La frase fue introducida y utilizada extensamente por Juan Pablo II durante su largo pontificado, ya que fue una de sus maneras de enfrentarse a los efectos de la secularización del Mundo Occidental.
El Papa Benedicto XVI ha hecho siempre referencia a la Nueva Evangelización en sus enseñanzas y en 2010 se creó un Consejo Pontificio para la Nueva Evangelización para formalizarla, con el deseo de difundirla a largo plazo y por todo el mundo. Juan Pablo II tuvo la visión y proporcionó el lenguaje (acuñando un nuevo título mariano al estilo de Hollyvood: ¡María la “Estrella de la Nueva Evangelización”!), pero Benedicto XVI desarrolla detalladamente lo que esto significa.
Además, el Papa Benedicto XVI ha anunciado recientemente que el próximo Sínodo de los Obispos se celebrará en octubre de 2012 sobre el tema de la Nueva Evangelización. Esto significa que todos los obispos CR del mundo serán convocados a Roma para debatirlo.
Se tomarán las siguientes medidas:
1. Se presentará un documento preparatorio, el
(Lineamenta), pidiendo respuestas y comentarios;
2. Basándose en las respuestas escritas de los obispos se preparará una herramienta de trabajo, el
(Instrumentum Laboris) [el instrumento de trabajo], que servirá de texto oficial del Sínodo y
3. Después del Sínodo (quizás uno o dos años más tarde) el Papa emitirá una Exhortación Post-Sinodal que será parte de su magisterio. O sea, que tanto el
Lineamenta como el
Instrumentum Laboris son los documentos preliminares y provisionales, por lo que la Exhortación final tiene valor magisterial.
Ahora estamos en la fase del
Lineamenta. El texto de 60 páginas (en ocho idiomas oficiales) se ha enviado a los Obispos y se ha presentado a la prensa. Su título oficial completo es
La Nueva Evangelizaciónpara la Transmisión de la Fe Cristiana. En noviembre de 2011 se habrán reunido todos los comentarios a fin de redactar el
Instrumentum Laboris a tiempo para el Sínodo de Octubre de 2012. ¿Cuál es la trascendencia del
Lineamenta? Hay una en particular…
¿QUÉ SIGNIFICA “NUEVA”?
La frase “Nueva Evangelización” hace al menos tres décadas que circula por los documentos y los discursos de los Papas. Pero en el
Lineamenta, puede que por primera vez, se expone el significado de “nueva”, al menos en parte.
El documento arguye que “Evangelización” tiene tres acepciones principales:
1. La misión permanente y corriente de la iglesia.
2. La “primera” evangelización a las gentes no cristianas.
3. La “nueva” evangelización a las personas bautizadas, pero no evangelizadas.
Es evidente que, aunque siempre va unida a las dos primeras aplicaciones,
la “nueva” evangelización va específicamente dirigida a las personas que están registradas en los libros de la Iglesia CR en tanto que fueron bautizados y se cuentan como católico romanos en las estadísticas oficiales, a pesar de que están prácticamente sin iglesia, son espiritualmente paganos y tienen necesidad de ser recuperados por la Iglesia, si bien sacramentalmente forman parte de ella. Estos son los católico romanos en el sentido cultural, pero no se encuentran nunca en la misa dominical, tienen creencias ingenuas y estilos de vida desconcertantes si se evalúan según el Catecismo CR.
La Nueva Evangelizaciónva dirigida a los católico romanos “nominales”, aunque la palabra “nominal” no se utiliza en el documento.
Las estadísticas globales recientes indican que el número total de católico romanos en todo el mundo va en aumento: en 2009 había 1.181 billones de personas que habían sido bautizadas (1,3% más que en 2008). Con todo, estas cifras dicen solo la mitad de la verdad. La preocupación real de la Iglesia CR es el incremento de católico romanos secularizados, especialmente en el Mundo Occidental, pero también en muchas partes del “Mundo Mayoritario”.
Estas personas “pertenecen” sin “pertenecer” (todo lo contrario de lo que ocurre en el mundo evangélico donde la gente puede pertenecer sin ser miembro). La Nueva Evangelización es el medio por el que pueden pertenecer y creer, ya que ambos son cuantitativa y cualitativamente parte de la Iglesia CR.
La otra preocupación, esencialmente en Latino América, es la pérdida de personas que en su día fueron bautizadas en la Iglesia CR, pero ahora están afiliadas a las “sectas” (una palabra despectiva que también se usa para estigmatizar a los evangélicos). Según el
Lineamenta, los instrumentos de la Nueva Evangelización son dos patrones de formación espiritual muy tradicionales pero bien establecidos: un énfasis renovado en el catecismo (o sea, la transmisión de la fe CR) y un reanimado esfuerzo hacia el catecumenado (o sea, el fomento del discipulado).
EL PUNTO ESENCIAL ECLESIOLÓGICO
La Nueva Evangelización no trata primordialmente sobre la misión dirigida al mundo incrédulo. Va dirigida principalmente a revertir la marea dentro del cristianismo CR, o sea, que es más un asunto interno que un objetivo misionero. Su labor es recobrar para
la Iglesia a aquellos que han sido bautizados, quizás llamados a la fe, asisten a los funerales y a las bodas, pero su estilo de vida es ajeno a las normas que marca el Catecismo CR.
El documento Lineamenta sienta las bases para la discusión global sobre la Nueva Evangelización y plantea muchas preguntas a las que los Obispos tendrán que responder. Sin embargo, se ha descuidado un gran tema.
Aunque hay una abierta comprensión del problema, la conciencia de las causas parece incompleta. Sin duda, la secularización explica muchas cosas del alejamiento del Mundo Occidental de hoy de los ritos y patrones tradicionales de la Iglesia. Pero,
debe hacerse una pregunta más profunda que tiene que ver con la eclesiología surgida del Vaticano II (1962-1965). La gran pregunta que el Vaticano II dirigió era eclesiológica: ¿qué clase de iglesia queremos?
¿Una iglesia de los fieles, una iglesia confesional, una iglesia que armonice la fe y la práctica? ¿O bien una iglesia “católica”, la iglesia del pueblo, con lo que esto significa de falta de fidelidad y de integridad? ¿Una iglesia que se especializa en conversiones y discipulado o una iglesia que todo lo abarca y todo lo incluye?
Desde el punto de vista eclesiológico, la pregunta era: ¿queremos una iglesia de los bautizados (dejando de lado lo que ocurre después del bautismo del infante) o una iglesia de discípulos? El Vaticano II contestó inequívocamente: ¡la primera, preservando al mismo tiempo el aparato de la última! Esta respuesta tiene las graves consecuencias que son evidentes para todos, incluida la jerarquía CR.
La secularización es una explicación de la falta de profundidad espiritual de la Iglesia CR de Occidente, pero la otra aclaración se encuentra en la eclesiología del Vaticano II. El documento
Lineamenta habla mucho de la secularización y se salta los dogmas de la eclesiología CR de hoy en día como si no formaran parte de la cuestión que está en juego.
A continuación hacemos algunas preguntas que deberían haber sido formuladas en lugar de las anteriores:
· El momento crucial de la vida cristiana, ¿es el bautismo (sea cual sea la teología que haya detrás) o la conversión?
· Los pagano-cristianos, ¿necesitan sólo ser conscientes de quienes ya son, o les hace falta la conversión de los ídolos a Dios?
· La disciplina de la iglesia, ¿es una marca calificativa de la iglesia o es un añadido complementario opcional?
Veremos como responde el Sínodo.
¿Será la “Nueva Evangelización” simplemente una iniciativa pastoral para que la gente regrese a la iglesia, dejando todo los demás intacto, o será una oportunidad para replantearse problemas más fundamentales sobre la iglesia de Jesucristo?
Traducción: Rosa Gubianas
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