Juan Calvino y el sueño de ser escritor

El primer lugar al que acudió Calvino tras su huida fue a Basilea, allí estaba su buen amigo Nicolás Cop y otros refugiados. Al principio intentó pasar desapercibido, como un protestante más que se refugiaba de la persecución desatada en Francia, pero al poco tiempo, las iglesias conocieron su gran valía como predicador y escritor.

En enero de 1535, cuando Calvino llegó a Basilea, la ciudad tenía una extraña calma, como si en medio de la tempestad de sangre y fuego que se extendía por Europa, la pequeña y próspera ciudad, viviera ajena a la intolerancia que le rodeaba. La mayoría de sus habitantes eran de origen alemán y la comunidad francesa era muy pequeña.

Por primera vez desde hacía años, Calvino se sentía seguro. Por un lado, le agradaba esa sensación, pero por otro, le dolía la situación de sus compatriotas protestantes. Un día, tras enterarse de la muerte de un amigo cercano, decidió comenzar la que sería la obra de toda una vida: Institución de la Religión Cristiana. Este libro fue ampliándose a lo largo de los años, hasta convertirse en uno de los más leídos del protestantismo.

La primera intención del libro fue traer consuelo a los perseguidos y revindicar la figura de los mártires. El libro era breve y constaba únicamente de seis capítulos. También se incluían algunos textos doctrinales en forma de breve catecismo.

Un año más tarde, en 1536, la primera edición de su libro vio la luz. Calvino tuvo la osadía de enviarle un ejemplar el propio rey Francisco I, al que acusaba de la persecución desatada por la monarquía y las consecuencias que eso traería sobre su dinastía.

Calvino firmó su libro con un seudónimo, el mismo que había adoptado al llegar a la ciudad Suiza.

El libro corrió como la pólvora y miles de lectores encumbraron al joven Calvino, que a partir de ese momento se consideraría uno de los impulsores de la Reforma. El mismo Dios que le había llamado le estaba preparando para una misión especial.

Aunque, aún era necesario que algunos acontecimientos ocurrieran en la vida del reformador, la base de su pensamiento comenzaba a cristalizar en lo que luego sería su sistema de expansión del Evangelio, que llevaría su mensaje a los rincones más remotos del continente.

Continuará