Ciencia y técnica

Cuando Jesús llegó a donde estaban los discípulos, vio una gran multitud disputando con ellos. Y en seguida toda la gente, viéndole, se asombró, y corriendo a él, le saludaron. 

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Uno de la multitud se dirigió a Él.

― Maestro, traje a ti mi hijo enfermo de epilepsia que le provoca convulsiones; y echa espumarajos, y cruje los dientes, y se va secando; y dije a tus discípulos que lo sanasen y no pudieron.

― Traédmelo.

Y se lo trajeron; y cuando el muchacho vio a Jesús, se sacudió con violencia revolcándose y echando espumarajos.

― ¿Cuánto tiempo hace que le sucede esto? ―preguntó Jesús.

― Desde niño. Y muchas veces cae en el fuego y en el agua a punto de matarse; pero si puedes hacer algo, ten misericordia de nosotros, y ayúdanos.

Y cuando Jesús vio que la multitud se agolpaba, hurgó en su mochila de dónde sacó un artilugio técnico de diseño muy complejo y avanzado para le época.

Enfocando con él a los ojos del muchacho, le proyectó un destello luminoso a modo de flash que le dejó ciego por un instante.

Al poco tiempo el muchacho recobró el tono, le tomó Jesús de la mano, le enderezó y se levantó curado.

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Cuando él entró en casa, sus discípulos le preguntaron aparte.

― ¿Por qué nosotros no pudimos sanarlo?

― Este género no tiene arreglo, sino es con mucha ciencia y mucha técnica.

Los discípulos quedaron boquiabiertos de las maravillas de la ciencia.