Hablamos con Samuel Diaz-Pinto Montoro, 24 años, estudiante de Historia en la Universidad Autónoma de Barcelona. Escritor y poeta. Acaba de recibir un Accésit del Premio González-Waris para Poemas otorgado por la Alianza de Escritores y Comunicadores Evangélicos (ADECE).
Pregunta.- ¿Por qué escribes?
Respuesta.- Porque es la manera que Dios me ha dado y en la que mejor me expreso, una manera en la que me puedo liberar, desahogar y puedo sugerir, explicar, proclamar; todo aquello que siento y pienso.
P.- Acabas de ganar un accésit dentro del Certamen de poesía González-Waris, auspiciado por la Alianza de Escritores y Comunicadores Evangélicos (ADECE). ¿Qué significa para alguien que escribe, poder expresar lo que piensa, cree, ve, siente… poder ser escuchado, leído, valorado?
R.- Lo significa todo. Por una primera parte, escribir implica que, como mínimo, hay un lector: uno mismo. Esto es el punto de partida para una carrera personal en la que uno se conoce, pero en seguida te das cuenta lo extraordinario que es explayarse conociéndose a uno mismo para compartirte a ti mismo con todos los que te rodean. Es por eso que ya no me interesa escribir para mí, sino para que quien quiera y pueda leerme y saber qué siento o pienso. Si luego hay críticas o valoraciones, mejor. De todos modos, hay una frase que me gusta y que suelo tener en cuenta, es de Cyril Connolly: “Es mejor escribir para uno mismo y no encontrar público, que escribir para el público y no encontrarse uno mismo”.
Pero con que haya una sola persona que me lea y con ello le pueda alegrar el día, o darle a conocer a Cristo, absolutamente toda la obra que pueda escribir en toda la vida, estará amortizada, será rentable. Lo que tenga que venir después, vendrá, de la manera que Dios quiera que venga. Soy un instrumento en sus manos.
P.- ¿Cómo creyente, de qué manera utilizarías la poesía para transmitir las Buenas Noticias?
R.- Ser cristiano es ser como Cristo. Si tan simple y llano es eso, tan simple y llano será querer reflejar a Cristo en mi poesía.
P.- Eres joven… todavía tienes mucho que recorrer… aprender. ¿Qué papel juegan aquellos que te rodean? ¿Piensas que tienen alguna responsabilidad en este proceso?
R.- Quienes me rodean y me preceden, aquellos mayores que yo, están para recordarme que ellos ya pasaron por donde yo estoy pasando. Luego, su consejo no debe tomarse en vano. Y quienes me rodean y son menores que yo, están para recordarme que uno no debería volver a errar en aquello que ya se erró y ya se aprendió la lección.
Cada uno tiene un propósito para consigo mismo y también para contigo, estrellas de todas las edades que confluyen y subsisten todas cerca entre ellas y conforman un apasionante universo de forma y belleza.
P.- Mira hacia atrás… y dime si debemos cambiar las “estrategias” que hemos estado utilizando para acercar a los niños, a los adolescentes, a los jóvenes…, a Dios. ¿Algo debe cambiar en nuestras escuelas dominicales, en los colegios, en casa, en cada rincón donde tenéis refugio?
R.- Hemos perdido, de manera generacional, en la parte de la educación de los niños pasando por cuando empiezan a ser conscientes de sí mismos, por la pubertad y terminando en la juventud, el enseñarles que salir y predicar es un mandamiento, no una opción.
Quizás la escuela dominical, tan buena y efectiva como lo es, debería fortalecerse y dar mayor hincapié en la preadolescencia, dando un notable énfasis en doctrinas imprescindibles, tales como qué implica ser cristiano en toda su amplitud. De manera que no solo quedarse en las historias de la creación, de reyes, jueces y profetas, sino avanzar hacia el Nuevo Testamento y con él no solo evangelios para profundizar en Jesús, sino también en abarcar temas esenciales de qué implica ser cristiano, en cartas como la de Romanos: No avergonzarse ante el mundo, sería un buen ejemplo, de los muchos que se me ocurren.
La sociedad cada vez es más laica y anticatólica y, al perderse los valores morales religiosos, aquello que antes era malo ahora no solo es bueno, sino que lo es apareciendo en edades cada vez más tempranas. Tengo claro que Cristo, en la segunda venida, no vendrá a recoger a la iglesia católica ni a la protestante, sino que vendrá a recoger la iglesia bíblica, y si nosotros los protestantes decimos ser bíblicos, debemos espabilar en no solo darnos a conocer, sino en formar a nuestros niños y adolescentes en la sociedad en la que vivimos; sin que ello signifique cambiar la Biblia, pues la palabra de Dios tiene su propia cultura y contexto y son atemporales.
P.- ¿Cómo conociste a Jesús?
R.- Lo conocí después de convertirme. Tuve fe en que Dios existía y me convertí, hasta aquí bien. Hasta aquí incluso llega un religioso, pues la fe es el primer paso y fundamental paso. Pero Dios es relación, no religión, y lo entendí después de pasar la siguiente experiencia a modo de ilustración: Dios me entregó, cuando me convertí, un tablero de ajedrez y me dijo: juega como tú quieras la partida de tu vida. Empecé a jugar contra quien creí que mi rival eran mis defectos, temores, contra la sociedad, contra Satanás. Otorgué a la reina, la pieza más importante de mi vida, el papel de Dios, de manera que cada vez que movía la reina, movía a Dios.
¿Qué bien no? Nada más lejos de la realidad: empecé a perder estrepitosamente. Dios me miraba de reojo y veía como perdía una a una casi todas las piezas. Entonces me cansé de jugar, de vivir, viendo que nada salía bien; hasta que Dios, dándome una palmadita en la espalda y sonriéndome, me dijo: ¿Quieres que juegue yo por ti, alma de cántaro? Serás un peón en mis manos, cuando te lleve al final del tablero, podrás elegir quién quieres ser en tu partida que juego yo: ¿un alfil, un caballo, una torre? ¿O te atreves con la reina? Así fue como conocí a Jesús.
P.- ¿Es que esta sociedad del siglo XXI tiene tantos atractivos que puede alejar aun a los jóvenes creyentes de su fe, de su compromiso con Cristo? Estamos en un mundo en continuo cambio, donde las nuevas tecnologías tienen un papel importante…
R.- El Diablo actúa según la sociedad y cultura de la manera que cree más efectiva; y del modo en que en Bulgaria actuará de una manera, aquí trabaja de otra: manteniéndonos distraídos con cuantas más cosas mejores y cuanto más tiempo mejor. Es una ecuación sencilla, pues de esta manera cuanto más tiempo empleas en cosas que no son espirituales, tu alma se empobrece espiritualmente.
¿Y qué cosas son esas? Facebook, twitter, cine, series, videojuegos, centros comerciales, consumir y consumir... Ya no solo nosotros nos mantenemos ocupados trabajando y estudiando (aunque ya ni eso xD), sino que en nuestro tiempo libre nos ocupamos con el máximo de ocio posible, y las únicas cosas que redundan para eternidad ya ni las contemplamos. Alguno me dirá que organiza y/o asiste a reuniones de jóvenes con diversos fines, tales como evangelización o alabanza, pero, en horas y días previos a dichos eventos, ¿qué haces? ¿Orar y ayunar por el evento o darle tu tiempo al ocio? Yo hago lo segundo y me avergüenzo, y no dejo de asistir a los eventos. Aunque haya quien se vea como un cristiano verdadero, no puede negar que estamos a un paso de que el Señor nos diga: “nunca os conocí”.
P.- Qué le dirías a un joven que está pensando en abandonar su iglesia…
R.- Que antes se lo piense detenidamente. Que suponga por un momento que Dios exista. Bajo esta premisa analice la vida eterna, se dará cuenta entonces que no es un simple juego, no es una partida que si mueres puedes volver a empezar, como un call of duty. Es algo más serio.
Que piense que Dios no es religión, es relación, y que no crea que vive una vida aburrida. En cuanto pasa a tener una relación plena con Dios, y lo que dice Pablo de que “Ya no vivo yo, sino que vive Cristo en mí” se hace una realidad cumpliéndose literalmente. Que me crean si les digo que para entonces no solo negar, sino dudar siquiera la existencia de Dios sería completamente absurdo.
P.- ¿Qué poetas de hoy y de antes están entre tus lecturas preferidas?
R.- Poetas de hoy todo cuanto cae en mis manos, dando una especial consideración a mi mentor y protector literario Leopoldo López Samprón, a quien leo porque me encanta; no obstante, considero que debo leer mucho, mucho más de todos ellos. Entre los poetas de siempre, mis favoritos son Neruda y Whitman; luego también Espronceda, Tennyson, Shakespeare, Lope... y estoy empezando a tener muy en cuenta a Unamuno.
P.- ¿Podríamos encerrar esta entrevista con un poema tuyo?
AMOR ADOLESCENTE
La siempre épica encrucijada
de vivir un amor
que crees eterno...
y se apaga al mes siguiente.
Los besos en público
y las caricias prolongadas
como sacar el paraguas en agosto
dejan de tener sentido,
y que nunca llueve eternamente
pues el río desbordado
vuelve a su cauce
dejando a la vista
la desnudez de la arena al sol
y la pasión
de ir de orilla en orilla,
es entonces cuando
los puentes caen en el olvido
pues no importa el como,
pero la falta de experiencia
te impide ver la misma corriente
que te llevará a contemplar,
arrastrándote si hace falta,
al verdadero
amor
a mar abierto.
Finaliza la entrevista. Hasta pronto, Samuel. Esperamos seguir la estela de tus versos en el difícil y compensatorio mundo de la buena poesía.
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