El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
Escobar rememora los cambios que se producen en Perú y otros países de Latinoamérica en los 70.
Varias partes interesadas de la comunidad de INFEMIT hemos revisado el State of the Great Commission Report (SOGCR) y nos ha impresionado su profundidad, amplitud y extensión.
La presente obra reúne, en dos tomos, los trabajos de la Comisión de Historia de la Fraternidad Teológica Latinoamericana para celebrar cinco décadas del movimiento.
Como dice Samuel Escobar, Stott nos ha dejado el ejemplo de su vida, pero también el legado de una teología “evangélica”.
Una reflexión de Samuel Escobar ante la partida de René Padilla.
En la fundación de la FTL se inició una agenda de reflexión bíblica/teológica contextual.
Frente a una herencia liberal, consideraba Escobar, cuestionadora del tradicionalismo que pretendía la inmovilidad religiosa, social, política y cultural, la tendencia general del protestantismo latinoamericano era el inmovilismo frente a los cambios necesarios en la desigual sociedad.
Un año después del Congreso Latinoamericano de Evangelización I fructificaron los esfuerzos organizativos que desembocaron en los pasos iniciales de la Fraternidad Teológica Latinoamericana.
Los orígenes de la Fraternidad Teológica Latinoamericana deben ser comprendidos, y analizados, a la luz del contexto histórico en que el movimiento vio la luz, y también por los frutos que ha producido.
Lausana I visibilizó globalmente la reflexión que se estaba gestando en la Fraternidad Teológica Latinoamericana (FTL).
Pedro Wagner buscaba ganar para la causa de Iglecrecimiento a la generación que deseaba pensar la fe contextualmente.
Al gran crecimiento cuantitativo protestante no le ha seguido lo que desde adentro de las comunidades de fe se llama discipulado.
En 1970 el cristianismo evangélico latinoamericano estaba bien establecido, aunque con distintos ritmos y porcentajes en cada país.
Indagar sobre la identidad, ¿quiénes somos, y para qué somos?, ha sido un ejercicio constante en la Fraternidad Teológica Latinoamericana.
Fue el resultado de quienes no se sentían identificados con la teología elaborada en Norteamérica ni con la teología elitista de los protestantes ecuménicos.
Con su libro, el misionero Pedro Wagner quiso dar un panorama de la producción teológica protestante en Latinoamérica.
En Responsabilidad social de la Iglesia, Escobar puntualizó que era contrario al Evangelio identificar “la preocupación por lo social con un enfriamiento en cuanto a la lucha evangelizadora”.
Si en buena medida somos lo que recordamos, tiene vital pertinencia recordar (traer al corazón) y rememorar (traer a la memoria) los orígenes históricos de la FTL.
Un factor para reflexionar dentro del marco sociopolítico, particularmente los más inquietos y con preparación universitaria/teológica, fue el triunfo de la Revolución cubana.
La colombiana Viviana Machuca compartió el “juvenicidio“ que atenta contra la vida y la dignidad de las y los jóvenes, y el “juvenilismo” que los rodea un mesianismo ingenuo y triunfalista.
El evento congregó en Lima, Perú, a teólogos, teólogas y numerosos profesionales provenientes de varios países en torno a la pregunta detonante: ¿hacia dónde va el protestantismo en América Latina a 500 años del inicio de la Reforma?
El teólogo René Padilla fue el conferenciante en el Foro Público de la Consulta Continental sobre el futuro de la Reforma que se celebra en Lima, Perú, del 3 al 7 de julio.
Tu carta a la primera generación de la Fraternidad Teológica Latinoamericana dice que lo único que logró fue que se viese la misión integral como “organizar proyectos de asistencia social”.
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