Sin embargo nadie duda del éxito productivo que se ha dado como resultado de la revolución científica y técnica que ha hecho que se puedan hablar de algunas virtudes del capitalismo. Una de ellas, su gran virtud, ha sido que el capitalismo neoliberal se ha mostrado como el sistema económico más efectivo del mundo. Su eficiencia le ha mostrado como el sistema económico más productivo y su economía de mercado opera como una máquina generadora de riquezas.
Entonces, ¿cuál es su Talón de Aquiles? ¿Cuál es el punto flaco que le descalifica y le sitúa como un sistema o postulado desarrollista no válido para la humanidad?
Yo creo que para todos está claro el punto débil del capitalismo neoliberal: la mala e injusta redistribución de las riquezas del planeta tierra.
Esto es lo que ha dado lugar al mundo asimétrico en el que vivimos en el terreno económico: un 20% de la humanidad dispone del 80% de los recursos del planeta tierra, mientras que si pensamos en el 20% más olvidado, más pobre y más excluido de los bienes de nuestro planeta, bienes que corresponden a todos, dispone solamente de un 1,7% de los recursos de la tierra. O sea, 20% por arriba disponiendo del 80% de los recursos y otro 20% por abajo prácticamente sin ningún tipo de recursos y con casi mil millones de hambrientos. En la banda central estarán las hambrunas, las escaseces, los analfabetismos, los niños trabajadores y la falta de expectativas de futuro.
Mientras, el 20% del llamado NORTE rico se revuelca en el exceso de productos y servicios, de forma insolidaria, consumiendo lo que le corresponde a la humanidad entera. Si el mundo pobre hiciera esfuerzos por asumir el modelo actual de economía de mercado y quisiera entrar dentro del marco consumista que tiene el 20% del mundo rico, caeríamos en un sistema económico no sostenible. Con los actuales recursos de la tierra, salvo que se encontraran nuevas formas de generar recursos para que todo el mundo pudiera asumir el actual sistema capitalista y disfrutar de recursos en abundancia para un consumo equiparable, la única forma de sostener un minilugar de ricos, es sostener igualmente y macrolugar de pobres. Por eso, para sostener el actual ritmo de consumo del NORTE rico, los pobres tienen que ser legión, incontables y en una situación de penuria extrema hasta llegar a los hambrientos del mundo. Una vez más habría que citar la frase bíblica dirigida a los ricos:
“La escasez del pobre está en vuestras mesas”.
Muchas personas hoy debaten sobre el actual modelo económico tanto en el campo de la política, como en el de la economía, como en el de las demás ciencias sociales. Es el debate sobre el sistema, sobre si éste ha de seguir en los actuales parámetros o si, por el contrario, hay que buscar nuevos modelos más simétricos, más justos y más al margen de los intereses ya creados en esas minorías ricas que despilfarran y consumen desmedidamente.
Hay grupos políticos, económicos, ONGs y otros grupos de presión que trabajan en lo que se puede llamar la concienciación y la sensibilización social de los ciudadanos que viven en este pequeño sector acumulador de riquezas. Entre ellos, un pequeño granito de arena está puesto por la Misión Evangélica Urbana de Madrid. Desde este miniobservatorio, desde esta pequeña entidad evangélica que trabaja de forma solidaria entre los pobres, estamos lanzando continuamente mensajes solidarios además de involucrarnos en programas de ayuda y de orientación tendente a la integración social de personas que han sido excluidas, maltratadas y dejadas al lado del camino.
Así, desde este pequeño observatorio de la pobreza en nuestras ciudades y en el mundo, queremos decir que las líneas de denuncia del sistema, que el debate de si hemos de seguir en estos mismos parámetros o trabajar por modelos más simétricos o más justos, no corresponde solamente a los grupos de índole política, económica o social, sino que corresponde también, y de una manera muy especial, a los cristianos y a la iglesia. Desde la iglesia evangélica también hay que trabajar por la concienciación y sensibilización social de los cristianos y de los ciudadanos en general, hay que plantearse todo el sistema de mercado capitalista desde los valores del Reino, desde la óptica de la denuncia profética, desde los parámetros y estilos de vida de Jesús.
Aunque en nuestros ámbitos evangélicos hoy en España haya creyentes tanto de derechas como de izquierdas a los que hay que respetar, aunque haya habido en nuestro país políticas en torno al aborto, la homosexualidad y otras temáticas que hayan incidido en el hecho de que muchos cristianos hayan optado por las políticas de derechas, en este ámbito de la pobreza en el mundo que estamos analizando, no hay que caer en ideas simplistas y caducas de pensar que ser un buen cristiano implica seguir políticas de derechas también en el ámbito de la globalización, de las ideologías de mercado y del neoliberalismo.
Yo creo que los cristianos, independientemente de su opción política de partido, debe mirar más a la alta política, la que se debería escribir con mayúsculas y que se evade de las preferencias partidistas.
Los cristianos tienen el deber de caminar contracorriente, siguiendo líneas proféticas y los ideales de projimidad que nos dejó Jesús. Es posible que, por estas líneas evangélicas, nos encontremos y topemos de bruces con muchas de las políticas, sistemas e ideas con las que ir contra corriente sea impopular, pero lo demanda la solidaridad y el compromiso cristiano, lo demanda la vivencia de la espiritualidad cristiana, lo demanda la experiencia de una fe viva y activa a favor de los desfavorecidos de la tierra.
Hago una llamada para que nos unamos al programa de Jesús que, según Lucas 4, leyó el Maestro siguiendo líneas proféticas y de solidaridad con los débiles del mundo y buscando justicia para ellos… Seguir sus líneas del Evangelio a los pobres. Para ello hay que eliminar esa debilidad, ese Talón de Aquiles del capitalismo neoliberal con su injusta redistribución de los bienes del planeta tierra, cuestión que convierte la situación de pobreza en el mundo en un escándalo y una vergüenza para toda la humanidad. Los cristianos se deben sentir interpelados.
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