El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
Se considera a Westcott y Hort como los padres de la Crítica Textual a raíz de su célebre Nuevo Testamento en griego, publicado en 1881.
Comparto dos oraciones que tienen vigor poético, escritar por teólogos cuya reflexión se nutre de la Palabra de Dios.
No es que hoy por hoy nosotros estemos conquistando a la sociedad. Es justo al revés: la sociedad secular nos está conquistando a nosotros.
Cuando la verdad bíblica no se defiende y se la sustituye por una mezcla de filosofía y psicología, la Iglesia peligra.
Los pecados sexuales en términos generales se llaman “fornicación” en la Escritura.
La sistemática destrucción y devaluación de la familia (padre, madre e hijos) y del matrimonio heterosexual es uno de los más importantes frentes de lucha para la iglesia.
La hermenéutica subyacente de Marción parece haber sido que el Dios de amor del Nuevo Testamento es superior al Dios de ira del Antiguo Testamento.
La lírica hispanoamericana ha perdido una de sus más grandes referencias.
El tiempo de oración, meditación y reflexión en el ministerio cristiano es cada vez más escaso, lo que puede terminar en lo que conocemos como el síndrome “burnout”.
El trabajo es bueno, pero bingún trabajo debería ser tan absorbente como para impedir la reflexión y la oración.
Los creyentes ejemplares de siglos pasados eran auténticos campeones en el arte de meditar en la Palabra de Dios y sus grandes verdades.
La Iglesia ha empleado varios modelos a lo largo de su historia, y cada uno ha experimentado su auge en distintas épocas y en distintas partes del mundo.
Como cristianos no somos solamente llamados a leer la Biblia sino también a estudiarla. Y más que estudiarla: meditar en esas palabras y verdades eternas.
Jesucristo se presenta deliberadamente como el Maestro autoritativo: “Oísteis que fue dicho a los antiguos […]. Pero yo os digo”.
Sabemos todo sobre trivialidades, pero poco sobre una de las cosas que debería animarnos todos los días: nuestro futuro con el Señor.
El vínculo entre el Espíritu Santo y la Iglesia es tan orgánico que para Benedicto, la Escritura, la tradición y el magisterio romano coinciden siempre porque están guiados por el mismo Espíritu.
Posiblemente nos hemos olvidado de un tema fundamental.
O la Iglesia empieza a vivir de una forma más gloriosa que nunca, o Dios mismo se encargará de quitar de en medio un cristianismo adaptado a las modas y hueco de contenido.
Es posible leer una historia, encontrarla interesante y, aun así, perderte por completo su mensaje central. Necesitamos la teología bíblica.
Los evangélicos de nuestros días han aceptado y combinado tantas ideas de otras creencias y filosofías que han creado su propio sistema de fe.
Para el cristiano, los días normales no existen. Con Cristo, cualquier día, cualquier tarea, toda situación o relación rebosa de posibilidades divinas. Dios nunca deja de obrar en nuestras vidas.
Según algunas encuestas, los evangélicos tienen graves lagunas en cuanto a sus convicciones cristianas.
Iniciamos una serie con diversos expertos para analizar la década 10-20. José Hutter nos explica cuáles han sido los retos en el ámbito de la teología.
La conmemoración de la Reforma, las tensiones en torno a la interpretación bíblica de la sexualidad o el crecimiento de las iglesias en Asia o África son algunos de los temas de la década que analizamos.
Al querer ser romana, la Iglesia dejó de ser católica. La marca romana fue una adición espuria que alteró la naturaleza de la catolicidad de la Iglesia.
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