Congresos como Lausana3 nos permiten encontrarnos con personas amigas a quienes conocemos y que comparten nuestra visión de la misión cristiana, y también nos permiten relacionarnos con nuevas amistades de esas que contribuyen a enriquecer nuestra persona y nuestras perspectivas.
En esta nota quiero hacer referencia a
algunos encuentros significativos que tuve en Lausana 3 y que me ayudaron a percibir en qué medida el movimiento de Lausana ha contribuido al avance y desarrollo de lo que llamamos protestantismo evangélico. Dos figuras que enviaron saludos y a las cuales se rindió homenaje en Lausana 3 fueron
Billy Graham, el evangelista estadounidense y
John Stott el pastor y teólogo británico. Graham el típico representante del protestantismo independiente de Estados Unidos. Stott, anglicano, pastor de una iglesia estatal europea y uno de los capellanes de la Reina de su país. Por su entusiasmo evangelizador el uno y por su celo misionero unido a la reflexión teológica y pastoral el otro, estas dos figuras son representativas de ese variopinto protestantismo “evangélico” que convocó Lausana 3.
MICHAEL CASSIDY Y EL FIN DEL APARTHEID
En mi primer día del congreso me encontré en los pasillos con
Michael Cassidy, un evangelista sudafricano, muy conocido y respetado en toda África y que actualmente dirige
African Enterprise una organización que “evangeliza las ciudades de África por medio de palabras y hechos, y en cooperación con la iglesia”. Con Cassidy recordamos que éramos veteranos no sólo de Lausana 1 en Suiza (1974) y Lausana 2 en Manila (1979), sino antes aún del Congreso de Evangelización convocado por Billy Graham en Berlín, 1966.
Este Congreso de Berlín fue un antecedente importante de Lausana 1974 porque le siguieron Congresos regionales en Singapore para Asia (1968), en Minneapolis para Estados Unidos (1968), en Bogotá para América Latina (1969), en Amsterdam, para Europa (1970), y en Madrid para la península ibérica (CISE, 1974). En estos congresos se fue forjando lo que había de ser Lausana 1974.
Cassidy se hizo conocido en Berlín 1966 porque en una sección sobre “obstáculos a la evangelización” él, blanco sudafricano, afirmó que el apartheid era un pecado social y un obstáculo a la misión en Sudáfrica. La protesta de muchos evangélicos blancos sudafricanos no se hizo esperar y tildaron a Cassidy de comunista. El incidente sacó a luz también el hecho de que los blancos sudafricanos habían protestado porque se les alojó junto con los negros en los hoteles de Berlín. ¡Así eran algunos de los evangélicos en ese año 1966!
Por ello Michael y yo podíamos estar agradecidos a Dios y emocionados de que Lausana 3 se realizara en una Sudáfrica libre ya del yugo del apartheid. Cassidy, al igual que otros blancos sudafricanos como el misionólogo
David Bosch o el novelista
Alan Patton, lucharon codo a codo con africanos como
Nelson Mandela y
Desmond Tutú, y también sufrieron la incomprensión y la crítica de evangélicos blancos que al mismo tiempo que celosos defensores de la ortodoxia protestante eran sostenedores y defensores del apartheid.
Aquella década de 1960-1970 fue un tiempo de tremenda agitación social en el mundo y los mencionados congresos regionales de evangelización reflejaron hasta qué punto dentro de las filas evangélicas la gente joven, las minorías raciales en Estados Unidos, y algunos pastores y teólogos iban planteando la necesidad de revisar la postura tradicional de los evangélicos frente a la realidad social. El
Pacto de Lausana, y especialmente los párrafos 5 y 9, son un reflejo de esa toma de conciencia.
Como lo hizo notar un documento firmado por varios de los presentes fue una pena que los organizadores de Lausana 3 no dieran lugar a un momento de arrepentimiento y regocijo por el fin del apartheid en esa sufrida tierra donde estábamos reunidos.
LA FRATERNIDAD TEOLÓGICA LATINOAMERICANA
Otro re-encuentro significativo fue el momento que pasé con el pastor chileno
Víctor Rey, actual presidente de la Fraternidad Teológica Latinoamericana (FTL) y con
Ruth Padilla de Borst, teóloga y activista evangélica, nacida en Colombia y que actualmente reside en Costa Rica. Ruth es hija del teólogo
René Padilla y es la Secretaria Ejecutiva de la FTL. Víctor y Ruth representan una nueva generación de activistas y pensadores evangélicos en Latinoamérica: él era adolescente y ella una niña cuando se fundó la FTL en 1970.
Ambos en su trabajo diario sirven en proyectos de desarrollo social y de evangelización, es decir de “misión integral”. La FTL se fundó en Cochabamba, Bolivia en 1970, como expresión del anhelo de un grupo de veinticinco evangelistas, pastores y maestros que se propusieron desarrollar una reflexión teológica fiel a la palabra de Dios y al mismo tiempo pertinente al contexto de pobreza, marginación e injusticia.
Acusada de “izquierdista” y “liberal” por los evangélicos conservadores, poco a poco fue ganando credibilidad y a los diez años de su creación organizó el Segundo Congreso de Evangelización en Lima (CLADE 2, 1979). Fue en sus consultas y boletines donde se promovió el “espíritu de Lausana”.
Fue la única organización de América Latina que publicó libros y fomentó la reflexión teológica hacia una misión integral, única alternativa evangélica a las teologías de la liberación. CLADE 3 en Quito, 1992 y CLADE 4 en Quito 2000 fueron evidencia de que la visión de Lausana era aceptada por un número cada vez mayor de organismos evangélicos. Ruth y Víctor preparan ahora el CLADE 5 para el año 2012.
América Latina ha cambiado en muchos sentidos pero el desafío de la pobreza, marginación y desigualdad sigue siendo urgente. Y al pueblo evangélico que ha crecido notablemente en número no le cabe más que un sentido de misión basado en la Palabra de Dios y por lo tanto integral.
UNA TEOLOGÍA DE LA MISIÓN PARA UNA IGLESIA GLOBAL
Una tarde durante el Congreso nos encontramos por un momento el antropólogo
Tito Paredes de Lima, Perú, el activista y teólogo
Vinay Samuel de la India, el obispo metodista
Hwa Yung de Malasia, el Profesor
Ron Sider mi antiguo colega en el Seminario Bautista del Este en Filadelfia y director de “Evangélicos por la Acción Social” y este servidor.
El tema de nuestra conversación fue el desarrollo teológico en el hemisferio sur, ya que todos habíamos sido activistas en la red
INFEMIT, entidad internacional que asocia a teólogos de la misión de Asia, África y América Latina. Comentábamos con entusiasmo las consultas que se habían realizado en las dos últimas décadas del siglo veinte. Con INFEMIT habíamos conseguido quebrar el monopolio de teologías forjadas en Londres, Nashville o Texas como si fuesen la única teología evangélica para el mundo, y que se imponía por medio de una red de instituciones teológicas.
La reflexión sobre misión integral forjada en esos años es ahora el meollo del currículo del Centro de Oxford para el estudio de la Misión (OCMS por sus iniciales en inglés). Varios de los participantes en Lausana 3 habían obtenido sus doctorados en este centro y contribuyen hoy al avance de la misión en sus respectivos países de Asia, África y América Latina. Era una expresión más del hecho de que la Cristiandad se ha venido desintegrando y hoy hay que concebir la iglesia como una realidad global con nuevos rostros y nuevos discursos.
Estos breves encuentros y la reflexión a que dieron lugar en los momentos de tranquilidad en Ciudad del Cabo, fueron para mí un índice del avance de la causa evangélica como realidad de servicio misionero y al mismo tiempo reflexión bíblica sobre dicho servicio. Eso que llamamos el “espíritu de Lausana”.
MULTIMEDIA
Pueden escuchar aquí la entrevista de Daniel Oval a
Samuel Escobar sobre “Una visión personal de Lausana 3 (Ciudad del Cabo)”.
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