El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
La jornada ha servido para “construir herramientas que ayuden a tratar este tema complejo” y para reclamar que se garantice una ley de cuidados paliativos.
El evento, organizado por Ferede, se celebrará el próximo 17 de septiembre con un aforo presencial máximo de 80 personas y telemático de 120.
Hay decenas de víctimas a las puertas del aeropuerto y en uno de los hoteles cercanos entre las personas que estaban a la espera de salir del país. Una facción del ISIS es sospechosa del ataque.
El órgano consultivo ha publicado un nuevo informe en el que define el alcance y los matices de la objeción de conciencia ante la nueva ley.
El Grupo de Trabajo de Bioética ha publicado un documento con el objetivo de “clarificar algunos de los aspectos más controvertidos de la ley”.
La entrada en vigor de la norma representa un reto especial para las instituciones sanitarias confesionales, que como tales no pueden declararse objetoras de conciencia.
70.000 invitados estuvieron presentes en el evento central del Partido Comunista en el que Xi Jinping enfatizó la pujanza de su proyecto nacional e internacional.
Desde este viernes, cualquier persona que sufra una enfermedad “terminal o incurable causante de un sufrimiento físico y psíquico intolerables” puede solicitar la eutanasia. La Alianza Evangélica Española pide un mejor desarrollo de los cuidados paliativos.
Por aquel entonces hubo una epidemia de sobrepeso en la feligresía de la catedral de Viena.
El nuevo reglamento también establece que los líderes religiosos deben “apoyar el liderazgo del Partido Comunista” y no deben “poner en peligro la seguridad nacional” o ser “dominados por fuerzas extranjeras”.
Los cristianos deberíamos ser capaces de pensar y hablar sobre la muerte con esperanza, seguridad, significado y propósito. Presento algunas ideas sobre cómo podemos hacer una contribución positiva no solo al debate ético y político, sino también en nuestras conversaciones con otros sobre el final de la vida.
El peligro para la comunidad cristiana ha aumentado tras el golpe de estado en febrero, denuncia la entidad Puertas Abiertas.
El debate sobre la eutanasia en España ha puesto el enfoque en la controversia sobre cómo morir, pero parece haber olvidado el valor de la vida en su etapa final. “Nos conviene cerrar nuestra vida correctamente. Así se muere bien”, dice Rosa Suárez, médico especialista en cuidados paliativos.
Después de una aprobación inicial en el Congreso y del visto bueno del Senado, la norma ha sido refrendada en su último paso por la mayoría de diputados y entrará en vigor dentro de tres meses.
Sanitarios madrileños denuncian “la indefensión para los profesionales sanitarios” y en Cataluña señalan que “nadie debería desear la muerte por falta de cuidados paliativos”.
El hemiciclo aprueba la norma con una mayoría de 198 votos y con protestas en el exterior. España se convierte en el cuarto país europeo y el sexto del mundo en regular esta práctica.
Estamos en una sociedad que mientras llora las muertes de ancianos en residencias por la pandemia favorece su final (y el de personas jóvenes) de forma reglada y sistematizada.
El documento, titulado Artesanos de vida y esperanza, rechaza la ley de la eutanasia y pide “una adecuada legislación de cuidados paliativos”.
El órgano asesor del gobierno ha publicado un informe en el que concluye que “legalizar el auxilio al suicidio supone iniciar un camino de desvalor de la protección de la vida”.
“Es improcedente”, denuncian los firmantes, “que el Congreso tramite esta ley en este momento”. El manifiesto pide un desarrollo “con urgencia” de los cuidados paliativos.
El Congreso rechazó las enmiendas a la totalidad de PP y Vox. La Alianza Evangélica manifiesta su oposición a la norma propuesta. “Es una ley que necesitaría un gran consenso”, expresa la entidad evangélica.
Con 319 casos detectados, las autoridades han ordenado la cuarentena de unos 4.000 miembros de la iglesia evangélica Sarang Jeil en Corea del Sur.
Decenas de cristianos que viven en Turquía han tenido dificultades para regresar al país a causa de las restricciones impuestas por el Gobierno.
En su progresiva reforma, el gobierno provisional ha retirado del Código Penal el delito de conversión de una religión a otra.
El Estado, conocido por sus restricciones contra la libertad religiosa, ha permitido el registro de más de 50 iglesias.
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