La falta de amor nos está convirtiendo en estatuas. Nos estamos planteando la existencia en términos de músculos, nervios, huesos, cuerpo, carne. Se habla mucho de hacer el amor, pero poco de amar.
Tengo en mi biblioteca particular cuatro Enciclopedias. Las he consultado. La firmada a finales del siglo XVIII por Diderot y D´Alembert, conocida como la Enciclopedia de la Revolución Francesa, 18 tomos en francés, dedica al vocablo amor diez grandes páginas, tamaño 45x 25. La Enciclopedia Universal Ilustrada de Espasa Calpe, 103 tomos, edición de 1906, concede a la palabra amor seis páginas. La Nueva Enciclopedia Lorousse, en español, 11 tomos, contiene una sola página y no completa referida al amor. Y la Enciclopedia Británica, 24 tomos escritos en inglés, edición de 1980, dedica al amor nada más que ocho líneas. Una nota aclara que la idea del amor se trata en artículos sobre otros temas. En cambio, palabras como átomo , ciencia , técnica , industria, etc., ocupan grandes espacios.
Nos estamos tecnificando, atomizando, industrializando, pero al propio tiempo
nos estamos desenamorando. De aquí tanta confusión entre sexo y amor y tantos divorcios y separaciones de parejas que un día decidieron contraer matrimonio.
SALVAR EL AMOR se ocupa precisamente de estos conflictos. Su autor, Phillip C. McGraw, lleva veinte años trabajando con parejas en crisis y en el campo de las relaciones humanas. Las páginas que ahora escribe tienen principalmente en cuenta a aquellas personas cuyas relaciones matrimoniales se han torcido o se han roto y se encuentran llenas de tristeza, pena, confusión, malentendidos, viviendo una existencia vacía.
En opinión del autor, “los consejos de cómo mejorar las relaciones en nuestra sociedad no sólo no funcionan sino que ni siquiera se aproximan a la tentativa de resolución. Era verdad entonces y lo es ahora.
Las investigaciones demuestran que dos terceras partes de las parejas, matrimonios o de hecho, que buscan ayuda profesional, después de un año están mucho peor o, si no, igual. La tasa de divorcio en Estados Unidos no baja del 50 por 100”, confiesa McGraw. Y añade: “Este libro trata precisamente de todo esto. Explicaré lo que creo que debes hacer para satisfacer las necesidades de tu pareja y cómo construir los fundamentos de la vida para vivir plenamente con la persona amada”.
Este credo lo expone el autor a lo largo de once capítulos. Explica que lo primero que ha de hacer una persona que desee restablecer las relaciones rotas es ser sincera consigo misma. Aquí empieza el rescate de la vida de pareja.
Controlar los impulsos es una segunda regla. Los matrimonios y las familias se están desintegrando ante nuestros ojos. Una gran parte de culpa la tienen los sentimientos de violencia doméstica, las disfunciones emocionales y los abusos verbales que se dan en la pareja.
Definir el problema es requisito indispensable para salvar una relación. La pareja ha de ser clara y realista respecto al lugar en el que se encuentra. Ha de saber con exactitud cómo evoluciona su relación: si está deteriorándose, si se encuentra estancada o si va a la deriva y sin control.
McGraw dedica dos capítulos a lo que llama destrucción de viejos mitos y eliminación del mal espíritu. Uno de estos mitos es la creencia en la que algunos han sido educados de que el matrimonio es un estado permanentemente romántico, formado para ir por la vida en perfecta armonía y dicha. Entre seres humanos raramente esto es posible.
Creer en los mitos no es la única forma de envenenar las relaciones. Cada uno de nosotros tiene una parte emocional irracional y destructiva en su personalidad que es indispensable controlar.
SALVAR EL AMOR es un libro que trata magistralmente las diferentes formas de conflictos afectivos que amenazan con desencadenar verdaderas crisis de la personalidad y revela el sentido profundo de algunos fracasos en el amor.
La fórmula del éxito en las relaciones matrimoniales empieza por la recuperación de la pareja. Establecer con ella una comunicación fluida. El autor presenta aquí un programa para ser desarrollado en catorce días. Asegura que siguiéndolo punto a punto se puede llegar a recuperar el amor perdido. Puede que en algunos casos el programa no funcione. Pero despertar un amor dormido o recomponer unas relaciones rotas, ¿no merecen el esfuerzo de la prueba?
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