Conocerle personalmente ha sido un privilegio, una bendición. En pocos días llenos de actividades uno debía elegir, además de las reuniones plenarias, entre tantas posibilidades de asistir a talleres, seminarios, reuniones de trabajo, presentaciones de libros, exposiciones y charlas ocasionales con antiguos y nuevos amigos. Todo esto fue posible en el Quinto Congreso Latinoamericano de Evangelización, auspiciado por la Fraternidad Teológica Latinoamericana, en San José, Costa Rica (9 al 13 de julio).
Una de las tardes
acudí a la presentación de la traducción de la Biblia llamada La Palabra, el mensaje de Dios para mí, que tuvo a su cargo José Luis Andavert, director de la Sociedad Bíblica de España (SBE). Tenía interés en escucharle porque sabía que la SBE, bajo su dirección, estaba realizando una excelente labor en hacer nuevas ediciones de Las Escrituras, así como una encomiable distribución de las mismas.
En su afán de posicionar la Biblia en España dentro del mundo cultural de aquella nación, José Luis Andavert, el organismo bíblico presidido por él, se dio a la tarea de publicar en el 2009
La Biblia del Siglo de Oro, en un intento de posicionar a la que llama traducción Reina Valera en español contemporáneo, en “la biblioteca de todo hogar como obra de referencia y consulta”. Tuve la oportunidad de compartirle a José Luis que el gran escritor mexicano Carlos Monsiváis, amigo querido y entrañable, sostuvo siempre la opinión que la belleza literaria de la Reina-Valera, la edición original con cambios de lenguaje en la revisión de 1909, era, en efecto, una obra de suprema belleza y literatura canónica con pleno derecho a formar parte del Siglo de Oro español. Esto lo dijo incontables veces, en un medio cultural en el que la Biblia es una obra poco frecuentada.
Andavert escribió en la presentación de la Biblia antes citada que “Reina Valera es hoy el libro de cabecera para más de 100 millones de protestantes de habla hispana en España y América. Sin embargo, es interesante, y triste a la vez, constatar que un texto de la grandeza literaria de la Biblia Reina-Valera permanezca como una obra prácticamente desconocida para la mayoría de hispanohablantes no relacionados con la fe evangélica. Con la presente edición quisiéramos contribuir a enmendar este lapsus histórico, cultural y espiritual; y rendir homenaje a Reina y a Valera por lo que su obra significó para la literatura del siglo XVI, del que esta Biblia es un claro exponente. Pero por otro lado, nuestro deseo es que texto, traducción y revisión de dos monjes jerónimos persuadidos de la importancia de dar la Biblia al pueblo, llegue a las manos de todo lector de nuestra lengua y, con ello, cumpla también el sueño de Reina y de Valera, que es sueño de todo cristiano: ‘que la palabra del Señor corra y sea glorificada’ (2ª Tesalonicenses 3:1)”.
Ya en la sesión en la que José Luis Andevert disertó acerca de criterios de traducción de la Biblia
La Palabra, pude comprobar cómo los asistentes, que hicieron insuficiente la sala asignada para el evento, seguían, seguíamos, atentos la muy amena exposición realizada por el director general de la SBE. En la ocasión nos recordó lo escrito por Samuel Escobar y él en la introducción escrita de
La Palabra: “La presente traducción es el fruto de años de dedicación y esfuerzo para ofrecer al público de habla española un texto que, en la más excelente tradición literaria de la lengua española, aúna belleza literaria en la redacción, rigor académico y fidelidad en la traducción, así como universalidad en la aceptación ya que en él han trabajado más de veinte biblistas y revisores de las diversas confesiones cristianas de España e Hispanoamérica”.
En él confluye el conocimiento que tiene de la Biblia y sus alrededores y la pasión que tiene por compartir ese conocimiento de forma didáctica y gozosa. El tiempo asignado para la presentación corrió muy rápido, debido a la amenidad con la que José Luis expuso al auditorio las razones para producir distintas presentaciones de
La Palabra en dos versiones, una para España, con las peculiaridades que el castellano tiene allá, y otra para América Latina, con la singularidad lingüística propia de nuestro Continente.
El director de la SBE tuvo a bien obsequiarme un ejemplar de
La Palabra, en la nueva edición Enciclopedia Ilustrada. Antes del texto bíblico incluye 240 páginas en papel couché y a color de información, cuadros, mapas e ilustraciones sobre cómo nos llegó la Biblia, la historia de los tiempos bíblicos, introducción al Antiguo Testamento, introducción al Nuevo Testamento, vivir en los tiempos de la Biblia, la religión en los tiempos bíblicos, hombres y mujeres de la Biblia, ¿qué hay en la Biblia?
Las casi 250 páginas que hemos mencionado contienen información precisa, concisa y maciza necesaria para quien desee tener en un mismo volumen, además de Las Escrituras, materiales que le ayuden a conocer el contexto social y cultural en que se desarrolló la historia de la salvación que nos narra la Biblia. Incluye datos sobre la formación, canon y transmisión del texto bíblico, así como nos informa de los principales traductores de la Biblia a distintos idiomas, entre ellos Casiodoro de Reina y Cipriano de Valera.
Dijimos antes que José Luis Andevert aúna conocimiento de la Biblia con una desbordante pasión por darla a conocer y hacerla asequible a tantas personas como sea posible. Tanto cuando se dirige a un grupo, como al tiempo que conversa uno a uno (tuve la oportunidad de charlar en varias ocasiones con él durante los intensos días de CLADE 5),
el director de la SBE recurre frecuentemente a comentarios humorísticos, frases contundentes y mucha calidez. Él es un ejemplo vivo de que la erudición, cuando se combina con el gusto de transmitirla de manera llana y sencilla, no mediante palabras crípticas y saturadas de tecnicismos lucidores, es necesaria en el pueblo de Dios y que encuentra su autentica vocación al ponerla, esa erudición, para el servicio y el crecimiento en todo del cuerpo de Cristo que es la comunidad de creyentes.
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