Personas de fe que fueron usadas por Dios en formas excepcionales, que van más allá de sus propias vidas y de su propio tiempo. Un fragmento de Hombres y mujeres de la Biblia, de John MacArthur (Editorial Clie).
Un fragmento de Hombres y mujeres de la Biblia, de John MacArthur (Editorial Clie). Puede saber más sobre el libro aquí.
Este es el inicio de la serie que llamaremos, Doce Héroes Inconcebibles. Hace unos dos años pensé que este sería un libro interesante y que lo debía hacer, esto porque a la gente le encanta estudiar a los diferentes personajes, sé que disfrutaron Doce Hombres Comunes y Corrientes, y Doce Mujeres Extraordina- rias, así que pensé por qué no analizar las biografías de la Biblia bajo el título de hombres y mujeres extraordinarias o bien Doce Héroes Inconcebibles. Este libro estará disponible al final del próximo verano. Ya está concluido y se está preparando para que lo puedan tener para el fin del verano.
Así que voy a hacer un recorrido acerca de estos Doce Héroes Inconce- bibles. Ellos siguen un flujo dentro de la escritura. Sabiendo esto vamos a comenzar en el Antiguo Testamento con Enoc y José, y después vamos a desarrollar todos los principales sucesos de la historia bíblica en el Nuevo Testamento, vamos a pasar un tiempo maravilloso haciendo esto.
Pero para que podamos justificar nuestro título de esta serie, Doce Héroes Inconcebibles, probablemente debamos hablar acerca de la palabra “héroe” un poco para al menos obtener su definición. Recordemos que para que podamos usarla adecuadamente debemos saber que esta palabra era algo diferente a lo que en nuestros días llamaríamos héroes. De hecho, podría yo decir que la palabra “héroe” lentamente está perdiendo su significado.
Usamos y abusamos del uso de palabras y consecuentemente tenemos una forma de diluir su impacto, héroe es una de estas palabras que antiguamente estaba dedicada solamente a personas de un tipo muy, pero muy especial debido a sus logros y alcances. No todo mundo podría caer dentro de la categoría de héroe, no se le podía llamar héroe a cualquiera. Ahora, acerca de todos aquellos que son llamados héroes, esto es parte del legado del mo- vimiento de auto estima.
Si alguien de seis años o más se las ingenia para llevar una pelota hasta la portería, dirige a su pequeño equipo de once ele- mentos cuando persiguen la pelota, notarás que cualquiera que meta gol se convierte en un héroe. Tu pequeño de diez años de edad se convierte en un héroe si en la escuela te dan un reconocimiento que puedas mostrar a todos en donde diga que tu hijo sacó el “primer lugar.” Esto desde luego puede significar que tu hijo fue el que le dio menos problemas al maestro durante todo el mes o el año escolar. ¿No es cierto?
Ahora también tenemos versiones adultas de lo que es algún tipo de heroísmo, tenemos aquellos adultos que meten gol o que batean la pelota más allá de la cerca, que hacen una anotación y justo al cruzar la línea de gol y azotan la pelota en el suelo, esta es la versión adulta de un deporte o bien de entretenimiento. Hoy en día cualquier persona que se le considere una celebridad se convierte en un héroe. Escuchas a la gente decir, “este es mi cantante favorito,” y lo llevan a ser su héroe personal.
Estaba yo pensando en esto y recordé las palabras de una canción muy popular que se llama The Wind Beneath my Wings (El Viento Bajo mis Alas). Es una especie de heroísmo contemporáneo. Sé que tal vez han escuchado esta canción, pero no sé si han prestado atención a la letra de la canción. Les voy a dar el verso principal de ella. “¿Te has dado cuenta alguna vez de que eres mi héroe? Porque te contentaste con dejarme brillar, esa es tu forma de ser. Siempre caminaste un paso atrás, así que yo fui quien recibió toda la gloria. Eres mi héroe porque te aseguraste de que yo me llevara toda la gloria.” ¿Qué tipo de heroísmo es este? Lo peor es que a la sociedad le suena muy bien, al grado de ser una canción con mucho éxito.
Tan malos como son la implacable sentimentalización y el sobreuso que hace la cultura popular de la palabra héroe, nuestras ideas de heroísmo están aún más empañadas por otra obsesión ridícula con héroes imaginarios, su- perhéroes cuya fantasía explota todo, desde las revistas, las caricaturas de la televisión y las películas. Esto es el legado en gran parte, al menos al nivel en que se encuentra ahora, de la mejora en los efectos especiales, la animación digital, y todo aquello que ha creado fantasías bizarras y superhéroes que van más allá de la imaginación.
Así que por un lado tenemos a estos que trivializan el heroísmo y tene- mos a los otros que tienden a convertir el heroísmo en un mito. Hacemos héroes de personas que en realidad no tienen nada de heroicos, en otro caso, hacemos héroes de personas que en realidad no existen; entonces ¿qué o cuál es el verdadero heroísmo?
Existen héroes, hay personas que tal vez se merezcan ese título, las personas que se encuentran en el frente de guerra o en medio de algún desastre natural, que estén en una trinchera, o en medio de algún peligro, o bien que arriesgan sus vidas para rescatar a otras personas. Hay otros héroes que se han convertido en tales debido a algún descubrimiento que han hecho y que ha servido para salvar a personas enfermas.
Hay personas que han hecho actos heroicos en la sociedad para beneficio de la sociedad. Todos hemos conocido a alguno de estos, que han hecho que el bienestar social mejore y que de alguna manera han afectado al mundo entero y que han sido algo significativo en su época. El mundo ha sido diferente, o ha mejorado, o bien alguien ha conservado su vida a causa de que alguien ha cometido un acto sacrificial y por lo tanto heroico.
Pero aun desde la mejor perspectiva esos héroes que han hecho esto en el mundo sólo han tenido un impacto temporal, este tipo de heroísmo sólo es momentáneo y no trasciende. En mi juicio, los más grandes héroes son aquellos a los que Dios usa para provocar en la gente un cambio eterno. Estos son los verdaderos héroes. Ellos son los que son instrumentos que Dios usa para acercar a la gente hacía Él, que los acercan a su Reino para que puedan darle a Él gloria y lo puedan servir por la eternidad.
Y, para ser honesto, estos verdaderos héroes, este tipo de personas quienes han tenido un impacto eterno son invariablemente de lo más inesperado y de lo más ordinario. Sabemos que a Dios le agrada usar héroes inconcebibles. Escu- chen lo que Pablo dijo en 1 de Corintios 1:26 y 27. “Pues mirad, hermanos, vuestra vocación, que no sois muchos sabios según la carne, ni muchos po- derosos, ni muchos nobles; sino que lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte.”
En otras palabras, Dios trabaja por medio de personas que son consideradas por el mundo como débiles, no sabios y no calificados. Son del tipo de personas que no son auto dependientes ni auto suficientes. Son poco confiables y sin embargo cuando se les dan oportunidades únicas para tener un impacto eterno, se vuelven en alguien útil para que Dios logre completar sus fines eternos.
Nosotros podemos establecer algún tipo de criterio por medio del cual pudiéramos clasificar a este tipo de personas. Las páginas de la Escritura están llenas con muchos más que doce, eso es sólo una pequeña muestra, para ser honestos. Pero hay tres cosas que marcan a estas personas. Una de ellas sería la fe, fe en Dios.
La otra sería fidelidad, esto es para decir lo que ellos han soportado en su compromiso por Dios y cómo es que han sobrevi- vido a todo tipo de dificultades imaginables e inimaginables. Y tercero, que fructifican. Esto sería el impacto que tienen. Esas personas de fe que fueron fieles, cuya fe soportó, providencialmente fueron usados por Dios en formas excepcionales, realmente excepcionales, en formas que van más allá de sus propias vidas y de su propio tiempo.
La primera persona de este tipo que encontramos en la Biblia es un hombre llamado Enoc. Y para que podamos adentrarnos en la historia de este hombre llamado Enoc, quiero que vayamos a Hebreos 11, donde él es mencionado. Como veremos en un momento, él también es mencionado en Génesis 5 y es referido también en la epístola de Judas, y otra referencia a su nombre ocurre en otros dos lugares del Antiguo Testamento.
Y, por cierto, el Enoc que vamos a estar viendo en Hebreos 11:5 y 6 no es el único Enoc de la Biblia. De hecho, en el libro de Génesis hay dos hombres que son llamados con el mismo nombre, Enoc. El primer Enoc aparece en Génesis 4:17, y es el hijo de Caín: “Y conoció Caín a su mujer, la cual concibió y dio a luz a Enoc; y edificó una ciudad, y llamó el nombre de la ciudad del nombre de su hijo, Enoc.” Esto nos muestra que era un nombre muy común al grado que se convirtió en el nombre de una ciudad.
La palabra parece significar comienzo o iniciación. Así que cuando Caín tuvo a su hijo lo llamó iniciación o comienzo. Pero el hijo que nosotros vamos a estudiar no es el hijo de Caín sino el hijo de Set, el que viene del linaje justo, del linaje de la gente buena.
Veamos el asunto en Hebreos 11, iniciando desde el versículo 1, “Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve. Porque por ella alcanzaron buen testimonio los antiguos.3Por la fe enten- demos haber sido constituido el universo por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía.
Por la fe Abel ofreció a Dios más excelente sacrificio que Caín, por lo cual alcanzó testimonio de que era justo, dando Dios testimonio de sus ofrendas; y muerto, aún habla por ella.” Abel habla, pero ¿qué es lo que dice? Abel nos habla de la necesidad de ofrecer un sacrificio. Él ofreció un sacrificio que fue agradable a Dios, un sacrificio derramando la sangre de un animal inocente.
Este era una figura del sacrificio que Cristo haría en un futuro. Él demostró su fe por medio de la obediencia. Caín, en contraste, fue desobediente. Se le dijo qué hacer, pero trajo el fruto de sus propias manos. Él ilustra la ilusión de la salvación por obras, por hacer algo, por lograr algo. Abel, por el contrario, ilustra la realidad de la salvación por medio de un sacrificio, y a pesar de que está muerto, él sigue comunicando ese mensaje.
Después de él vino un hombre que tuvo una influencia mucho mayor. Su nombre es Enoc, y dice de él en los versículos 5 y 6, “Por la fe Enoc fue traspuesto para no ver muerte, y no fue hallado, porque lo traspuso Dios; y antes que fuese traspuesto, tuvo testimonio de haber agradado a Dios. Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan.”
Ahora nos movemos al segundo hombre que se encuentra dentro de la lista de Hebreos 11 el cual siempre es referido como el capítulo de los héroes de la fe. Y la influencia de Enoc es claramente identificable. Ob- viamente Abel es una demostración de lo que es necesario para la salva- ción, sacrificio, obediencia, fe y una subsecuente justicia. Él es el ejemplo de la fe, el primer ejemplo.
Pero Enoc, este notable individuo, tuvo un impacto que fue básicamente revelado para las generaciones futuras, como lo veremos más adelante. Así que aquí lo tenemos enlistado dentro de He- breos 11 como uno de esos personajes que podemos ver mostrando una fe heroica. Y para que podamos ver la historia de Enoc completa tenemos que ir al capítulo 5 de Génesis. En Génesis 5 tenemos que se nos habla de los descendientes de Adán.
Esta es la genealogía que va desde Adán y continúa hasta Noé y sus hijos, Sem, Cam y Jafet. Y como podemos ver la genealogía finaliza aquí. Esta genealogía acaba aquí por obvias razones, el diluvio llega y después de este el mundo es destruido. Estos son los descendientes de Adán por medio de Set. Y más abajo, en los versículos 21–24 leemos acerca de Enoc, “Vivió Enoc sesenta y cinco años, y en- gendró a Matusalén. Y caminó Enoc con Dios, después que engendró a Matusalén, trescientos años, y engendró hijos e hijas. Y fueron todos los días de Enoc trescientos sesenta y cinco años. Caminó, pues, Enoc con Dios, y desapareció, porque le llevó Dios.”
Como podemos ver aquí hay un cambio definitivo en el flujo; si ustedes leen a través de las genealogías, notarán una frase que se repite una y otra vez. Si vamos de regreso al versículo 5, Adán vivió novecientos treinta años y murió. El versículo 6 dice, “Vivió Set ciento cinco años, y engendró a Enós,” y así continúa. Versículo 8, “Y fueron todos los días de Set novecien- tos doce años; y murió.” Versículo 10, “Y vivió Enós, después que engendró a Cainán, ochocientos quince años, y engendró hijos e hijas.” Versículo 11, “Y fueron todos los días de Enós novecientos cinco años; y murió.”
Y en el versículo 14, “Y fueron todos los días de Cainán novecientos diez años; y murió.” Versículo 17, “Y fueron todos los días de Mahalaleel ochocientos noventa y cinco años; y murió.” Versículo 20, “Y fueron todos los días de Jared novecientos sesenta y dos años; y murió.” Y entonces se nos dice acer- ca de Enoc, “Caminó, pues, Enoc con Dios, y desapareció, porque le llevó Dios” (versículo 24). Aquí tenemos a uno que no murió; Enoc no murió. La frase “y murió” nos muestra los efectos de la caída. La corta historia de Enoc rompe con este patrón, y se convierte en el padre de Matusalén.
Matusalén es una palabra o un nombre que significa el hombre que envía hacia adelan- te, o el hombre de la lanza, o el hombre de la jabalina. Algo nos dice que él fue un nombre que daba una profecía de Dios. Su nombre significa que él no moriría hasta que el juicio fuera enviado, hasta que llegará el juicio, él no moriría. Este es un hombre que está ligado con el juicio. El juicio divino no llegaría hasta que Matusalén muriera.
La demostración de la misericordia de Dios es, él vivió mucho más que cualquier otra persona, 969 años. Durante 969 años, hasta que murió Matu- salén, el mundo estuvo siendo advertido de que el juicio estaba por llegar. El año en el que Matusalén murió —ahí en el versículo 27 dice, “y murió”— el diluvio llegó e inundó toda la tierra. Dios le permitió vivir mucho más que cualquier otra persona, la gracia fue extendida sabiendo que el juicio era una realidad futura, y cuando él murió el diluvio llegó.
Su padre fue Enoc. Se nos dice dos veces que él caminó con Dios. Esta es una descripción definitiva. Veamos el versículo 22, “Y caminó Enoc con Dios, después que engendró a Matusalén, trescientos años.” Versículo 24, “Caminó, pues, Enoc con Dios.”
Es tan sorprendente, que se repite dos veces. Es algo único, por eso es que se repite. Esto hace que Enoc resalte del resto de los hombres que aquí son mencionados. Se nos dice que él caminó con Dios trescientos años. Con certeza les puedo decir que caminar con Dios fielmente durante 70 u 80 años es una verdadera lucha, pero Enoc caminó 300 años con Dios.
Tres- cientos años en medio de una sociedad horrenda y corrupta. Esta es una de las características sobresalientes acerca de Enoc. Él vivió todos estos años en contra de este tipo de sociedad.
Recordemos que el mundo entero, el mundo en el que vivió Enoc fue ahogado y así catapultado al infierno eterno. Pero la vida de Enoc era pro- fundamente diferente. Al mirar al Antiguo Testamento y darnos cuenta de cómo era la cultura pre diluviana, la espiritualidad pre diluviana, podemos ver un cuadro muy sombrío.
Había algunos muy piadosos dentro de la lí- nea de Set, desde luego. Set mismo era un hombre muy piadoso. Esta es la razón por la que su descendencia es llamada la descendencia piadosa. Pero el tiempo transcurre y cuando Enoc tiene 65 años se nos hace notar que el juicio se encuentra a tan solo 969 años de distancia cuando Matusalén muera. Y así la advertencia continúa durante todo ese tiempo.
Cuando se nos dice que Enoc caminó con Dios, ¿cómo debemos enten- der esto? ¿Cómo es que debemos entender la importancia notable de esto? Y no sólo el significado de que él haya caminado con Dios, sino la conse- cuencia o el impacto de ello. Él simplemente caminó hacia el cielo, se nos dice en el versículo 24. Él desapareció porque Dios le llevó. Un día durante su año 365, cuando estaba caminando con Dios, simplemente continuaron caminando hasta el cielo.
Sólo hay otra persona registrada en la Biblia de la que se nos dice que tampoco murió, esa persona es Elías, esto se encuentra registrado en 2 Reyes 2, y Elías fue llevado al cielo dentro de un carruaje de fuego. Enoc es notable, es una persona que sobresale del resto. Llega al mundo 57 años antes de la muerte de Adán.
Se va de esta tierra justo 69 años antes del nacimiento de Noé. Noé es el nieto de Enoc. Y en el año 987 del mundo, él fue llevado al cielo. Seiscientos sesenta y seis años después llegó el diluvio.
El hecho de que haya desaparecido es algo impactante, repentino e inex- plicable. La gente era gente normal y estaba acostumbrada a explicaciones normales, no era un tiempo de milagros. ¿Cómo pudieron ellos entender que nadie podía encontrar a Enoc y nadie estaba ahí para explicar a dónde se había ido?
Regresemos a Hebreos 11 y quiero mostrarles las lecciones que podemos aprender acerca de su impacto espiritual, acerca de su in- fluencia espiritual. Hay un número de cosas que son simples y que pueden moldear nuestro entendimiento acerca de este hombre. Permítanme sólo darles la lista. Luego, simplemente la desarrollaremos.
Su vida es una vida ejemplar, es una vida que sobresale como una vida de influencia. En este sentido él es un héroe espiritual porque tiene un efecto espiritual profundo en aquellos que lo rodearon, y lo tiene incluso Su vida es una vida ejemplar, es una vida que sobresale como una vida de influencia.
En este sentido él es un héroe espiritual porque tiene un efecto espiritual profundo en aquellos que lo rodearon, y lo tiene incluso ahora en nuestros días para nosotros. Esto debido a su ejemplo y testimo- nio. Aquí están los componentes, o bien las características que hacen que él tenga impacto. 1) Él creía en el Dios verdadero. 2) Buscó la recompensa de Dios. 3) Caminó con Dios. 4) Estableció un ejemplo. 5) Predicó la palabra de Dios. Como resultado, él entró en la presencia de Dios. Ésa fue la consecuencia. Tenemos, entonces, cinco características que nos obligan a hablar de él.
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