Hoy, 23 de marzo del 2012, he tenido la oportunidad de participar en un simposio en Tokio sobre respuestas cristianas al tsunami japonés del 11 de marzo del 2011.
El tsunami ocurrió hace un año, pero la sociedad japonesa todavía está en crisis. Las zonas afectadas todavía parecen lugares bombardeados y proceso de reconstrucción tomará varios años.
Los japoneses asumían que tenían auto-suficiencia económica, que sus plantas nucleares que les daban independencia enérgica y que podían controlar el impacto del océano.
El tsunami demostró lo precario de estas suposiciones. También hizo resaltar la división social que existe entre las zonas urbanas y las rurales. Los pueblos más afectados están poblados por gente mayor y campesina mientras que eran las grandes ciudades que se beneficiaban de la producción eléctrica de la plantas nucleares.
A la gente rural les tocaba cargar con el riesgo de la energía nuclear mientras que las grandes urbes seguían incrementando su uso de energía.
El simposio invitó a los cristianos de Japón a leer el desastre teológicamente. ¿Cómo está obrando Dios en medio del desastre?
¿Cómo puede la iglesia japonesa ser agente de transformación? ¿Cuál es la esperanza del evangelio en esta situación? ¿Qué pueden aprender los japoneses de esta crisis?
Los cristianos son apenas el 1% de la población del país,así que su papel ha sido muy limitado en el pasado. Pero ellos quieren estar atentos a lo que Dios quiere hacer en Japón a través de esta situación.
La sociedad japonesa ya veía acercarse la crisis existencial, aún antes del tsunami.
Las estructuras sociales tradicionales están en descomposición y la juventud no ve esperanza hacia el futuro. Los japoneses no se están reproduciendo y se anticipa que perderán un 30% de su población en los próximos 50 años. Existe un alto nivel de suicidio entre la juventud y entre los mayores. Está creciendo el número de personas que están muriendo solas, por no contar con ningún círculo social.
Los cristianos quieren que Dios los utilice para responder a esta realidad. En medio de la crisis han participado en muchos proyectos de ayuda y reconstrucción. Muchas personas que habrían ignorado a los cristianos en el pasado ahora están abiertos a escuchar el evangelio.
¿Será que este evento haya creado un momento “kairos” para la comunidad cristiana en Japón, un momento en que Dios lo podría utilizar en gran manera?
Esta fue la pregunta que guió el simposio. Cristianos de muchas denominaciones y movimientos se reunieron para reflexionar sobre este tema. Están seguros de que Dios está haciendo algo nuevo, que este evento puede ser transformador en la sociedad japonesa.
La crisis llama a los japoneses a la humildad, pero el evangelio ofrece esperanza. Los japoneses se ven obligados a reconocer su fragilidad, pero también muchos están abiertos a escuchar el mensaje de esperanza del evangelio predicado por cristianos que practican la esperanza en su servicio a otros.
Estamos en expectativa de la manera que Dios va a utilizar a una iglesia lista a servir a su sociedad, ofreciendo el mensaje de esperanza en medio de la crisis que surgió de los eventos del 11 de marzo del año pasado.
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