Parar a tiempo

Personas que sueñan y formulan proyectos en beneficio de los demás, que trabajan con seriedad y un esfuerzo constante para hacer realidad lo que antes no existía. Capaces de ver cosas importantes por hacer y razones convincentes para actuar, dispuestos a poner su vida donde otros sólo ven locura, amenazas a su propia comodidad y motivos para inhibirse y, en definitiva, no hacer nada por nadie.

Detrás de cada avance de la humanidad se encuentran personas así. Gracias a Dios por estos emprendedores.

El emprendedor sabe que avanzar es casi siempre sinónimo de crecer y aumentar, aunque no todos los días va a ser así. Habrá ocasiones en que el verdadero avance consistirá en detectar los peligros y tomar las debidas precauciones, en diseñar estrategias de futuro, en ver los errores y corregir los fallos.

Las etapas de crecimiento puro suelen dejar tras sí un reguero de desorden y descontrol que a veces pueden acabar con el propio proyecto. Habrá fases de crecer y consolidar a la vez y también de crecer más que consolidar o de consolidar más que crecer. Él sabrá que no es lo mismo avance que huída hacia adelante y que el crecimiento y la consolidación han de tener su peso preciso en cada momento para que el proyecto prospere de verdad.

No es lo mismo una parada que un parón (palabra que no aparece en el diccionario de la RAE pero muy usada en la calle, sobre todos en estos tiempos de crisis).

Un parón se produce contra la propia voluntad y ante la imposibilidad de avanzar por causas externas o a causa de la propia fatiga, la pérdida de la visión y el desánimo.

Un parón puede ser la antesala del abandono. Parar, por el contrario, es detener o ralentizar el crecimiento por causas específicas, sin renunciar a los objetivos y con la finalidad de poner orden.

La parada sólo servirá de algo si se hace a tiempo, antes de que la inercia arrastre al emprendedor en lugar de que éste impulse su proyecto. Parar a tiempo será detenerse y consolidar antes que las fallas, muchas veces ocultas, den al traste con el proyecto. Parar a tiempo será reducir la marcha antes de que se nuble la visión y se llegue a no saber donde acaba el avance y donde empieza la huida.

Sólo si se para a tiempo se puede llegar a estar en las condiciones óptimas para seguir adelante con las debidas garantías. Aunque en un contexto distinto son válidas aquí las palabras del profeta Jeremías “Así dice el SEÑOR: Paraos en los caminos y mirad, y preguntad por los senderos antiguos cuál es el buen camino, y andad por él; y hallaréis descanso para vuestras almas”.