Dolor de muelas

Néstor cenó aquella noche en un restaurante con unos amigos y luego fueron a casa de Julia a tomar infusiones.

[ads_google]div-gpt-ad-1623832500134-0[/ads_google]

Recuerda que tenía una ligera molestia en la muela del juicio.En los dos días que siguieron se agravó el dolor. Y fue durante la reunión del domingo en la iglesia que se le hizo insoportable.

Aquello dificultó su adoración y decidió allí pedir hora al dentista cuanto antes. La ironía del destino hizo que un hermano propusiese cantar el himno “en todo momento te alabaré”. No era verdad, en ese momento preciso no era posible.

Por su experiencia sabía que muela con flemón pide extracción. Endodoncia, extracción e implante, algo habría que hacer. Ya que estaba en la iglesia se planteó pedirle al Padre que le librase del mal de la muela y de tener que visitar al dentista. Pero lo encontró mezquino habiendo problemas tan graves en el mundo como el conflicto palestino-israelí.

[ads_google]div-gpt-ad-1623832402041-0[/ads_google]

Así que no hizo ese ruego, lo encontraba ridículo. Volvió a casa y por la tarde le entró un estado de debilidad por el que hubo de estirarse en la cama. Sintió que se hundía en el colchón.

Notó un estado de relajación de todos los nervios, algo generalizado. Vio que se le calmaba el dolor de la muela. Al paso de las horas le despareció, dejando una leve molestia. Al levantarse Néstor a la mañana siguiente ya no tenía dolor alguno.

“No os hagáis, pues, semejantes a ellos; porque vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad, antes que vosotros le pidáis”. (Mateo 6:8) Después de vivir este bálsamo se preguntó “¿realmente hay alguien que tema a Dios en el Israel de nuestros días?”