El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
Así es la novela. Todo lo aguanta. Con todo carga, por muy disparatado que sea. Ninguna pretensión de originalidad. La suma de artificio vano, falso, inconsistente.
No hay definición más completa y exacta del cristianismo que aquella que dice que el cristianismo es Cristo. Un fragmento de “La vida del cristiano centrada en Cristo”, de Alfonso Ropero (2016, Editorial Clie).
El tener que ganarse la vida con la literatura perturba la serenidad y a la mentira no se le da importancia. Se la considera parte del oficio. La pluma –decía Byron- ese poderoso instrumento de los hombres insignificantes.
La Alianza de Escritores y Comunicadores Evangélicos anima a la participación en estas iniciativas que buscan potenciar y premiar a autores por trabajos inéditos.
El largo monólogo de Carmen Sotillo ante el féretro de su esposo desvela la incomprensión y mezquindad de la mentalidad franquista.
A un investigador como lo presenta el libro se le exige rigurosidad, documentación, como menos. Nada de esto aporta el autor. Y el lector, por lo general, no está en disposición de averiguar sus insinuaciones.
Cuando surge un tema que capta al público, los editores se vuelcan en la producción de obras que especulen sobre el mismo entramado. Es su negocio. Y hay un empecinamiento literario en casar a Jesús con María Magdalena.
Toda una localidad liderada por el pastor protestante André Trocmé salvó cientos de niños judíos en la Francia ocupada. Más tarde explicaron “No fuimos héroes, sólo hicimos lo correcto”.
Venturosa la novela, en general, que admite todas las fantasías capaces de ser inventadas en la mente del humano.
Ser padres o madres supone esencialmente la entrega abnegada y apasionada en favor de unas personas a las que amamos entrañablemente. Un fragmento de "Cuando la familia ya no es perfecta", de Josep Araguàs y Tamar Araguàs (2016, Andamio).
La magnífica novela del escritor madrileño Jesús Fernández Santos hace referencia a tres momentos distintos de la Historia de los evangélicos en España.
La Biblia es, indudablemente, un libro religioso. Pero también puede ser considerado como una obra literaria. Como en literatura, la Biblia contiene multitud de géneros.
Podemos buscar la unidad, entonces, porque en realidad ya existe. La unidad cristiana no es en primer lugar física, sino espiritual y “lo que ya existe crecerá, se desarrollará y finalmente se perfeccionará”. Un fragmento de "Quinientos años después".
Alencart deja conocer su artículo de hoy, aparecido en El Norte de Castilla, el periódico decano de la prensa española.
Will Eisner inventó el cómic para adultos en 1978 con una historia sobre la crisis de fe de un inmigrante judío.
Nuestra tarea como cristianos, es la de responder a una cultura popular formada por una mezcolanza desordenada y profundamente significativa. Un fragmento de “Pop-ologética”, de Ted Turnau (Publicaciones Andamio, 2016).
Todos sufrimos, pero las palabras de los amigos alivian. Sin embargo, no hay cosa más dificultosa que hallar palabras proporcionadas a un gran dolor. Los amigos de Job, más que consoladores se muestran en ocasiones acusadores.
Aun en las victorias que Dios concede acechan tentaciones para su pueblo. Un fragmento de "Ninguna palabra faltó", de Dale Ralph Davis (2009, Editorial Peregrino).
Un nuevo proyecto busca potenciar la meditación bíblica combinando la creatividad del lector, la memorización y la reflexión personal.
‘Cicatrices en nuestras familias’, de Lidia Martín. Frente a una de las tragedias más terribles que pueden sufrir unos padres, la pérdida de un hijo o hija ¿cómo continuar viviendo?
Desde estas páginas queremos dirigirnos a aquellas personas que luchan contra su atracción indeseada al mismo sexo. Un fragmento de "Homosexualidad. Pastoral de la atracción al mismo sexo", de Juan Varela (2016, Clie).
Es capital preguntarse si la fe en un Dios vivo debe incluirse entre las costumbres llamadas a desaparecer, como parecen anunciar algunos teólogos que repiten, decenios después de Nietzsche, que Dios ha muerto. O bien si nuestra fe aguantará con firmeza los embates de la incredulidad en este siglo XXI.
En general la poesía de Alencart no se reduce a describir una ceremonia piadosa, ni a nombrar a Dios por imperativo profesional o por obligatoriedad devota. Al contrario: pocas voces de habla española han expresado la búsqueda de Dios como Alencart y exaltado al Cristo que Darío llamó perdonador de injurias.
Creo que la Biblia nos manda que amemos a otros tan a menudo porque el amor es, con frecuencia, contrario a nuestra inclinación natural. Un fragmento de “El significado del amor”, de Ajith Fernando (2016, Andamio).
Tres textos extraídos del último libro publicado por este cristiano y poeta que ejerce de juez.
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