Es un libro que su autor llevó décadas dentro de sí. Ahora tenemos la oportunidad de disfrutar el resultado de la lectura cultural y teológica que hizo del tema tratado en la obra. El volumen titulado En busca de Cristo en América Latina (Ediciones Kairós, Buenos Aires, 2012, 495 pp.), de Samuel Escobar, inició su circulación en el pasado Quinto Congreso Latinoamericano de Evangelización.
Enterados con anterioridad de que en dicho Congreso estaría disponible el libro, nos apuramos en la primera jornada de la magna reunión a recorrer la zona destinada para venta/compra de libros con el fin de adquirir nuestro ejemplar. No quisimos exponernos a que después los expositores nos dijeran que ya se habían vendido todas las copias llevadas para el evento.
La obra más reciente de Samuel Escobar se enfoca hacia desentrañar los conceptos, imágenes, prédicas y utopías políticas que se han construido de Cristo en Iberoamérica. El autor tiene razón al escribir que “examinar la figura de Cristo en el contexto de la cultura latinoamericana durante el siglo veinte es entrar en un mundo fascinante de poetas sacerdotes, novelistas, guerrilleros, profetas sociales, misioneros heterodoxos y agitadores políticos”.
El amplio recorrido que realiza Escobar de la variada cristología en el siglo XX, le lleva también referir el trasfondo histórico de la conquista española y los tres siglos de Colonia que le siguieron, periodo durante el cual se trasmitieron y/o impusieron estereotipos contrastantes de Cristo. Un grupo minoritario de sacerdotes y misioneros católicos se esforzaron por dar primacía al Cristo de los evangelios, tal vez la figura más conocida en este sentido sea fray Bartolomé de Las Casas, mientras que la corriente mayoritaria justificó la vía violenta para someter a los pobladores del nuevo Continente y sostuvo que esa era la plena voluntad de Dios.
Escribimos al principio de este comentario que Samuel Escobar ha cargado por décadas con el tema de la obra. Aclaramos que no nos referimos a muchos años en ir tejiendo la temática de un libro, la subsecuente acumulación de materiales, la detenida lectura de los mismos y largos años en finalmente entregar a los lectores la obra. No, más bien queremos subrayar que el tópico es el que ha estado presente, en distintas, formas en la prolífica obra del autor. En este sentido algún investigador, o investigadora, acucioso tiene a su disposición indagar sobre la cristología de Samuel Escobar en su producción escrita.
En
Diálogo entre Cristo y Marx (Publicaciones AGEUP, Lima, 1967), libro que recoge conferencias y artículos de Samuel Escobar, en el trabajo que da título a la obra, el autor esboza su esfuerzo por contextualizar el entendimiento bíblico de Jesús con el agitado tiempo social y político latinoamericano de los años sesenta del siglo XX. Los cinco capítulos que conforman el volumen fueron publicados inicialmente en las legendarias revistas
Pensamiento cristiano y
Certeza.
En un escrito recogido en el libro
¿Quién es Cristo hoy? (“El Cristo de Iberoamérica”, Ediciones Certeza, Buenos Aires, 1970, pp. 9-23), Escobar tiene en germen su obra publicada recientemente. En el ensayo de hace poco más de cuatro décadas refiere el entendimiento de Cristo en algunos poetas, la comprensión popular y entre los estudiantes del mismo personaje; y compara ese entendimiento con la figura que de Cristo se refleja en el Nuevo Testamento.
Finaliza con las siguientes palabras:
El hombre iberoamericano presiente a Cristo, su corazón le anuncia que hay un Dios justo, verdadero, que no se sujetará ni a los prejuicios raciales, ni a la injusticia social, ni a la componenda política, ni a los falsos idealistas que demuestran su fracaso frente a la realidad. El Cristo de los Evangelios, el Señor que demanda lealtad absoluta de los hombres y que a cada uno le promete hacer nuevas todas las cosas, comenzando por él mismo. Pero este Cristo nos ha llegado en historia. Tenemos que descubrirlo antes que oírlo, tenemos que oírlo antes que aceptarlo. El Cristo de los Evangelios nos quiere confrontar. Veamos quién fue él. Asegurémonos en cuanto al testimonio escrito que tenemos de su presencia. Leamos sus palabras. Tiene él mucho camino que recorrer en tierras iberoamericanas y en corazones iberoamericanos.
Buena parte del libro la dedica Samuel Escobar a recorrer la producción cristológica en el seno de la Fraternidad Teológica Latinoamericana, de la que él es uno de sus fundadores. En 1970, en Cochabamba, Bolivia, se organiza este movimiento que tiene como telón de fondo la forja de un pensamiento teológico evangélico latinoamericano. Entonces estaba en ciernes lo que después sería la Teología de la Liberación, por un lado. Mientras que por otro lado, al interior de las iglesias evangélicas, era muy notoria la dependencia teológica de lo producido en el mundo anglosajón. Escobar da cuenta de las influencias e inicios del pensamiento bíblico/teológico en la generación fundadora de la FTL, sobre todo en las consultas convocadas por el organismo en las décadas de los años setenta y ochenta, aunque no deja de lado el último decenio del siglo XX y el inicial del XXI.
La evaluación que hace el autor de la cristología de los teólogos de la liberación es, me parece, más positiva en la obra que comentamos que en su libro
La fe evangélica y las teologías de la liberación (Casa Bautista de Publicaciones, El Paso, 1987). Esta es una impresión de primera lectura, la comparación cuidadosa de cómo el tema es abordado en uno y otro libro, entre los que median veinticinco años, proporcionaría mejores elementos para confirmar, o no, la impresión señalada. Debo adicionar que una evaluación más positiva de la Teología de la Liberación latinoamericana por parte de Samuel Escobar, no significa la aceptación plena de todos, o la mayoría de sus planteamientos, sino el llamar la atención a que en la recuperación de la encarnación de Cristo (su vida en tiempos culturales y sociopolíticos determinados), contribuyeron a una mejor comprensión de la humanidad de Jesús.
Comprender el rico significado de la encarnación conlleva un entendimiento más profundo y ancho de la misión cristiana. Es así que dentro de la Fraternidad Teológica Latinoamericana, y particularmente el autor de cuya obra nos ocupamos, han tenido en su horizonte reflexivo la elaboración de claras bases bíblicas en cada temática de la que se han ocupado en su peregrinaje. De ahí que una correcta doctrina acerca de Jesús, necesariamente tiene que reflejarse en un seguimiento ético de sus enseñanzas y aceptación de sus afirmaciones mesiánicas.
De una cristología de firme raigambre bíblica se desprende la misión integral, que no hace dicotomía entre salvación personal y transformación de cada espacio de interacción humana. En esta línea se reconoce Samuel Escobar, y por lo mismo su acercamiento lo distancia de un Cristo proclamado por algunos como mero revolucionario de estructuras económicas y políticos, o bien como un ser que exclusivamente tiene interés en la vida espiritual, más bien espiritualista, de sus seguidores. La salvación, según las pautas bíblicas, se debe expresar en la encarnación del shalom personal y comunitariamente en forma cotidiana.
En busca de Cristo en América Latina es un libro muy estimulante. Es una obra panorámica, en la cual por la vastedad del tema su autor necesariamente debió seleccionar autores y periodos a consignar en lo que escribió. La lección que nos deja es realizar permanentemente el examen de qué Cristo es el que nosotros reconocemos, uno en consonancia con el testimonio de La Palabra, o bien otro construido acorde a los intereses de los vientos ideológicos en boga.
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