El mensaje de la creación, de David Wilkinson

Un fragmento de “El mensaje de la creación”, de David Wilkinson, (Andamio editorial, 2020). Puede saber más sobre el libro aquí.       

Uno de los momentos culminantes de mi infancia era nuestro período anual de vacaciones en Scarborough. No suponía un largo viaje desde el noreste de Inglaterra hasta esta ciudad costera, y lo esperaba con ansiedad. Scarborough era un lugar de playas, parques de atracciones y minigolf, y quería llegar allí cuanto antes. Sin embargo, mis abuelos que nos acompañaban veían las cosas de otro modo. Para ellos, el viaje en coche ya era en sí mismo un placer. Les encantaba detenerse en los distintos lugares de la ruta, ¡ya fueran pueblos, monumentos o aseos! Para mis padres era un dilema, al verse atrapados entre mis necesidades de llegar allí lo antes posible y los deseos de sus padres de querer ir haciendo paradas.

Siento algo de esa disyuntiva al escribir este libro. Ante nosotros tenemos la doctrina de la creación y un teólogo sistemático que quiere usar la Biblia para llegar allí con la mayor rapidez. No obstante, actuar así equivale a perderse muchas cosas por el camino. Y están también el erudito bíblico y el predicador que desean dedicar tiempo a los pasajes mismos de la Biblia y los consideran de interés por derecho propio. No solo me hallo bajo presión de los distintos lectores de este libro; también siento la tensión. Me gusta la teología sistemática e intento enseñar algo de ella. ¡Una parte de mí desea comprometerme con la doctrina de la creación y presentarla de una forma lógica con títulos, subtítulos y sub-subtítulos!

Otra, sin embargo, quiere dejar que sea la Biblia la que se exprese por sí misma, con una riqueza que siempre supone un reto para unos subtítulos bien ordenados.

Este libro es, pues, una especie de viaje. Algunos querrán llegar pronto al destino, pero no es lo que haremos. Tenemos veinte “pueblos” que visitar por el camino de la doctrina de la creación y abrir sus temas bíblicos. El amplio número de pasajes y su diversidad es dar testimonio de la importancia de esta doctrina dentro de la literatura bíblica. Estos pueblos serán de tamaños distintos y contienen una diversidad de cosas. Esto significa que algunos de los capítulos serán breves y otros, largos. En ocasiones, necesitaremos pasar algún tiempo con varios manuales para comprender mejor lo que está sucediendo; otras veces, será bastante obvio. Mi preocupación consiste en dejar que los pasajes hablan por sí mismos, en lugar de manipularlos para proporcionar un desarrollo sistemático conveniente. Esto puede llevar a que se repita la misma base doctrinal, pero resultará interesante ver cómo se trata desde diferentes formas bíblicas.

He intentado colocar los pueblos en alguna clase de dirección general, pero si estás esperando un viaje por la autopista con estaciones de servicio provechosas, me temo que te sentirás decepcionado. Necesitaremos ir hacia delante y hacia atrás unas cuantas veces en el transcurso del viaje. (...)

Como ocurre con cualquier pueblo, existen numerosas formas de entrar y de salir de cada porción bíblica. Por supuesto, con esto no quiero afirmar que para predicar sobre el pasaje tenga que adoptar esta ruta en particular. Sin embargo, espero que esto aliente a los lectores a ver diferentes caminos y diseñar el suyo propio. Además, el carácter del pueblo determina con frecuencia cómo ha de explorarse. (...)

Mi esperanza y mi oración son que el viaje le entusiasme. Muchos de nosotros hemos reducido en nuestra mente los temas de la creación a la generación del universo por parte de Dios. La imagen bíblica de la creación es mucho más rica que eso: vemos al Padre, al Hijo y al Espíritu, en el principio, en el mantenimiento y en un nuevo comienzo. La creación no pretende ser un fin en sí misma, sino la forma de orientarnos hacia el Creador, quien nos da vida y amor.