El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
Monsiváis dejó plena constancia a lo largo de su amplísima obra de la influencia recibida por su constante lectura de las Escrituras.
La nueva normalidad nos va a obligar a tomar decisiones y como cristiana sé que mi decisión compromete mi fe frente al mundo.
En la mejor tradición protestante ejerció el sacerdocio de la lectura, puso sus hallazgos y análisis al servicio de la colectividad.
Hoy se habla de inteligencias múltiples, de habilidades sociales, de cuánto éxito se alcanza... pero la sabiduría ha quedado desterrada.
El duelo es un camino. Únicamente sabemos dos cosas: que no existen atajos y que tiene que andarlo, paso a paso, uno mismo.
Lo fácil era salir al balcón a aplaudir. Eso no cuesta nada. Lo difícil es ser personas responsables y consecuentes.
Desde su campaña por la presidencia buscó tocar fibras sensibles y uno de los elementos es el retorno a los principios rectores de una nación supuestamente cristiana.
El destacado filólogo y escritor protestante ofrece sus primicias en “Tiempo de cruzar el umbral”.
Al gran crecimiento cuantitativo protestante no le ha seguido lo que desde adentro de las comunidades de fe se llama discipulado.
Demasiados confunden a Dios con la religión que les han contado e intuyo que, ante una situación lo suficientemente compleja, algunos reaccionarían y se plantearían buscar a ese Dios del que se habla, en vez de esperar y ya está.
Para acercarse a Dios ha de creerse que Él existe, y la fe tiene que ver muchas veces con ese primer paso de aproximación a la realidad que se está buscando.
En 1970 el cristianismo evangélico latinoamericano estaba bien establecido, aunque con distintos ritmos y porcentajes en cada país.
La convivencia con la muerte se ha vuelto especialmente patente durante la epidemia. Pero, ¿qué hay de sus efectos?. “En el duelo no hay solo dolor, hay amor”, dice el psiquiatra evangélico Pablo Martínez Vila.
Indagar sobre la identidad, ¿quiénes somos, y para qué somos?, ha sido un ejercicio constante en la Fraternidad Teológica Latinoamericana.
Mucha gente que nunca se planteó que hubiera un Dios siquiera, no solo lo valoran porque sienten alguna necesidad en medio del caos, sino que por primera vez están alzando su vista al cielo.
El trabajo editado por el Grupo de Psicólogos Evangélicos se ha extendido en estas semanas. Tras la versión en inglés, se preparan traducciones al ruso, eslovaco y otros idiomas.
Fue el resultado de quienes no se sentían identificados con la teología elaborada en Norteamérica ni con la teología elitista de los protestantes ecuménicos.
Debemos concretar si poder hacer ciertos movimientos porque se nos da permiso desde la ley y es lo más conveniente y se están presentando como nunca antes en esta pandemia los picos de ansiedad.
Con su libro, el misionero Pedro Wagner quiso dar un panorama de la producción teológica protestante en Latinoamérica.
En el cumplimiento de su voluntad moral en toda esta crisis, en la búsqueda de Él y sus principios, podremos hallar gozo y paz sobrenaturales.
En Responsabilidad social de la Iglesia, Escobar puntualizó que era contrario al Evangelio identificar “la preocupación por lo social con un enfriamiento en cuanto a la lucha evangelizadora”.
Empezamos a ser conscientes de algunos elementos de luz que reconocemos como buenos y que producen en nosotros los mejores afectos.
Todos nuestros esfuerzos van orientados a la preservación de lo que se tiene, aunque sea mediocre en comparación con lo que podría ser.
Si en buena medida somos lo que recordamos, tiene vital pertinencia recordar (traer al corazón) y rememorar (traer a la memoria) los orígenes históricos de la FTL.
Su trabajo entre los pueblos originarios de la entidad, principalmente con los tzotziles, les abrió comprensiones que obtuvieron durante sus casi cuatro décadas de trabajo misionero.
Las opiniones vertidas por nuestros colaboradores se realizan a nivel personal, pudiendo coincidir o no con la postura de la dirección de Protestante Digital.