La cada vez más frecuente llegada de jóvenes africanos a Salamanca para realizar estudios en su Universidad, está permitiendo conocer otras realidades que nos parecen lejanas, pero que gracias a nuestra fe en Cristo buscamos comprender mejor.
Y así ellos también conocen mejor lo que aquí ocurre. Éste es el caso de
Joseph Kodio, abogado maliense que cursa una Maestría y asiste a la iglesia. Antes de venir, su madre estaba muy preocupada por el viaje a España, al creer que aquí sólo había católicos. Desde hace tres mese ya no piensa así.
Pregunta.- ¿Qué motivo trajo a Joseph Kodio hasta España?
Respuesta.-Estoy realizando un Máster en Corrupción y Estado de Derecho que ofrece la Universidad de Salamanca. Sé que no es una cosa fácil porque estoy lejos de Malí, con costumbres y cultura distintas. Ahora, respecto al idioma, pienso que no hay ninguno que sea imposible de aprender, por muy difícil que sea. Es más, el castellano tiene la misma raíz que el francés, idioma oficial de mi país.
Había trabajado como guía turístico cuando estudiaba la carrera de Derecho; así pagaba los gastos de estudios, pues la subvención del Estado era insuficiente y, además, soy de una familia pobre. En 2008 conseguí una práctica de tres meses en la Oficina de Cooperación Española en Bamako. Pasados tres meses me propusieron un contrato como auxiliar administrativo. Entonces tuve dificultades derivadas del idioma y me di cuenta de que la mejor forma de aprenderlo era estar aquí. Por eso postulé a la beca de la AECID y fui seleccionado para realizar un máster, lo cual era mi sueño tras acabar mi carrera. La idea es estudiar hasta el doctorado para ser Profesor de derecho en mi país.
P.- Conocemos muy poco de tu país, ¿podrías darnos unas pinceladas acerca de su localización, población y formas de vida? ¿Cuántas lenguas se hablan allí?
R.- Mi países un Estado sin litoral al Oeste de África, entre el trópico de cáncer y el Ecuador. Es el sexto país más extenso de África, con una extensión de 1.241.238 Km
2 y limita al norte con
Argelia, al este con
Níger y Burkina Faso, al oeste con
Mauritania y
Senegal, y al sur con
Costa de Marfil y
Guinea. Malí ha tenido buena relación con estos países, salvo la guerra con Burkina-Faso, que buscaba debilitar a ambos países. Hoy, realmente no existe conflicto entre ellos.
En 1950 Malí, entonces Sudán Occidental, consiguió su independencia junto con Senegal, convirtiéndose así en la Federación de Malí, la cual se desintegraría un año después. En 1960 se proclamó país independiente con el nombre de Malí.
La población actual es de alrededor de quince millones de habitantes y su capital se llama
Bamako.
En Malí se habla más o menos ochenta idiomas y dialectos, pero el francés es el idioma de la administración. Los otros idiomas más practicados son el bamanakan, songhoï, peul, soninké, bozo, dogon, senoufo, miniaka, khasongue, bobo, tamasheq, bela, árabe y mosi, dafing.
Tenemos traducción de toda la Biblia o de parte de ella en varios de estos idiomas gracias a la obra de SIL (Sociedad Internacional de Lengua) y de la Alliance Bíblica, en cooperación con las iglesias cristianas de Mali.
Desde 1992 Malí es una republica “democrática”, con sistema de gobierno semi presidencialista.
Es el tercer país productor de oro y el segundo país productor de algodón de África. Según estudios de prospección hay petróleo en su suelo; sin embargo, es uno de los países más pobres del mundo debido, principalmente, a razones políticas. Así, gran parte de la población vive en una extrema pobreza con las consecuencias que podemos imaginar (desnutrición, enfermedades, analfabetismo, etc.). Las diferencias sociales son muy grandes debido a la corrupción y al mal reparto de bienes y recursos.
P.- Se utiliza el teatro para la prevención de enfermedades como el SIDA. ¿El Estado también contribuye a minimizar el riesgo de contraer este mal?
R.- Un 47 % de la población es analfabeta, así que el teatro en los idiomas nacionales nos parece un buen medio para la sensibilización contra las enfermedades, pues se carece de la información adecuada. Según el informe oficial de salud,
un 1,9% de la población está infectada por el SIDA. En Malí toda persona declarada infectada por el SIDA puede recibir un tratamiento gratis en las unidades especializadas que financian el Estado o las ONG. Los medicamentos retro antivirales son gratis. El Estado subvenciona las asociaciones de lucha contra este mal, mientras que en las escuelas la sensibilización contra el VIH/SIDA es obligatoria a nivel primario y secundario.
P.- ¿La guerra en Costa de Marfil, nación vecina, ha dejado secuelas en tu país?
R.-Costa de Marfil es como una segunda patria para los malienses. Dos millones de paisanos viven en dicho país. Y como Malí no tiene litoral, buena parte de la importación y exportación transita por sus puertos. Así que una guerra en Costa de Marfil la consideramos como una guerra a una parte de Malí.
Ha proliferado el tráfico de armas y drogas desde 2003. Soy consciente de que parece haber una dramatización de la inseguridad en Malí por parte de los occidentales, pero también hay que reconocer que estas guerras vienen dejando secuelas en mi país.
P.- ¿Cómo se vive allí siendo cristiano? Me parece que éstos solo llegan a ser el 1% de la población. Los sunitas son el 90%...
R.-Claro, en Malí se dice oficialmente que el 90% de la población es musulmana, pero en la realidad no existen tantos practicantes.
La mayoría es musulmana porque nacieron en una familia musulmana, pero no tienen una postura religiosa clara. Eso sí, la sociedad maliense es muy tolerante. El Estado es laico y la persecución religiosa está prohibida por Ley. Cierto que hay algunos musulmanes radicales, pero en general vivimos en armonía entre las religiones.
El peligro es la existencia de partidos políticos que piensan que Mali debe ser una república islámica porque el 90% de la población es musulmana. Además,
los cristianos no se interesan mucho por la política y ello facilita que la iglesia sea, a veces, víctima de discriminaciones en el ámbito administrativo. En mi barrio de Bamako, en concreto, no tenemos capilla; las reuniones se celebran en la casa de un cristiano desde hace 22 años. Hemos solicitado una parcela para edificar una capilla, pero nunca hemos tenido repuesta favorable por parte de la administración, mientras que a los musulmanes se les facilita terrenos para edificar sus mezquitas. En mi barrio hay más de quince mezquitas, pero los musulmanes se quejan de una capilla de otra misión cristiana.
P.- Durante la época colonial los franceses llevaron misioneros a Malí. ¿Ocurre esto en la actualidad?
R.-Los misioneros que llegaron a Sudán Occidental, actual Malí, eran en su mayoría americanos e ingleses. Nuestra iglesia fue fundada por la misión C&MA (Christian and Missionary Alliance) en 1920. Hoy la iglesia está dirigida por pastores y diáconos locales, aunque C&MA tiene representante en Malí. Pero también existen iglesias cuyos misioneros son extranjeros, sean africanos, europeos o americanos.
Algunas misiones, desafortunadamente, tienen en realidad sólo una vocación mercantil. Al final, la iglesia se encuentra dividida, debilitada.
P.- Dentro de este panorama religioso, ¿cómo llegas a convertirte en un seguidor de Cristo?
R.-Nací en una familia cristiana
y mis abuelos por parte de mi madre eran cristianos, fueron los primeros cristianos en Malí. Por ello fueron perseguidos varias veces hasta ser aislados de su pueblo. Mi padre es el primero de su familia convertido al cristianismo; por ello fue intoxicado y estuvo enfermo durante cinco años. Al final, mis padres marcharon de su pueblo Ibi y fueron hacia Sangha, donde queda la sede de la misión C&MA en el país Dogon, que es mi tierra.
A pesar de la persecución, mantuvieron una buena relación con su familia de Ibi, testimonio que generó la conversión de varios parientes.
La verdad es que yo vivía una vida de cristiano nominal, aunque recibí una educación bíblica normal (reunión de familia cada noche, escuela dominical, reuniones de Distrito, hasta ser uno de los responsables de los jóvenes de mi pueblo, antes de irme a Bamako en 2001), pero
no tuve una verdadera fe en Cristo hasta junio de 1999. Tal año tuve problemas con un maestro de mi instituto y me citaron ante el consejo de disciplina con el fin de echarme del centro. Cierta tarde un amigo cristiano vino a casa para acompañarme, pero yo estaba angustiado y no tenía ganas de beber té ni charlar con nadie. Entonces él me dijo: “Joseph, no acabo de entender tu preocupación. Eres cristiano y, además, en este caso tú tienes la razón, nosotros lo sabemos. Pienso que no debes preocuparte, tienes que orar, nada más. Yo estoy seguro de que Él te salvara”. Estas palabras me dieron una fuerza increíble. Oramos juntos antes de tomar nuestra bebida. Los días siguientes yo oré y ayuné. Una semana después fui convocado al despacho de los profesores y fui sin temor. Los profesores me escucharon con atención, pero antes habían preguntado a varios de mis compañeros sobre el caso; yo no lo sabía. Salí del despacho sin que me comunicaran nada. Luego una discusión intensa entre ellos; al final dieciséis de los diecinueve profesores estaban contra la celebración del consejo de disciplina y lo anularon.
Desde entonces, claro que soy débil como siempre, pero sé que Dios tiene cuidado de mí. Por eso cada día, a pesar de mi debilidad, quiero estar más cerca de Él para escuchar su voz y seguir su diseño para mí. Pienso que nuestro problema es que no siempre escuchamos la voz de Dios y seguimos nuestro proprio camino.
P.- ¿Crees que en África se vive el evangelio de la misma forma que en Europa? ¿Qué traerías a nuestras iglesias y qué te llevarías a las de África?
R.-Somos todos seres humanos y pienso que
tenemos, más o menos, los mismos problemas. Caemos siempre en las mismas trampas, pero de forma distinta. No conozco bastante lo que sucede en Europa y es pronto para formular críticas, pero sí puedo decir que en África se vive el evangelio de forma distinta. Según las doctrinas de las iglesias hasta puede darse una desviación peligrosa de la verdad bíblica, como en tiempos de Lutero.
Los líderes transforman la verdad bíblica a su favor, aprovechando el desconocimiento de los miembros de la iglesia. Y el ministerio de la evangelización es considerado como fuente de recursos por algunos de ellos. Tenemos falsos profetas porque trabajan con medios satánicos; este fenómeno está muy desarrollado en Costa de Marfil, en Nigeria, en Burkina-Faso, pero en Malí todavía no hay personas que se hayan proclamado “profetas”, aunque hagan prácticas muy parecidas. Sin embargo, existen mujeres y hombres que están trabajando con gran humildad por Dios, lo que nos permite vivir el evangelio genuino.
A la iglesia de Salamanca pienso que no podría traer algo interesante, por ahora. Necesito más tiempo para entender cómo funcionan las cosas. Lo que puedo notar es que esta Iglesia debe estar más presente en la Universidad, ya que la ciudad es universitaria. Se debe anunciar el evangelio a los que no lo conocen todavía. Ya el año pasado encontré a alumnos cristianos que llevaban tiempo en esta ciudad pero no sabían que existía una capilla evangélica. Los jóvenes pueden hacer este trabajo organizando encuentros entre los alumnos.
También me parece que durante la reunión de comunión del domingo la oración no tiene un lugar preponderante y la alabanza no es tan viva. Sin embargo, en esta reunión, lo que resulta maravilloso es la intervención de todo el mundo compartiendo brevemente la palabra de Dios, mientras que en mi país es una sola persona la que habla durante cincuenta minutos. Aquí la duración de las reuniones es ideal, algo que podría llevar a mi país. Espero que con el tiempo pueda entender más cosas.
P.- ¿Cómo se celebra la Navidad en tu país?
R.-La celebración de la Navidad depende de la ciudad, si es grande o pequeña, si es de mayoría cristiana o musulmana y, sobre todo, depende de la relación que los cristianos de la ciudad tengan con sus vecinos de otras religiones.
Por lo general, la fiesta de Navidad no tiene el significado que tenía hace diez años. Entonces era una fiesta exclusiva de los cristianos, por lo que algunos padres no cristianos prohibían a sus niños compartir la comida de la Navidad con sus compañeros o amigos cristianos. Actualmente, algunas familias no cristianas celebran la Navidad en casa o con las familias cristianas.
En mi tierra, país Dogon, la fiesta empieza la noche del día 24 con una reunión de alabanza en la asamblea, desde las ocho hasta la medianoche, con participación de los coros de la Iglesia, teatro, exhortación bíblica recordando el significado bíblico de la Navidad y su contexto.
El día 25 se realiza un culto especial de Navidad. En este culto intervienen cristianos de los pueblos de alrededor y también los no cristianos que quieren entender el significado de la Navidad. Cada año, más o menos, cambiamos el lugar de celebración para así poder visitar a los cristianos de otros pueblos y celebrar la fiesta con ellos, lo que les da fuerza. Después del culto compartimos la comida en la capilla antes de irnos (sobre todo los jóvenes) a la plaza mayor de la ciudad o del pueblo para cantar a “mandíbula batiente” las canciones cristianas en varios idiomas, bailando en una armonía impresionante hasta la noche. Los jóvenes no cristianos bailan y cantan con nosotros. Las personas mayores se quedan en casa porque los vecinos no cristianos vienen para felicitarles y compartir la fiesta con ellos, como de costumbre. Cada familia cristiana manda comida a las familias no cristianas con las que tiene afinidad el día 25 o los días siguientes. Según los años, la fiesta de Navidad puede continuar hasta el día 31, porque el día primero del año nuevo es, en general, un día de oración con ayuno.
Finaliza la entrevista. Gracias, Joseph, por dejar tus libros y habernos ofrecido unas pinceladas sobre tu país y sus gentes. África ya no nos parece tan lejana. Y, como estás comprobando, aquí tienes y tendrás a tu familia de la fe.
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