El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
La cosmología actual le abre también de par en par las puertas al teólogo y le facilita la comprensión y la defensa de la doctrina bíblica de la creación a partir de la nada.
La tentación de mal usar la ciencia con fines apologéticos es vieja.
En función de lo que sabemos, es muy poco probable que se produzca el Big Crunch porque, en vez de frenarse, el cosmos está acelerando su expansión.
Si una galaxia se estuviera acercando a la Tierra, deberíamos ver su luz ligeramente desplazada hacia el color azul. En cambio, si se alejara de nosotros, su luz estaría desplazada hacia el rojo.
El origen del universo no tuvo ningún centro o lugar de inicio ya que el espacio todavía no existía. Por no existir, no existía absolutamente nada, ni espacio, ni energía, ni materia, ni tiempo.
El universo está en expansión, y pasando la película al revés llegaremos al Big Bang. El TEJW no cambia nada de esto.
Que la ciencia sea incapaz de ofrecer la explicación última del cosmos, no quiere decir que tal explicación no pueda alcanzarse por otro camino.
Si de las explosiones menores no se obtiene más que desolación y terror, ¿cómo puede ser que de aquella explosión saliera belleza, orden y vida?
¿Podrá la ciencia dar una explicación del origen del universo, sin necesidad de Dios?
La teoría de Big Bang está respaldada por muchas observaciones.
Hoy en día, la radiación de fondo de microondas ha sido estudiada con una precisión sin precedentes, confirmando entre otras cosas lo que habíamos aprendido en 1964.
La doctora Elsa Pérez Guindal es crítica con algunas de las teorías científicas más aceptadas. Es una de las ponentes de las conferencias sobre ciencia y fe que se desarollan este año en Vilafranca del Penedès.
En este nuevo episodio, vamos a tener la teoría del Big Bang como hilo conductor. Un podcast de Daniel Jándula con el Doctor en Biología Molecular Pablo de Felipe.
Una apologética ‘concordista’ que confíe demasiado en nuestros actuales conocimientos científicos compromete innecesariamente el futuro del cristianismo.
En los relatos de los orígenes en el Antiguo Testamento lo que importaba era dejar claro, frente a todos los ‘mitos de los orígenes’ paganos, un punto esencial: nuestro mundo había sido ‘creado’ por Dios, y no había un rival para ese Dios.
En su estado actual, la cosmología no tiene ni idea de si el Big Bang marca el comienzo del universo, o no.
Cuando hablamos del cielo queremos expresar un ámbito intemporal que trasciende este mundo espacio-temporal. Como dijo C. S. Lewis el pasado siglo: “Dios no tiene historia”.
Pronto, detectar ondas G se convertirá en rutina y dejará de salir en portada. Somos, literalmente, comparables a un ciego a quien se acaban de ofrecer ojos.
Muchos interrogantes planteados por disciplinas como la bioquímica, citología, genética o incluso paleontología, para los cuales el paradigma darwinista carece de soluciones satisfactorias, hallan explicación en la teoría del diseño.
El astrofísico británico se encuentra en Tenerife, donde impartirá dos conferencias sobre el Big Bang y los agujeros negros.
Han sido detectadas las primeras ondas del nacimiento del Universo. Se trata de la confirmación más importante de la teoría de la inflación cósmica, que di cen que el cosmos se expandió 100 billones de billones de veces en un instante. El biólogo Antonio Cruz naliza ciencia y fe, Génesis y creación, en una entrevista de Pedro Tarquis
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