Hablamos con José de Segovia, pastor, teólogo y presidente de la Comisión de Teología de la Alianza Evangélica Española. Es profesor del IBSTE y está licenciado en periodismo por la Universidad Complutense. Además es escritor. Muestra de ello es su columna de los martes en este periódico.
Os sugerimos conocer algo más de su pensamiento a través de algunos de sus libros sobre arte y fe, entre ellos:
Ocultismo (Andamio, 2004),
Historias extrañas sobre Jesús y
El príncipe Caspian y la fe de C. S. Lewis (Andamio, 2008),
Huellas del cristianismo en el cine (Consejo Evangélico de Madrid, 2010) y
El asombro del perdón (Andamio, 2010).
Pregunta.- Leo su artículo sobre Josh T. Pearson y me quedo con un fragmento: “El sufrimiento por el amor perdido lleva a una amargura y desengaño, que hace que algunos pierdan la fe”. ¿Quiere decir que somos altamente vulnerables a los roces con las personas, a las perdidas…? ¿Podemos resquebrajarnos la fe los unos a los otros?
Respuesta.- Es siempre un misterio por qué algunos creen, y otros, no, pero también cómo podemos mantener la fe, a pesar de tantas pruebas, dudas y tentaciones. La explicación, creo que está en Dios solamente.
P.- ¿Por qué le atrae tanto el cine? Son conocidos sus agudos comentarios sobre esta materia.
R.- No puedo imaginar la vida sin el cine. Pertenezco a la generación de la televisión, pero en una época en la que la pequeña pantalla en blanco y negro palidecía ante el gran espectáculo de una enorme pantalla en color. Algo difícil de entender en la época de las mini-salas y el cine en casa.
P.- ¿Podríamos afirmar que el cine es un medio más para llevar el evangelio a toda criatura? ¿Tal vez estamos utilizando poco las artes debido a la observancia de algunas tradiciones que no se ajustan a esta generación?
R.- No creo que el cine sea el mejor medio para llevar el Evangelio. La salvación es por la Palabra, no por la imagen. El cine es un reflejo del hombre con todas sus contradicciones. Como arte, puede expresar muy bien la complejidad humana, pero cuando quiere transmitir un mensaje se convierte en propaganda.
P.- Usted pastorea una iglesia, ¿podría darnos el perfil de un líder que se adecúe al modelo que nos dejó Jesús?
R.- No me gusta la palabra líder. Me parece más propia de la política o del mundo de los negocios. Pastor me resulta mucho más bíblico. Y como el Señor nos enseña, implica entregar tu vida. Algo que tiene poco que ver con el orgullo y suficiencia de los actuales modelos de liderazgo.
P.- ¿Cree que la crisis económica y financiera tiene mucho que ver con una falta de ética?
R.- Sin duda que la crisis actual tiene una base ética. Nos muestra la verdad bíblica de que cuando hay una deuda, alguien tiene que pagar. El mensaje evangélico es, sin embargo, la esperanza de rescate de Aquel, que puede transferir a nuestro favor lo que a nosotros nos falta. La expresión de la cruz, “
consumado es”, es en realidad un término económico. Es Cristo quien ha pagado la deuda.
P.- Leo en este periódico digital que un pastor de Irán declaró: “No estaríamos creciendo si no tuviéramos un precio que pagar por nuestro testimonio”. ¿Cuál el precio que estamos pagando en España por el crecimiento de la iglesia?
R.- Si hay algo que nos enseña la Biblia acerca del futuro, es que el Evangelio se extenderá por todo el mundo, pero también aumentará la persecución. Una va al lado de la otra, en el mensaje profético. Nuestra es la tarea de predicar el Evangelio, pero es Él quién da el crecimiento. Y eso no es sin coste.
P.- ¿Se acabó o se ha incrementado la soledad del hombre contemporáneo con la llegada de Internet?
R.-La tecnología aumenta nuestra capacidad de obtener información, pero eso no significa mayor comunicación. Es por eso que en la era de los chats y la telefonía, sigue habiendo mucha soledad, empezando por el poco tiempo que les damos a aquellos que tenemos más cerca, y decimos que queremos.
P.- ¿Por qué puede resultar motivo de asombro el que alguien perdone a otro? ¿También para un cristiano?
R.- El perdón es siempre un milagro. No hay nada natural en perdonar. Lo normal es el rencor y el resentimiento, que vemos en todas las relaciones humanas. Es por eso que el cristianismo tiene una base sobrenatural. Se basa en el asombro del perdón.
P.- ¿Cree que la reflexión teológica española, a través de las publicaciones, ha alcanzado un lugar en el panorama protestante mundial?
R.- La reflexión teológica en España es todavía algo inusual y desconocido. El mundo protestante sigue dominado por el pensamiento anglosajón y alemán. La realidad evangélica está además muy influenciada por Estados Unidos, donde la teología no ha sido muy apreciada durante mucho tiempo.
P.- Usted dice que el cristianismo presume de conocer la verdad absoluta, pero carece de la confianza que haga que muchos estén dispuestos a escucharla…
R.- Creo que al cristianismo le sobra arrogancia, para que el mundo le escuche. Estamos tan absortos en nosotros mismos, nuestras convicciones y logros, que nos cuesta entender a un mundo al que no le impresionamos en absoluto. En realidad, la gente no nos ve tan diferentes, como nosotros pensamos que somos. Necesitamos por eso más humildad, para mostrar que nuestro mensaje es Cristo, y no nosotros.
Finaliza la entrevista. Gracias, José, por recordarnos que evangelizar tiene un coste, y que necesitamos más humildad para mostrar que es Cristo quien ha pagado la deuda.
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