El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
Nunca antes se había producido, en la historia de la humanidad, un número tan grande de desplazamientos forzados. La iglesia tiene mucho que decir, pero una gran parte calla.
Delante de Dios, todos y cada uno de sus hijos somos especiales.
Al acomodar las creencias y decisiones morales a las preferencias personales, se desvirtúa casi siempre el mensaje de Jesucristo.
Una lección de vida: si hay alguien necesitado a nuestro lado, debemos preocuparnos por él.
La importante e influyente comunidad evangélica asegura que muchos, en especial el sector del loby LGBT, atacan su libertad de expresión.
No es posible afirmar que exista un mensaje unánime de las parábolas, sino que en cada relato habrá que constatarlo y descubrirlo de manera independiente.
Aunque Jesús fue muy claro al respecto, nos gusta mucho más el dinero de lo que pensamos.
Quisiera mirar a vuestro lado, algunas miradas de Jesús, todas diferentes, distintas, en distintos momentos y con distintas personas.
El encuentro de Jesús con un joven rico nos hace pensar en cuáles deben ser las prioridades en la vida.
Miles de evangélicos salen a las calles a celebrar a Jesús. La prensa local destaca el ambiente festivo de la marcha, en un país que vive una intensa polémica política.
Los predicadores que en su predicación ignoran la historia de la redención, lo que están haciendo es ignorar el testimonio que el Espíritu Santo da de Jesús en todas las Escrituras.
Sutilmente, en la mentalidad de algunos de nosotros se ha infiltrado la idea de que la consagración está enfocada exclusivamente en participar frecuentemente de los cultos, cantar, orar, evangelizar, etc.
Somos sal y luz: ambas se dan, pero también se gastan; ambas potencian la belleza de Jesús.
Jesús enseña varias lecciones fundamentales para nuestra vida en la parábola del sembrador.
Si solamente tratamos de imitarle, quizás el mundo nos alabe, pero si en verdad llegamos a ser semejantes al Señor, el odio lo tenemos asegurado.
Aunque a su alrededor las personas le mandaban callarse, Jesús escuchó el clamor de un ciego.
La gracia común proporciona una base estable para la cobeligerancia, aunque esta actividad no es sencilla y requiere de reflexión, discernimiento y sabiduría.
Una culpa que nos acerque a la gracia, una que nos haga vernos como somos en verdad, esa, no debe ser mala.
He aquí un poema escrito allá por 1966, cuando asistió a la ciudad suiza de Ascona para participar en un encuentro internacional con GBU. Dice: “…Y en medio el Nazareno,/ La sombra de una cruz,/ El himno vigoroso de una tumba vacía”.
Jesús no sólo enseñaba para convencer, sino para dar vida. Mostró que se preocupaba por cada persona en particular.
Un análisis de lo que creen las denominaciones evangélicas españolas sobre Dios.
Nuestra existencia – nos demos o no cuenta de ello – es un terreno seco y árido que necesita del agua de vida que sólo puede dar Dios para sobrevivir.
Jesús restauró la salud y la imagen social de una mujer enferma y despreciada.
El encuentro de Jesús y la mujer de Samaria nos muestra su corazón, cerca de los que sufren.
Las crisis que el mundo padece sume millones de personas en depresión. Superar cualquier crisis se halla en poner toda nuestra confianza en el Cristo vivo que las padeció por nosotros.
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