¿De qué se trata? El Papa pide alentar las peregrinaciones... para que los fieles puedan dirigirse con "particular devoción" a María; fortalecer la Jornada Mundial de la Juventud; y "la restauración de la unidad entre todos los cristianos". La gran ofensiva para una "nueva evangelización" desde Roma...
El 11 de octubre de 1962 Juan XXIII inauguraba el Concilio Vaticano II ante la sorpresa del Mundo y el enfado de gran parte de la Curia. El 'Papa Bueno', uno de los más carismáticos de la Historia, sabía que la Iglesia Católica necesitaba profundos cambios si quería 'pintar' algo en una sociedad posmoderna que cambiaba a pasos agigantados.
Aquel encuentro de más de 2.500 obispos, que duró unos 3 años y fue clausurado por Pablo VI (por el cáncer de estómago que acabó con Juan XXIII), no trajo todos los cambios que se esperaban, aunque acercó la liturgia católica a sus fieles, y trasladó un mensaje aperturista al Mundo.
Sin embargo, se oyeron voces conservadoras muy críticas con la línea de Juan XXIII y con las conclusiones del encuentro. Una de ellas fue la de Ratzinger quien (paradojas de la vida) ahora se ve en la obligación de celebrar su 50 aniversario y tener que alabar las bondades del Concilio.
En palabras del propio Ratzinger, "El mensaje que surgió fue el de llevar el Evangelio a los confines de la tierra". Y ahora, Benedicto XVI llama a la 'Nueva Evangelización' del Mundo.
EL CONTEXTO DE AHORA Y DE HACE 50 AÑOS
Una de las inquietudes de Juan XXIII y de Pablo VI era "el olvido y la sordera" hacia Dios y la necesidad de volver a repasar la primera lección, la fe en Dios. Ellos estaban muy conscientes de la pérdida de influencia galopante de la Iglesia de Roma, a pesar de liderar a 1.100 millones de católicos. Querían abrirse a una forma más moderna y cercana de entender la fe para conectar con el hombre de su tiempo.
Sin embargo, la debilidad del catolicismo ha seguido creciendo, y entre los escándalos que han salpicado últimamente a la Santa Sede destaca el de Paolo Gabriele, mayordomo del Papa, por robar la correspondencia privada de Joseph Ratzinger. Algo que ha vuelto a evidenciar las miserias de la Curia. Para Pablo Ordaz, corresponsal en Roma de El País, los líderes de la Iglesia Católica han "perdido la brújula y el norte en medio de las guerras de poder".
¿Y cuál es la ofensiva de Benedicto XVI para cambiar el mundo? ¿Qué entiende él y el resto de la jerarquía católica por 'Nueva Evangelización'? Ahí va la receta (aguanten la respiración y busquen una silla para no caerse de la emoción): Más peregrinaje; más devoción a María; una actividad masiva para jóvenes; y un deseo de unidad en el cristianismo, que no es otra cosa sino ecumenismo teórico e intrascendente. ¿Con esta estrategia piensan impactar la sociedad? ¿Eso es llevar el Evangelio?
MÁS PREGUNTAS
Coincidiendo con la celebración del sonado aniversario Benedicto XVI ha proclamado el 'Año de la Fe' que comenzó el 11 de octubre de 2012 y terminará el 24 de noviembre de 2013. Pero ¿de qué fe estamos hablando? Tengamos en cuenta que el Papa sigue siendo el
líder cristiano de mayor peso y relevancia (al menos el más popular). ¿Qué fe es la que se quiere recuperar para que Dios no caiga en el olvido?
Desde luego que no estamos hablando de la "fe que una vez fue dada a los santos" (Judas 1:3). Hace ya mucho tiempo, desde el siglo IV, que el catolicismo se apartó de aquella fe pura y viva. La fe que el hombre necesita viene por el oír, y el oír de la Palabra de Dios (Romanos 10:17). No por seguir mandamientos de hombres y credos religiosos adulterados.
La fe de nuestro Señor Jesucristo es algo que viene de lo alto pues es don de Dios (Efesios 2:8), tiene frutos, como el arrepentimiento, la adoración única al Dios Trino, la obediencia a Jesús como el Señor de toda nuestra vida, y no se compromete con los sistemas religiosos (sean de la índole que sean) sino que nos hace deudores de la gracia, enamorados de Jesús y esclavos de su verdad.
HAGAMOS UNA EVALUACIÓN SINCERA
¡Cuánto daño ha hecho la Religión! Me refiero al espíritu religioso y al sistema de hombres que reconocemos como Religión. Esas instituciones y organizaciones que intentan abanderar el cristianismo y la fe han favorecido indirectamente el ateísmo, la indiferencia y la falta de credibilidad ante el evangelio. ¿Cómo hablar de 'Nueva Evangelización' si se lleva el mismo sistema de creencias que por siglos ha apartado a los hombres del verdadero evangelio? Porque el catolicismo ha difundido un evangelio de obras, mezclado y humanizado. ¿Llamaremos a eso evangelio?
¡NO HAY OTRO EVANGELIO!
El apóstol Pablo escrbió a los Gálatas (capítulo 1, versos 6 al 10):
Me maravillo de que tan pronto hayáis abandonado al que os llamó por la gracia de Cristo, para seguir un evangelio diferente; que en realidad no es otro evangelio, sólo que hay algunos que os perturban y quieren pervertir el evangelio de Cristo. Pero si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciara otro evangelio contrario al que os hemos anunciado, sea anatema. Como hemos dicho antes, también repito ahora: Si alguno os anuncia un evangelio contrario al que recibisteis, sea anatema. Porque ¿busco ahora el favor de los hombres o el de Dios? ¿O me esfuerzo por agradar a los hombres? Si yo todavía estuviera tratando de agradar a los hombres, no sería siervo de Cristo.
El problema vuelve a ser el mismo: hombres que siguen a hombres; doctrinas extrañas; búsqueda de prestigio, poder o influencia (teniendo que agradar al hombre para lograrlo); lo humano dañando lo divino... Pero Dios está sacando a su Pueblo de la Religión. Sus ovejas están oyendo su voz y el pastor las está conduciendo fuera de Babilonia (llámese como se llame, catolicismo, judaísmo, humanismo, protestantismo, etc.). Hay una Iglesia que Él va a venir a buscar a la Tierra y que el Espíritu Santo está formando para que sea santa, pura, gloriosa (Efesios 5: 26-27).
Creo que hace falta una Nueva Evangelización en la Tierra, es cierto. Y llevar a los hombres la fe primigenia. Pero no es algo que tenga nada que ver con sínodos, concilios, denominaciones o estructuras religiosas. Hace falta el Evangelio del Reino (Mateo 24:14), el evangelio que es poder de Dios (Romanos 1:16), predicado por hombres y mujeres que lo están viviendo en espíritu y verdad (Juan 4:23).
El mayor enemigo de ese Evangelio y de esa gloriosa fe no ha sido el comunismo, la filosofía atea, otras religiones o la Ciencia, sino el otro evangelio (el religioso manipulado y controlado por el hombre) y la fe mezclada con dogmas de hombres.
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