El catalizador

― ¿Qué te trae por mi consulta, Nemrod? Hacía tiempo que no te veía ―dijo el médico.

― Pues resulta que tengo todo el brazo derecho con eccemas en la piel.

― A ver, muéstramelo… Sí, está muy afectado. Pero no es un eccema, tiene toda la pinta de un herpes Zoster. ¿Cuándo te apareció?

― Verás, te explico. Resulta que el otro día hicimos una celebración en mi casa con familiares y amigos y salió el tema religioso. Tú sabes que mi primo Narciso es muy de la fe y mis amigos no tanto. Pues se lio un pitote que no veas, unos a favor y otros en contra de Dios. El ambiente se fue caldeando, de la discusión saltaron chispas, la tensión ambiental subió… y zas, se fue la luz de casa. Fui a tientas al cuadro eléctrico y pulsé varias veces el diferencial, hasta que por fin la luz volvió. Se fue tres veces más. Incluso recibí una descarga de la cafetera eléctrica. Alguna copa también se estrelló contra el suelo.

― ¿Pero eso qué tiene que ver con tu erupción cutánea?

― Pues mucho. Al día siguiente noté todo el brazo derecho como electrificado y el dedo corazón con la primera ampolla. Luego se fue extendiendo a todo el brazo.

― ¿Y?

― Pues eso, que el dedo con el que pulsé el diferencial es el mismo de la ampolla. ¿No ves la relación? A través de él catalicé la negatividad del ambiente.

― Tienes una imaginación prodigiosa, nadie como tú me da esas explicaciones. Estos herpes aparecen con frecuencia a personas de tu edad y yo solo te puedo dar razones médicas. Pero ya que tienes tanta creatividad, ¿por qué no haces alguna historia con estos contenidos?

― ¿Tú crees?