por la fuerza del agua y la situación crítica de muchas familias que habían perdido todas sus pertenencias y, en algunos casos, la propia vida. Dicha actividad tenía como objetivo reunir un grupo de voluntarios para ayudar a estas familias durante un fin de semana.
En apenas siete días se recaudaron cerca de 200€ (entre donativos y ventas de galletas), y 17 estudiantes se unieron a esta causa. Del 1 al 4 de Noviembre, conjuntamente con la Iglesia Evangélica de Torremolinos, estuvimos apoyando a una familia (desde las inundaciones, la iglesia había sido la única entidad en ayudar a ésta). Dedicamos tiempo a quitar barro, cañas, recoger basura, troncos de árboles que habían sido arrastrados por el agua; y a conocer profundamente a esta familia constituida por una adolescente de 14 años y su madre de 43. El panorama era desolador, había mucho que hacer y recuperar.
P.- ¿Es la solidaridad algo natural para un cristiano? ¿Como en la Parábola del Buen Samaritano?
R.-La solidaridad debería ser algo natural para cualquier persona, pero más para un cristiano. Aunque en la Biblia no aparece la palabra solidaridad, aparece justicia y amor. Jesús nos invitó a amarnos los unos a los otros y eso implica dejar nuestras vidas cómodas, compartir lo que Dios nos da, velar para que los demás tengan una vida digna, en especial por aquellos que sufren o están marginados en la sociedad. La parábola del Buen Samaritano es un bellísimo ejemplo de lo que pasa en nuestra sociedad, y cómo, muchas veces, la solidaridad viene de donde menos se espera y además de forma libre y sin otros intereses de por medio. Según 1 Juan 4:20-21, “(…) quien ama a Dios también ama a su hermano”.
P.- ¿Qué tipo de situación encontrasteis?
R.-Los miembros de la familia a la que fuimos a ayudar son extranjeros y están sin papeles. El ayuntamiento les dijo que no podía ayudarles, porque los medios que tenían serian gestionados para las personas que estaban legalizadas. La única ayuda que reciben esta familia y otras cuatro personas más, proviene de la Iglesia Evangélica de Torremolinos.
Los campos y casas por donde había pasado el torrente de agua estaban llenos de basura, cañas y habían quedado completamente destrozados. Antes de la inundación, cerca de la casa había un puente metálico que había sido removido y roto en dos. La niña de 14 años había visto cómo su vecino se ahogaba cuando pasaba la tromba de agua y cómo su perro luchaba por su vida, intentando nadar. Desesperada vio romperse los cristales de las ventanas de su casa mientras entraba el agua con una fuerza increíble, destruyéndolo todo. Perdieron los muebles del salón, de las habitaciones, de la cocina y el baño… Hacía poco tiempo que habían estado pintando la casa y arreglando las puertas. Estaban sin electricidad y sin agua caliente. Pero el día antes de que volviésemos a Salamanca, algunas personas de la iglesia de Marbella habían logrado restablecer la electricidad y arreglar el calentador.
P.- ¿En qué consistió vuestra ayuda?
R.-Estuvimos limpiando el barro que estaba en las paredes, suelos y puertas de la casa. Quitando las cañas y toda la basura arrastrada por el agua que ahora estaban en el lugar donde antes había árboles frutales y un jardín con plantas. También quitamos trozos de piedras de lo que antes era el muro que delineaba la zona de la casa y el campo. Logramos restaurar algunos muebles...
P.- ¿Cómo fue trabajar con el equipo de la iglesia de Torremolinos?
R.-Fue una bendición para todos los jóvenes conocer y estar con el equipo de la iglesia de Torremolinos. Nos cuidaron muchísimo; se encargaron de todo: del alojamiento, de la comida y del material para limpiar (guantes, palas, cepillos, escobas, fregonas, cubos, etc.).
P.- ¿Piensas que la proclamación del evangelio debe ir acompañado de la atención a las necesidades humanas?
R.-Sin duda, no es coherente proclamar el evangelio cuando uno, en primer lugar, no cumple con el mandamiento de amar al prójimo.
P.- Cuéntanos alguna situación especial experimentada por el grupo.
R.-La situación en general fue especial para algunas personas del grupo, ya que era la primera vez que se desplazaban para ayudar a una familia que no conocían, y en un contexto tan crítico y desolador.
P.- ¿Ayudar a los más necesitados es algo normal dentro de las actividades de En Vivo?
R.-Sí, En Vivo colabora regularmente en diferentes proyectos sociales, como por ejemplo: Operación Niño de la Navidad, Hope Partnership y Proyecto Portugal (cada año, en colaboración con Habitat for Humanity, un grupo de estudiantes viaja a una ciudad de Portugal para ayudar a reconstruir la casa de una familia desfavorecida), entre otros.
P.- ¿Qué función tienes en este ministerio? ¿Cómo te involucraste en él?
R.-En este ministerio, dentro del equipo, estoy como interna. Este cargo implica que esté recién graduada de la Universidad y el tiempo de compromiso es de 9 meses. Mi responsabilidad consiste en servir y aprender más sobre el día a día de este ministerio para universitarios, y crecer en su amor y fe en Jesús. Como interno, una de mis funciones es pasar mucho tiempo con estudiantes, guiar estudios bíblicos y participar en las actividades evangélicas recreativas realizadas por En Vivo. Además de cocinar y limpiar, dar charlas a grupos de estudiantes, hacer videos, planificar eventos, entre otras cosas.
Antes de ser interna, estuve frecuentando En Vivo como estudiante por un periodo de 2 años; después decidí comprometerme en el ministerio.
P.- ¿Realizas alguna otra actividad o colaboración a favor de los necesitados?
R.-Actualmente, junto con mi novio, estoy colaborando con el Programa de Apadrinamiento Moisés de Alianza Solidaria.
P.- Eres oriunda de Portugal. ¿Por qué viniste a Salamanca? ¿Te fue difícil adaptarte a otra cultura, costumbres…?
R.-Vine en 2009 a Salamanca como estudiante Erasmus para terminar mi carrera de Educación Social. En 2011 volví para hacer un máster en Terapia Familiar y Pareja.
Adaptarme a la cultura y a las costumbres no fue muy difícil, aunque al inicio tuve que cambiar algunas rutinas, porque en Portugal los horarios para comer y de clases son muy diferentes. Y no hay siesta.
El primer cuatrimestre fue más complicado a nivel social y emocional. En esa época no era cristiana, entonces no iba a ninguna iglesia, no conocía En Vivo y tampoco iba a GBU. Hoy puedo decir que encontrar una comunidad cristiana donde uno puede congregarse y participar es un refuerzo para una mejor adaptación, y un apoyo social, emocional y espiritual, factor importante para los creyentes que se cambian a otro país.
P.- ¿Cómo conociste a Jesús?
R.-Crecí en una familia católica, donde la mayoría no es practicante. Frecuenté la iglesia católica y la catequesis hasta los 17 años. Sin embargo, fue en Salamanca, cuando empecé a ir a En Vivo, donde empecé a sentir más curiosidad e interés por temas espirituales. Poco a poco, me fui dando cuenta del significado y propósito de la vida de Jesús y de su muerte en la cruz.
P.- ¿Cuál piensas que es el papel de los jóvenes en la Iglesia y en la sociedad en general?
R.-Actualmente, los jóvenes en general tienen un papel fundamental en la sociedad. Son los grandes impulsores para el cambio. Crean nuevos estilos y movimientos, rompen con las tradiciones y tienen un gran poder para influir sobre los demás. A un nivel más particular, precisamente en el contexto de las iglesias, los jóvenes normalmente representan el movimiento dinámico y creativo de éstas. Están integrados en ambientes más amplios, como el instituto o la Universidad, equipos de deporte, asociaciones, grupos de amigos, etc. El abanico de posibilidades para difundir el evangelio es más amplio en esta franja de edad.
P.- ¿Somos visibles los evangélicos en medio de la sociedad española?
R.-Infelizmente, para la mayoría de las personas que no conocen la iglesia evangélica, somos vistos como una secta. La tradición y cultura de la sociedad española está muy arraigada con la historia de la iglesia coatólica. Me parece que eso hace que sea más difícil que los evangélicos sean vistos con buenos ojos por el resto de la sociedad.
Finaliza la entrevista. Gracias, Virginia, por este relato de vuestras experiencias en pro de los más desfavorecidos, siendo sal y luz en medio de la escasez de compasión y desprendimiento frente a la realidad que nos rodea.
Si quieres comentar o