El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
El que es el mismo ayer, hoy y por los siglos, sigue derrochando comprensión, perdón y Amor infinito hacia todo aquel que le busca de corazón y con sinceridad.
Hoy vivimos también en la sociedad de la apariencia, en la que predomina la estética sobre la ética y la moralidad.
¿Cómo es posible que un universo formado fundamentalmente por materia incapaz de razonar produzca seres dotados de razón, con tendencia a la finalidad, con capacidad para reproducirse y constituidos por códigos químicos como el ADN?
Hoy por hoy, no existe una explicación adecuada al supuesto beneficio evolutivo de la reproducción sexual, tanto en las plantas como en los animales.
La trascendencia de la vida humana que nos otorgó el Señor Jesús, muriendo y resucitando al tercer día. Esa es nuestra esperanza cristiana.
Utilizar los gobiernos en sus diferentes niveles para imponer agendas de talante religioso, es lo peor que le puede pasar a un país con una democracia vacilante.
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