El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
John Owen (1616-1683), “el teólogo de los teólogos”, fue un erudito inglés de la era dorada del movimiento puritano del siglo XVII que nunca perdió su tierno corazón de pastor.
Aun los más santos, cuando se los deja solos, pronto manifiestan ser menos que hombres; no son nada. Todas nuestras fuerzas son debilidad, y toda nuestra sabiduría es insensatez.
Los cristianos colombianos en las zonas rurales sufren mucho, sobre todo los pastores que son el primer blanco de los grupos armados.
El peligro de tontear con los mantos babilónicos
El puritano John Owen nos enseña acerca del peligro de la apostasía espiritual.
Si no supieras nada de Colombia, podrías pensar, “¡Genial! Al fin hay paz”. Pero las cosas no suelen ser tan claras como parecen.
El acuerdo entre el Gobierno y las FARC es celebrado por muchos, pero también criticado. Los evangélicos presentan posturas divergentes pero se muestran dispuestos a implicarse en el proceso de reconciliación y trabajar por una paz duradera.
Por primera vez en muchos, muchos años hay una verdadera posibilidad de un acuerdo de paz, aunque el proceso es todavía muy frágil.
Nosotros los cristianos tenemos mucho que ofrecer en la situación de post-conflicto cuando esta llegue finalmente en Colombia.
Michael Gowen viaja a las zonas en Colombia donde muchos cristianos son asesinados cada año sólo por oponerse a la cultura de violencia que propagan los grupos armados.
El ejemplo de amistad que Jesse y Lutz dieron al mundo fue impresionante, quedó escrito en la historia.
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