El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
González nos recuerda que para entender bien el capítulo trece de la epístola a los Corintios, uno de los capítulos más bellos y generosos de toda la Biblia, hay que leerlo a la luz de la biografía de su autor.
En los cinco volúmenes hasta ahora comentados sobre el apóstol Pablo Félix González, con maestría bíblica y literaria, nos ha permitido viajar con el apóstol a lo largo y ancho de sus tres viajes misioneros.
Superando a otros biógrafos del apóstol, lo sigue de cerca. Viaja con él y nos hace viajar con ambos.
El tercer volumen de Pablo, apóstol del Señor es una hermosa lección sobre el primer Concilio que celebró la Iglesia fundada por Cristo. De este Concilio trata nuestra historia, historia verdadera, con una resonancia perceptible en el transcurso de los siglos.
A la exposición de los hechos históricos el autor añade importantes lecciones que contribuyen a elevar nuestro nivel espiritual y a cimentar nuestra fe en Cristo.
Destacó sobre sus compañeros cuando militaba en el judaísmo y luego lo hizo igualmente en el cristianismo.
No soy yo el originador de mi fe, yo soy el que cree, en un hecho objetivo, porque la intervención del Espíritu de Dios obra en mí la capacidad de creer.
La enseñanza bíblica de la gracia sostiene que el originador y realizador de la salvación del hombre es el Espíritu Santo, llamado también Espíritu de Gracia.
¡Sólo Escritura!: en cuestión de fe, salvación y vida cristiana, sólo la Biblia, como revelación divina, es norma suprema, última instancia para cristiano e Iglesia.
Los reformadores en la fórmula “solus Christus” enfatizan que sólo hay un camino que conduce a Dios, y es la persona de Jesucristo.
Las ‘Sola’ tienen desde el principio carácter exclusivo y delimitante. Se usó de inicio para responder a Roma, pero hoy la amenaza surge, además, del interior del propio protestantismo.
Entrevista al pastor y experto en Reforma Félix González Moreno, organizador y guía del viaje que se hará del 6-13 de agosto de 2016 en Alemania recorriendo a través de la vida de Lutero la Historia del inicio de la Reforma protestante.
El Padrenuestro, sólo se puede orar desde el final: sólo mirando al futuro que Dios nos ha prometido.
Líbranos del mal debe ser nuestra oración diaria, así como también se nos enseña a pedir por el pan de “hoy” y por el perdón de nuestros pecados.
Jesús une, en la oración que enseña a su iglesia, el pan y el perdón, sabedor de que no debe darse una cosa sin la otra.
Ser cristiano es ir por la vida de la mano de un Dios real que cuida de nosotros.
Todo cristiano está obligado a preguntarle a Dios: Señor, ¿cuál es tu voluntad concreta para mi vida?
Al orar venga tu reino, estamos orando para gozar cada día personalmente de ese reino.
Sólo Dios puede santificar su nombre; por eso Jesús nos enseñó a orar.
Cuando Dios nos dio su nombre, estaba dando pasos hacia nosotros.
Poner primeramente nuestros ojos en las posibilidades de Dios, nos alienta a enfrentar con decisión y confianza el mañana.
Sólo cuando Dios ocupe en nuestra vida el primer lugar, seremos bendecidos de verdad.
Estas palabras constituyen la brújula de nuestras oraciones, el norte para que éstas no yerren su meta
Es muy importante comprender qué quiere decir Jesús cuando nos enseña a orar a Dios llamándole Padre.
En el Padrenuestro, aprendemos a aceptar a Dios como Padre, y le confiamos el primer lugar en nuestra vida.
Las opiniones vertidas por nuestros colaboradores se realizan a nivel personal, pudiendo coincidir o no con la postura de la dirección de Protestante Digital.