El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
¿Qué buscaba Don Quijote en Barcelona? ¿Con qué propósito desvió Cervantes a su criatura de otros caminos y lo condujo hasta la capital de Cataluña?
Don Quijote y Sancho llegaron a las playas de Barcelona “la víspera de San Juan, en la noche”. Originarios de las tierras secas de La Mancha, ni caballero ni escudero habían visto jamás el mar.
Don Quijote, para ridiculizar a Avellaneda, no entraría a Zaragoza. Lo dice a sus anfitriones: “Por el mismo caso no pondré los pies en Zaragoza, y así sacaré a la plaza del mundo la mentira de este historiador moderno, y echarán de ver las gentes cómo no soy el Don Quijote que él dice”.
A principios del siglo XVII, cuando la novela irrumpe en el panorama literario español, el reino de Aragón tenía unos 300.000 habitantes, de los que 25.000 vivían en la capital, Zaragoza. Barcelona contaba con 35.000 almas.
Me propongo publicar algunos artículos tomando como guía sólo la segunda parte de la novela, cuando el inmortal caballero Don Quijote cruza tierras de Castilla y Aragón camino de Barcelona acompañado por su fiel escudero Sancho.
Jesús llama al rey Herodes “zorra”. La zorra es símbolo de astucia. El ideal no se deja engañar por nadie. Jesús indica que su vida tiene un plan definido y no está dispuesto a detenerse.
Moisés estaba sostenido por su ideal en lo que parecía imposible. La epístola a los Hebreos resume su epopeya en estas palabras: “Por la fe dejó a Egipto, no temiendo la ira del rey; porque se sostuvo como viendo al Invisible” (Hebreos 11:27). ¿Cómo puede verse lo invisible?
El idealista ha de ser fiel a su ideal hasta las últimas consecuencias del tiempo. Éste es, también, el consejo de la Escritura: “Se fiel hasta la muerte y yo te daré la corona de la vida” (Apocalipsis 2:10).
El ideal rompe las barreras del miedo y de la duda y se mantiene firme a pesar de las dificultades que se le opongan. Así lo concibe Don Quijote.
El ideal, para que tenga fuerza de Dios, para que sea agente transformador de corazones y regenerador de conciencias, ha de contar con la estrella, con la gloria.
La transformación interior es condición indispensable para que el ideal arraigue. Dios se transforma en niño para dar ejemplo de humildad al hombre. Y le dice que si él, a su vez, rehuye volverse niño, no entrará en el reino de los cielos.
Dale Wasserman creó el musical "El hombre de la Mancha" para pagar tributo a Cervantes.
Es el libro que en el “siglo 17 fue saludado con una carcajada, en el 18 con una sonrisa y en el 19 con una lágrima”.
El poeta y filósofo alemán Goethe decía que en el pecho del idealista conviven dos personas. Una que quiere aferrarse tenazmente al mundo de la realidad y de la materia. Otra que se eleva poderosamente desde el polvo para remontarse a las regiones de los sentimientos más excelsos.
Aún cuando en gran parte es un libro de autorreferencia, o precisamente por serlo, la lectura de sus 455 páginas constituye una obra memorable. En ella hay ingenio, inteligencia, humor, drama y una poderosa memoria.
Quiñones escribe cuatro luminosos capítulos sobre las principales fiestas de Jehová, ligadas todas ellas a la persona del futuro Mesías: la pascua, los panes sin levadura, la expiación, el Tabernáculo.
Convertido a la única fe verdadera, la única fe que tiene sentido, Grau inició una larga carrera como escritor y teólogo hasta su muerte el 15 de enero de este 2014.
En opinión de Kurt Leonhard, Dante plantea en su obra las grandes preguntas que viven en la mente del ser humano: "Qué es el hombre? ¿Qué lo distingue de las restantes criaturas de la naturaleza? ¿Tiene acceso al mundo sobrenatural del espíritu?"
Tal como lo escribió el genial italiano Giovanni Papini, Dante conoce a Dios como justicia en el infierno, como misericordia en el purgatorio y como amor en el paraíso. Aquí Dante se deja llevar totalmente por la inteligencia, la voluntad y el sentimiento, por todo aquello que constituye la verdadera vida del espíritu.
Dante Aligheri selecciona cuidadosamente a los personajes, a quienes según su comportamiento en la tierra envía a uno de los tres lugares en el más allá: los nueve círculos del infierno, el purgatorio y el paraíso.
El tema central de la DIVINA COMEDIA lo constituye un viaje imaginario que realiza Dante a los tres reinos de ultratumba: Infierno, purgatorio y paraíso. El fin práctico a que Dante tiende en este viaje es el conocimiento de Dios como bien supremo, un Dios soberanamente personal y trascendente.
La cultura de Dante tal como se revela en la DIVINA COMEDIA es muy amplia. Está formada por libros clásicos, obras de viajes, textos apocalípticos, Enciclopedias, obras filosóficas y, sobre todo, la Biblia.
En 1277, con sólo 12 años, Dante es prometido a Gemma Donati. Los matrimonios negociados a edades tan precoces eran entonces frecuentes y constituían una ceremonia importante.
Los estudios disponibles sobre la obra literaria de Dante estiman que el poeta escribió unos 20 libros en los que exalta el patriotismo, el amor a la libertad, el entendimiento entre todos los seres humanos.
Juan María Tellería, Editorial Mundo Bíblico, calle Artemi Semidán 49, 1º, 35009 Las Palmas de Gran Canaria. 440 páginas.
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