El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
Me preocupa que los cristianos quieran negar nuestra responsabilidad de ser mayordomos de la creación divina.
Por término medio una persona puede decir entre 7 y 20 mil palabras. Tus palabras tienen el poder de influir sobre ti y los demás de una forma poderosa para bien o para mal.
Se nos han colado muchos cambios que son para peor y que una sociedad seria debe impedir.
Sólo cuando reconocemos que nuestra vida pende de un hilo recordamos que no somos tan imprescindibles como creemos.
Se juntaban todos los días para compartir las maravillas que Dios estaba haciendo en ellos; se reunían para gozarse en Él. La perseverancia en la comunión hizo al sitio; no la inversa.
Los recién convertidos comenzaron a desprenderse de los bienes materiales que tenían. Lo que era imposible para los hombres, no lo fue para Dios.
Jesucristo, el ‘Yo Soy’ hecho carne, excluye todo ‘yoismo’ entre sus seguidores. El milagro de Su iglesia es ser un pueblo unido, salvado solo por Gracia y para Su sola gloria.
Reducir la comunión al ámbito y programa eclesiales, y a los días de reunión, es no haber comprendido el propósito de la salvación en Jesucristo.
Dado que el vocablo ‘comunidad’ recibió usos muy amplios a lo largo del tiempo, es necesario poner suma atención al investigar su significado en relación con el Hijo de Dios.
La total entrega que caracteriza a los seguidores de Jesucristo resulta de conocer y depender de la fuente que les provee todo lo necesario para una vida diaria sostenible.
Se reconozca o no, la reconciliación fue introducida por Dios hace varios milenios luego de la caída en pecado de la primera pareja humana, y de su expulsión del jardín de Edén.
A lo largo de su ministerio terrenal el Maestro de Galilea enseñó que el arrepentimiento es la huella profunda que debe marcar la vida de toda persona que desee seguirle, para vivir eternamente.
“El cambio climático es uno de los mayores retos de nuestros días, y es fantástico ver que las iglesias también aportan su granito de arena para asegurar una reducción de su impacto en el medio ambiente”, ha dicho el obispo de Salisbury, Nicholas Holtam.
El pecador confunde roles; sin conocer a Dios exige lo que cree merecer; pero no asume primero que es imperioso arrepentirse, para que Dios restablezca la relación cortada y lo reconcilie con Él.
Tener fe en Jesucristo, creer en Él, no es una acción generada por el ser humano, sino en el ser humano. No se puede creer a menos que el Espíritu de Dios abra nuestro oído. La Palabra de Dios lo hace.
Conformarse a este mundo es adaptarse o amoldarse a él, yendo en la corriente que arrastra todo lo que contiene hasta desembocar en un océano de muerte, que es su final.
Bullitt es un personaje contenido y de expresiones parcas, que aunque no resulta hierático, tampoco es un sujeto violento. Es el héroe vulnerable.
El nominalismo cubre una extensa gama de expresiones ‘cristianas’ que van desde una ‘doble vida’ basada en el interés meramente personal, a otras que pueden definirse como ‘fanatismo religioso’.
Ocupémonos en descubrir el efecto del nominalismo en las iglesias locales en tanto familias de fe, y en los creyentes viviendo como sal y luz en el mundo, para actuar en consecuencia.
Las falsas doctrinas de la prosperidad no son novedad. Al fariseísmo, los mercaderes de indulgencias y los falsos maestros hoy les suceden los ‘sembradores de dinero’.
Muchas de nuestras peticiones de cambio del mundo no son sino una coartada para esquivar el fracaso a la hora de cambiarnos a nosotros mismos.
Estafar va, desde engañar por dinero, pasa por no cumplir con promesas electoralistas, por dar libertad a convictos, hasta vender falsas doctrinas de prosperidad y la salvación misma.
Decir la verdad ya es un hecho poco creíble; mientras lo falso va en constante ascenso. El que difama maneja la mente colectiva con total impunidad.
Basta con fijarnos en estadísticas sobre el consumo del alcohol en el mundo para comprender que al hablar de la adicción al alcohol estamos frente a un mal histórico, no pequeño y en constante desarrollo.
"La avaricia es un pozo sin fondo que agota a la persona en un esfuerzo interminable por satisfacer sus necesidades, sin llegar nunca a conseguirlo. La avaricia y la paz se excluyen mutuamente.” Erich Fromm
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