El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
Apocalipsis 4:1-8a. Todo el culto se desarrolla alrededor del Trono: el reinar de Dios en nuestras vidas y comunidades es inicio, centro y fin del culto cristiano.
Me conmueve la extrema generosidad con la que se prodiga con tirios y troyanos, jóvenes y mayores, indígenas españoles y foráneos de todas las latitudes.
Dios, la religión, el amor, la muerte, el alma, la eternidad, son asuntos constantemente tratados en sus temblorosas rimas y en las narraciones en prosa.
Nacieron a la nueva vida en Cristo y encendieron la luz del Evangelio donde antes difundieron tinieblas de error.
¡A cuántos niños habremos librado del aborto con nuestro trabajo, quitado del hambre, de la enfermedad, de la exclusión social!
Al terminar el testimonio es claro que personas vieron cosas muy diferentes, según sus perspectivas ideológicas.
¡O el Apocalipsis se lee "en clave de adoración y culto", o el Apocalipsis se lee mal!
La poesía de San Juan de la Cruz está considerada como la más brillante que produjo el Siglo de Oro español.
Ni nuestras creencias, ni nuestra manera de vivir o de actuar nos relacionan siquiera de lejos (menos aún nos identifican) con lo que se ha considerado siempre la “ultraderecha”.
A lo largo de los años he utilizado la palabra hablada en infinidad de ocasiones y he utilizado también la palabra escrita.
Hay muchos llamados cristianos que son avaros, pero de una espiritualidad falsa e insolidaria para con el prójimo.
(Reflexiones autobiográficas) “La experiencia me pareció chistosa: un misionero “gringo-tico” escribe un libro en castellano, lo traducen al portugués y del portugués al inglés”
El vocablo “cristiano” se usa de tantas diferentes maneras en nuestra sociedad, algunas hasta contrarias al evangelio de Cristo.
Pocos asuntos suscitan tanto interés, cuando no morbo, como las cárceles inquisitoriales o las torturas que en ellas se sufrían.
“25 ENIGMAS DE LA BIBLIA”, por Máximo García Ruíz, Ediciones Noufront, Valls, (Tarragona), 2018, 247 páginas.
Ahora, en la etapa final de mi existencia, quiero dejar escrito un reducido balance de mis trabajos.
El cielo y el suelo deben estar en conexión en nuestra percepción y vivencia de la espiritualidad cristiana.
La iglesia latina también es un lugar donde la gente encuentra ayuda y apoyo, necesitados entre necesitados dispuestos a ayudarse unos a otros.
La constante tentación humana es ver nuestra realidad inmediata como última, y presuponer (o temer) que las grandes verdades de fe son remotas y de secundaria fuerza histórica.
Frente a una sociedad que tiende a destruir la armonía del ser y del universo, existe la posibilidad y la certeza de reencontrarla, porque es un reino que está dentro de nosotros desde el principio.
Explica Claudio Gutiérrez Marín que "el español no siguió a los reformadores. Los intelectuales se encogieron de hombros. Pensaron que la Reforma era semejante a la Iglesia que ellos conocían muy bien; creyeron que la Reforma no podía transformar ni salvar a la nación”.
Hay que romper los esquemas, hay que trastocar los valores del mundo, debemos prepararnos para ser diferentes, para remar en otra dirección, para escandalizar a un mundo cuyos valores están en contracultura con los valores bíblicos.
¿Será que nos vamos a ver en otro período en que el gobierno deporta y le niega ciudadanía a personas nacidas en este país?
En el diseño divino de la creación, "todo lo que respira" adora al Creador de la vida. Para eso Dios nos ha dado aliento, para eso existimos.
Ávila tendrá una actitud sumamente crítica respecto a los valores que se mantienen en la sociedad de su tiempo, como lo eran la apariencia y la ostentación en el estilo de vida.
Las opiniones vertidas por nuestros colaboradores se realizan a nivel personal, pudiendo coincidir o no con la postura de la dirección de Protestante Digital.