La alimentación de los cinco mil esta precedida por el martirio de Juan El Bautista. Jesús seguía la tradición de los profetas (Mc 6:14-16, 9:11-13). Elías y Juan fueron profetas que se jugaron la vida hasta las últimas consecuencias. Se enfrentaron con el poder de los gobernantes para denunciar su impunidad y afirmar la justicia (1R 21, Mc 6:17-29). Predicaron la necesidad de arrepentirse, de hacer un cambio que involucra a cada persona y también al poder político, sociocultural, económico y religioso.
Seguir a Jesús es riesgoso. El mensaje de Marcos es que los seguidores de Jesús y herederos de la misión tenemos por delante la cruz.
“
Los apóstoles se reunieron con Jesús y le contaron lo que habían hecho y enseñado,… Jesús les dijo: Vengan conmigo ustedes solos a un lugar tranquilo y descansen un poco. Así que se fueron solos en la barca a un lugar solitario… Cuando Jesús desembarcó y vio tanta gente, tuvo compasión de ellos, porque eran como ovejas sin pastor” (Mc 6:30-34).
Jesús tuvo compasión. “Compasivo” viene de la raíz de la palabra “matriz”. Indica que Dios ama con amor maternal. Es cuando sentimos dolor por lo que le pasa a otras personas y actuamos en consecuencia.
Dios se acerca a los sufridos y humildes. Los discípulos objetaron: “¡Eso costaría casi un año de trabajo! ¿Quieres que vayamos y gastemos todo ese dinero en pan para darles de comer?”.
Jesús nos llama a tener compasión aunque estemos desanimados, cansados y las circunstancias superen nuestra capacidad de respuesta.
El motivo por el cual Jesús tuvo compasión fue “porque eran como ovejas sin pastor”.
Jesús no reacciono con la agitación que podemos sentir al no poder escapar de la gente. Su compasión tampoco es producto de la urgencia de la situación como sucede en la alimentación de los cuatro mil donde llevaban tres días sin comer (Mc 8:2). Su preocupación tiene que ver porque eran como ovejas sin pastor.
“Las ovejas sin pastor”
refleja una imagen del Antiguo Testamento sobre Israel (Nm. 27:17, 1 R 22:17 Ez 34:5, Jer 23:1-8). Ezequiel treinta y cuatro es un capítulo dirigido a la clase gobernante, religiosa y de poder económico: “
No fortalecen a la oveja débil, no cuidan de la enferma, ni curan a la herida, no van por la descarriada; ni buscan la perdida. Al contrario tratan al rebaño con crueldad y violencia. Por eso las ovejas se han dispersado: por ¡falta de pastor! Por eso están a la merced de las fieras salvajes. Mis ovejas andan descarriadas por montes y colinas, dispersas por toda la tierra, sin que nadie se preocupe por buscarlas” (Ez 34:4-6).
La gente se presenta a los ojos de Jesús como ovejas sin pastor. La clase política y religiosa no mira por ellos.
Herodes da banquetes a sus altos oficiales, a los comandantes militares y a los notables de Galilea (Mc 6:21). Dios nos confronta y desea un banquete comunitario para la gente que no es atendida en sus necesidades. Jesús también nos ve como ovejas descarriadas (Is 53:6) y nos dice: “
Yo soy la puerta; el que entre por esta puerta, que soy yo, será salvo” (Jn 10:9). Nos invita a pasar por la puerta, encontrarnos con él y seguirle. Su promesa incluye movernos con entera libertad y hallar pastos. El ha venido para que tengamos vida y la tengamos en abundancia (Jn 10:10).
“Así que comenzó enseñarles muchas cosas” (Mc 6:30-34).
Lo primero que hace Jesús es suplir la necesidad espiritual pero no se queda ahí. “Sanó a los que estaban enfermos” (Mt.14:14). Hay distintas perspectivas de los evangelistas que forman una sola pieza: Enseñó y sanó. Cuando la gente se encuentra en circunstancias apremiantes necesita siervos de Dios que le ayuden a entender su situación, instruyéndoles en los caminos del Reino de Dios. Pero esto tiene implicancia política porque afecta a la sociedad. Las autoridades suelen verse amenazadas cuando sale a la luz lo que no están haciendo. Así paso con Jesús. En cierta manera estaba denunciando el pecado de las autoridades, de aquellos pastores que eran los gobernantes, los líderes sociales, religiosos, políticos que debían atenderlos y vivir un estilo de vida sencillo. La lucha contra el verdadero poder comienza cuando tocamos realidades que son transformadas. Es ahí donde comienza la lucha de poder contra poder. El poder del amor en vez del amor al poder debe ayudarnos a producir cambios a nivel estructural.
Solemos mirar a otro lado cuando estamos abrumados ante tanta pobreza y desigualdad. Los discípulos pensaban que satisfecha la necesidad espiritual otros podrían suplir la necesidad material. Generalmente hay dos cosas que hacemos cuando vemos la necesidad del mundo. Por un lado decimos alguien lo hará. Algún otro va a realizar la otra parte. Jesús nos dice: “Denles ustedes mismos de comer” y nos quiere llevar por otro camino. Otras veces el Señor coloca algo para realizar en nuestro corazón pero nosotros solo vemos los obstáculos y problemas. No vemos los recursos ilimitados de Dios. No miramos a un Dios grande que puede encargarse de las matemáticas. Jesús quiere que nos enfoquemos en estar centrados en los demás. Somos llamados a cubrir la necesidad de otros antes de estar pensando en nosotros mismos.
Cuando somos obedientes Dios nos suple y nos cubre. Cuando nuestro corazón esta quebrantado por las mismas cosas que Dios se interesa y actuamos en consecuencia, entonces, Dios nos bendice. La provisión implica estar conectado con la gente y no lejos de ella. Es desde el pueblo y con el pueblo que Jesús nos regala un espacio para descansar y una canasta repleta para comer. Los discípulos tuvieron la bendición de servir al mismo tiempo que fueron servidos. La lección fue que los que no tenían nada pudieron saciarse y los que tenían algo tuvieron suficiente para saciarse y mucho mas. Sobraron 12 canastas. Dios proveyó para ese día pero también para el siguiente. Suplió en abundancia.
Finalmente, hay que tener cuidado que el dar de comer no se transforme en una mala enseñanza, como ser, la dependencia, el clientelismo, el endiosamiento del proveedor, la idolatría del “hombre”. La compasión de Jesús se revela en su actitud no clientelística de ganar prestigio por los “hechos” sino en enseñar para que la liberación sea completa.
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Jesús tomo los cinco panes y los dos pescados y, mirando al cielo, los bendijo” Mc 6:41 Dio gracias, dirige su palabra hacia quien es el verdadero dador que impide la mala enseñanza. Si bien hay muchos milagros y curaciones el acento está colocado en la enseñanza que esas obras traen para los necesitados y para aquellos que tienen que ejercer el ministerio. Los milagros apuntan a la persona de Jesús. Jesús es el Pastor prometido que alimenta al Pueblo de Dios y a todos los que vienen a él (Jn 6:32-35).
Preguntas para la reflexión:
¿Qué entendemos cuando se nos llama a tener compasión y parecernos a Jesús?
¿Porqué las ovejas estaban sin pastor?
¿Qué hizo Jesús?
¿Qué es lo que podemos hacer nosotros?
¿Cómo podemos expresar prácticamente la compasión en nuestro contexto local y global?
¿Cómo podemos acompañar a la iglesia sufriente en otras latitudes?
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