El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
La misericordia nos ancla al prójimo, a ser las manos y los pies del Señor en medio de un mundo de dolor.
Olvidamos que Él no está atado al tiempo ni al espacio, así que puede ocuparse de todas sus creaturas.
Hemos de reflexionar y trabajar para que no nos confundamos con los conceptos de “iglesia santa”, “familia santa”, “ambiente santo” u otros, no sea que estemos rozando los conceptos de pureza que tenían los religiosos del tiempo de Jesús.
El ser misericordiosos, a veces implica la denuncia incluso de los que dicen haber sido perdonados.
El Maestro no sólo miraba la ostentosa ofrenda, sino que posaba también su mirada divina en el interior de las personas.
¿A pesar de que la vida no consiste en tarjetas de crédito, cuentas bancarias o bienes acumulados, es necesario coger, de vez en cuando, todo lo que tengamos, ponerlo en nuestra bolsa o alforja y salir al mundo dispuestos a usarlas?
Quizás a algunos no les parezca muy serio decir que los que derrochan en vestimentas elegantes, caras y lujosas visten a otros de harapos, pero lo real es que, en general, los acumuladores empobrecen a más de media humanidad.
La filosofía reinante es que el individuo está por encima de todo, y los derechos que se derivan de sus deseos personales tienen que ser respetados.
El Señor nunca nos va a aprobar el no haber hecho nada, sino que nos va a preguntar que qué hemos hecho a favor de la dignidad y de la búsqueda de justicia para con el prójimo.
La curación del ciego que además aparece con su nombre, es el último milagro que se registra en el evangelio de Marcos.
Se necesitarían en el 2019 voces proféticas que clamaran contra los grandes escándalos del mundo porque, a veces, como diría Unamuno, callarse puede ser peor que mentir.
El seguidor del Maestro, no puede tener un alma sorda, ni unas manos insolidarias, ni unos pies que no estén prestos a acudir allí donde se da ese grito.
Su experiencia y atracción por el lado oscuro de la vida hace que pueda “entender esa humanidad retorcida”, pero tras el odio está el anhelo del amor que sólo Dios puede darnos, afirma el escritor.
Hoy, Dios puede actuar en el mundo de forma directa, como hizo Jesús cuando estuvo entre nosotros haciendo bienes, pero también quiere que sus seguidores se paren y actúen ante estos gritos por misericordia.
¿Cuál fue el mejor momento de Jesús para ayudar a una persona encorvada a enderezarse? La respuesta fue al instante, en aquel ahora.
Hay un texto en la Biblia que adquiere la forma de letanía y es el Salmo 136, donde la expresión repetitiva es, hasta 26 veces, ‘porque para siempre es su misericordia’.
Texto basado en Lucas 15:11-32. La hija perdida medita e inicia el regreso hacia el hogar.
Cuando vivimos en la gracia de Dios, aprendemos a dar, a compartir, a pensar en los demás; de esa manera llegamos a parecernos a nuestro Padre.
Lo que somos en el presente es el resultado de lo que hemos venido siendo en el pasado.
El impacto de las acciones sanadoras y liberadoras de Jesús entre el pueblo fue demoledor para las estructuras de poder.
En parte estamos presentado un Cristo masificado, mediático y mediatizado. La manipulación de masas que Jesús no ejerció ni usó para provecho personal, es utilizada por algunos de sus seguidores.
Él es el que debe tener el lugar principal en nuestra mesa.
Philipp Friedrich Hiller sufrió una afección de garganta que le dejó prácticamente sin voz; se vio obligado a renunciar a la predicación y se dedicó a la composición de himnos.
La entrañable misericordia de Dios nos invita a enderezar nuestros torcidos caminos y así colaborar en su proyecto de construir una nueva humanidad.
Nadie más que Él podría tener el verdadero derecho de volcar Su desprecio sobre nosotros, hayamos hecho lo que hayamos hecho.
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